> Especial 5 años sin Gabo en CEC >
Cien años de soledad es una novela impresionante, imprescindible e inolvidable.
Había leído, del mismo autor, "relato de un náufrago" (cuyo título completo es: Relato de un náufrago que estuvo diez días a la deriva en una balsa sin comer ni beber, que fue proclamado héroe de la patria, besado por las reinas de la belleza y hecho rico por la publicidad, y luego aborrecido por el gobierno y olvidado para siempre" ) y "Crónica de una muerte anunciada", dos coñazos sin precedentes que me hicieron aborrecer a García Márquez y del que, sin la obligatoriedad escolar, jamás habría leído nada más.
Cien años de soledad es la historia de una saga familiar a través de las generaciones que no aporta demasiado a nivel espiritual pero que sí demuestra, con el paso de los años, que la vida no es lo que nos prometieron. Amores y desengaños, folletín de primera que atrapa, no obstante, desde su primera línea. Huelga decir que el estudio detallado del arbol genealógico que se incluye a modo de pre-prefacio es de gran ayuda. Otros autores como Mercé Rodoreda en "Mirall trencat" emularon a Márquez aunque, desde mi punto de vista, con resultados muy alejados de lo que consigue éste. Ya que estamos, aprovecho el artículo para decir que "Mirall trencat" o "Espejo roto" (no sé como se han dignado a traducirlo) de la Rodoreda es un coñazo de primera que carece de todo tipo de interés pero que, sin embargo, leí. Me gusta concluir lo que empiezo, por desgracia. Debe de ser que necesito afianzar la opinión.
"Cien años de soledad" no es un libro para todos los públicos, naturalmente. Hay que leerlo cuando uno está un poco evolucionado sin estar todavía demasiado perturbado por nuestros gustos y preferencias porque es un libro que puede causar rechazo y, como viene pasando através de los años, obtener críticas infundadas o fundadas en la ignorancia de los ignorantes lo que significa estar infundadas.
Es una de las máximas expresiones de lo que pasó a etiquetarse, como suele ocurrir en nuestro mundo en el que todo debe llevar una etiqueta que lo clasifique, de "realismo mágico" porque sus descripciones son inversemblantes e imposibles de comprender. Todavía guardo en la memoria el recuerdo de la imagen que describía a uno de los Buendía (la familia protagonista de la novela) perturbado y sin ánimos de vivir con moho en los dientes, encogido bajo la luz de una claraboya de la buhardilla. De verdad que es una maravilla de prosa, indescriptible y muy recomendable para aquellas mentes nada conservadoras.
Avisamos de antemano que no se trata de una sola historia sino de muchas en una sola que, paulatinamente, se va complicando a medida que se van añadiendo personajes a la narración. Primero empieza con Aureliano Buendia y su mujer de cuyo nombre no logro (no es que no quiera) acordarme. Éstos se reproducen y tienen hijos que, con la imaginativa que caracteriza al ser humano, pasan a llamarse igual que el padre y la madre. Estos hijos, a su vez, tienen descendencia que, para más inri, se llaman igual que los padres de los hijos, etc. Al final de la novela tenemos una saga sin igual repleta de Aurelianos Buendías y el resultado es espeluznante: tres y hasta cuatro generaciones de Buendía que se suceden y el lector que no ha seguido bien el hilo de la historia acaba hecho un ovillo neuronal.
Un entretenimiento excepcional que recomendamos vivamente a todos aquellos que quieran soñar despiertos y busquen la infinidad de la repetición.