Solvencia, valentía y amor por las letras
El grupo barcelonés Fulcanelli saca al mercado su segundo disco, “El Universo Observable”. Siempre se ha dicho que un segundo trabajo, en cualquier categoría artística, marca un poco quién ha sido flor de un día y quién ha venido para quedarse. Y Fulcanelli, que a pesar de tener sólo dos discos de larga duración, no son nuevos en esto, apuntan a quedarse. Y tras su primer disco “Tercer intento”, en este segundo queda claro que no les faltan razones. La primera razón, es la solvencia.
Si uno escucha el disco, como se solía escuchar, empezando por la primera pista (bendita nostalgia), se encuentra con “Los puntos cardinales”. Tema con una intro que firmaría tranquilamente el grupo Los Planetas. En un tema contenido, triste, que habla de segundas oportunidades. Y donde la voz de Pedro suena poderosa, pero nunca desatada. En esa contención instrumental, la excepción llega en un final épico. Lo cierto, es que si uno hiciera caso de esa bendita nostalgia, tras escuchar este tema, si no conoce al grupo Fulcanelli, podría pensar que se enfrenta a un trabajo lento, reposado y con cierta mística.
Error, porque sólo se necesita empezar a escuchar los primeros acordes de su segundo tema, “Nacidos de un Big Bang”, para descolocarse totalmente. Aquí mandan las guitarras y batería desde el segundo uno y la voz de Pedro, cede protagonismo. Ante una especie de carrera de 100 metros, donde no se baja la intensidad en ningún momento.
El disco se va moviendo entre temas contenidos y otros más desatados, con más vida. Bien es cierto, que dentro de esa contención, nada alcanza “Los puntos cardinales”. Pero los “sprints” y el “ir a trote” se van combinando perfectamente. Lo cual da una idea de esa solvencia anteriormente nombrada. Y de cómo gustara tanto a los que deseen mover los pies, como a los que quieran limitarse a escucharlo en silencio.. Mirando quizás un punto fijo del techo.
También encontraremos momentos para la valentía, con rarezas como “Y sin embargo se mueve”. Donde tras un discurso dominando la parte instrumental, que está en un evidente segundo plano, las guitarras se pondrán épicas, en un último minuto. No he hablado todavía de las letras, sólo de pasada, comenté la de “Los puntos cardinales”. Y la verdad, se podrían transcribir perfectamente en un libro y no se haría nada pesado/superficial leerlas. Hay trabajo, mucho trabajo en ellas. No es simplemente rimar. Es tristeza, oscuridad y poco espacio para la luz y la felicidad.
En definitiva un disco con solvencia, valentía y amor a las letras. Y si Fulcanelli, cumple con la norma del segundo trabajo, tiene una carrera por delante más que interesante. Siempre que no se traicionen, que sigan haciendo justicia a esas razones. Razones que hacen de este, uno de los mejores discos nacionales de este 2021.