Puede que la soledad sea tu fiel compañera. Pero en tu corazón hay luz, hay calor de hogar. Porque pase lo que pase yo siempre iré contigo.
Es una cuestión de fe, el amor no se puede tocar, no se puede encerrar, no se puede poseer. Pero existe, el amor que yo te tengo a ti es infinito.
Cuando mires al mar y descubras que no alcanzas a ver su fin. Recuerda, que mi amor por ti es más inmenso que el más grande de los océanos.
Todo tiene límites: uno, dos, tres…empiezas a contar cualquier cosa y en algún momento descubrirás que ya lo has contado todo.
Pero si un día intentas contar mi amor por ti, comprobarás que no puedes. Es la excepción que confirma la regla: el amor es infinito.
Un día, puede que muy lejano, puede que muy cercano. Nuestros caminos se separarán. No será porque lo hayamos escogido, será porque forma parte del juego de la vida.
Ten fe, recuerda que lo que nos queremos es para siempre y es ese amor, es el que un día encontrará la manera de unir lo que nunca se separó: tú y yo.