El hombre, al menos una vez en la vida, debe perderse y experimentar una soledad absoluta, sana, un poco aburrida incluso. Y así descubrirá que depende completamente de sí mismo y conocerá sus capacidades potenciales" (Kerouak).
Sputnik, mi amor, es una novela del maravilloso escritor
Haruki Murakami que no se borra fácilmente de la memoria de aquel que la lee.
Este gran autor japonés nos sumerge con esta historia en un viaje profundo hacia lo más abismal de nuestra mente y de nuestros pensamientos.
Todo el universo y la filosofía de Murakami están presentes en este libro. El escritor retrata como nadie el pensar y el sentir de los seres solitarios, de aquellos que no hacen de su vida social el eje de su existencia.
Con esta novela nos adentra en el mundo de los sueños y del amor, en este caso amor platónico, de la soledad, de los sentimientos y de la sensibilidad interior de cada uno, a través de tres personajes: uno de ellos, desconocido...
Sumire es una chica romántica, incurable, intransigente, cínica y un poco ingenua. Ante la gran mayoría de los seres humanos apenas abre la boca. Fuma en exceso. Cuando se le ocurre una idea, incluso se olvida de comer, esta demasiado delgada.
No se la puede calificar de belleza en el sentido convencional. Es muy expresiva y su mirada muestra cierta inquietud y vivacidad. Le gusta el humor, pero raras veces se ríe a carcajadas.
- Es bajita y habla en tono agresivo, incluso cuando está contenta.
- Es descuidada, le da igual lo que piensen de ella, viste como le viene en gana.
- A sus veintidós años, jamás ha sentido deseo sexual por nadie.
- A pesar de ello, Sumire posee algo especial que cautiva a los demás.
- Su obsesión es convertirse en escritora profesional.
La madre de Sumire había muerto joven. Cuando murió Sumire aún no había cumplido los tres años.
Su padre apenas hablaba de la madre muerta. En realidad, casi no hablaba en general, tendía a evitar muestras de emoción en cualquier aspecto de la vida.
A sus veintidós años, se enamoró por primera vez. Fue un amor violento como un tornado. Un amor que lo derribó todo a su paso, que lo descuartizó todo en un arranque de locura, que lo machacó todo por completo. Fue un amor glorioso, monumental.
La persona de quien Sumire se enamoró era diecisiete años mayor que ella, estaba casada y era una mujer...
Myu, es de nacionalidad coreana. Nació y creció en Japón. A parte del Japonés, habla con fluidez el francés y el inglés. Viste siempre de forma sofisticada. Es propietaria de una empresa importadora de vinos extranjeros.
Su esposo es cinco años mayor que ella y lleva el timón de la empresa de Myu.
Desde niña, había mostrado un gran talento para el piano. Ante ella se abría un futuro prometedor como concertista. Sin embargo, mientras estudiaba en el extranjero, su padre cayó enfermo y ella tuvo que regresar y hacerse cargo de la empresa.
Desconocemos el nombre del tercer personaje del libro, es el narrador en primera persona de esta sugerente historia.
Es a través de los ojos de este protagonista como se presenta y desgrana la historia de Sumire.
Él y Sumire intiman por casualidad. Ambos se parecen mucho. Los dos son seres solitarios y devoran libros con la misma naturalidad que respiran. Leen cualquier cosa que les provoque excitación intelectual.
Se graduó como profesor de primaria por la misma época en que Sumire decidió dejar la universidad.
Se visitan dos o tres veces al mes y hablan de novelas e intercambian libros.
Cuando habla con Sumire es cuando vislumbra con mayor claridad su existencia.
Se pasan horas hablando. Por más que hablan, jamás se cansan. Los temas de conversación son infinitos.
Desde la adolescencia, se ha habituado a trazar una frontera invisible entre él mismo y los demás.
Aprendió a no creerse todo lo que dice la gente. Sus únicas pasiones sin reservas han sido los libros y la música, y como lógica consecuencia de todo ello se ha ido convirtiendo en una persona solitaria.
Creció en el seno de una familia normal. Al contrario que su hermana, él nunca mostró el menor interés por los estudios. Dadas las circunstancias fue a través de un proceso de eliminación que optó por la enseñanza.
Estos tres personajes buscan el amor en un juego circular pero el amor les rehuye. Sus historias resultan muy adictivas.
El narrador se enamora de Sumire y ésta a su vez se enamora de Myu, pero ninguno de los tres es correspondido.
Los tres sienten el amor platónico como amor, y lo dignifican y disfrutan de su mutua compañía.
Lo que parece una novela realista de repente, en el proceso de la historia, da un vuelco. Murakami sorprende y la transforma en una obra surrealista donde prima el mundo de los sueños y la existencia de otros mundos.
Trata el tema de las sensaciones, casi reales, en algunos sueños. Habla de cruzar al otro lado y nunca regresar.
Describe el "mundo real" y "el otro lado" como un mundo paralelo donde los personajes se refugian para encontrarse a si mismos.
Argumento que nos hará reflexionar sobre nuestra vida, nuestro mundo interior y nuestra verdadera existencia.
El desenlace es totalmente inesperado y puede llegar a desconcertar. El final deja un amplio universo de posibilidades creativas y es el lector con su imaginación quién concluirá esta conmovedora historia.
La novela cuenta con una narración sublime y está impregnada de música y literatura.
Posee numerosas alusiones a libros y goza de una banda sonora particular. Das Veilchen de Mozart (Violeta en castellano y Sumire en japonés) es la melodía que nos envuelve mientras degustamos cada página de esta excelente obra.
Sputnik, mi amor es otra de las máximas expresiones de la soledad y una de las obras más trágicas y románticas de Murakami.
Es una narración sorprendente, conmovedora, desdichada y sentimental que se desliza entre dos mundos, el de los sueños e ilusiones y el mundo de la cruda realidad.
Es un libro muy reflexivo y emotivo, que deja al descubierto las debilidades y admiraciones de los seres humanos.
Constituye una de las novelas más enigmáticas y surrealistas de la obra de Murakami.