George R. R. Martin at the 2011 Time 100 gala. (Photo credit: Wikipedia)
Hace alrededor de un año veía el último capítulo de “Juego de Tronos” y mi primera reacción fue empezar a leer sin demora el segundo libro de la serie de George R. Martin (sin haber leído previamente el primero) para saber cuanto antes qué les deparaba el futuro a los Starck, Lannister y compañía. Por suerte, el respeto y el amor a la literatura y el sentido común me llevaron a ser paciente y a empezar la saga por el primero de los libros; y digo por suerte porque ya voy por el cuarto y sigo enganchada.
Creo que HBO se merece un aplauso por la primera temporada de Juego de Tronos, y de momento la segunda parece mantener la calidad y la fidelidad a la segunda parte de la saga. Y digo fidelidad tras haber leído críticas en diversos foros a este respecto. Creo que si bien el formato serie lo tiene mucho más fácil que una película a la hora de adaptar una novela, la tarea sigue siendo como poco complicada.
¿Cuántas veces habremos oído o dicho aquello de "la película es buena, pero pierde bastante con respecto a la novela" al hablar de adaptaciones cinematográficas? En la mayor parte de las ocasiones lo que queremos decir es que la película ha obviado u omitido detalles, secuencias…sin caer en la cuenta de que normalmente adaptación es sinónimo de condensación...
Una novela está pensada para ser leída a intervalos, el tiempo que al lector le lleve su lectura no es algo que venga exigido sino que somos libres para abandonar o retomar un libro cuando nos plazca. El cine, sin embargo, se nos presenta como una experiencia unitaria, la visión debe tratarse de un acto continuado con un principio y un fin en el tiempo que vienen exigidos por la duración de la película. Así, es obvio que todos tardamos lo mismo en ver una película, pero a cada persona le puede llevar un tiempo muy diferente la lectura de un libro.
Una novela media suele requerir entre 10 horas y meses y una película suele tener una duración de hora y media o dos horas, lo mismo que la mayoría de los espectáculos (una obra de teatro, un partido de fútbol....). Por lo tanto, en las adaptaciones cinematográficas se hacen necesarias una reducción de la trama y a la vez la dotación de una mayor importancia al argumento frente al desarrollo que puede hacer una novela en la presentación de personajes y espacios. Los filmes buscan pues la acción y el conflicto. Creo que podría decirse que al adaptar un libro, el director convierte una novela en una novela corta, ya que ésta se reduce principalmente a una sola acción que tiene una utilidad narrativa mucho más concisa.
Así, nos encontramos con grandes películas nacidas de relatos breves, "Eva al desnudo", "La diligencia", "La ventana indiscreta" o "El tercer hombre" son buenos ejemplos de ello.
Y claro, las novelas de Canción de Hielo y Fuego no son el mejor ejemplo de relato breve. Dada su extensión ni tan siquiera son de esas que se pueden leer en 10 horas, que serían el equivalente a 10 capítulos. Por ello, y dada también la cantidad de personajes, de escenarios, de subtramas, etc que aglutinan las novelas, le doy a HBO (una vez más) mi más sincero aplauso.