SOLD OUT
“Sold out”, todo vendido, son dos palabras que definen, sin mayor complicación, la expectación que un espectáculo ha generado. Sea una obra de teatro, el estreno de una película o un concierto. En este caso el concierto de Joe Satriani, que la pandemia se había encargado de aplazar. Afortunadamente, ahora que la normalidad ha vuelto, toca recuperar esa bonita costumbre de pisar las salas y disfrutar los conciertos. Y eso es lo que todos los afortunados/as hicieron esa noche del 1 de Junio en la sala Paral.lel 62. La anteriormente conocida como sala Barts, ha recuperado su músculo y dentro de la programación del Guitar Bcn 2023, albergaba uno de los platos fuertes.
Y fue fuerte, joder si lo fue… Sin teloneros, a las 20:30 en punto, a lo loco, sin mimos. Así empezó el concierto de Joe Satriani, un concierto que en sus más de dos horas, interrumpido únicamente por un descanso de 15 minutos, puedo meter rápidamente en mi quinteto de conciertos favoritos...
Aunque los clásicos tardaron en aparecer, el material de Satriani, su virtuosismo y su carisma mantuvieron la sala encendida todo el rato. Una pantalla de vídeo detrás, iba mostrando en ocasiones, los videos que acompañaban los temas que Satriani bañaba con un plus de arte. Y con eso de arte me refiero al que sabe que es bueno en algo y sube un punto el nivel. No era necesario, pero gracias por alargar esos solos de guitarra. Por hacer que cuando uno piensa que ya no puede superarse algo, pues ve que se supera.
Viendo algunos de dichos videos, el efecto que producía ver al Satriani de joven en la pantalla, mientras el actual se dejaba la piel en el escenario, creaba en el asistente un efecto extasiador. Era como ver lo buena que era, mientras veías lo bueno que seguía siendo.
Antes os hablaba de esos 15 minutos de descanso, pues incluso en ese descanso, Satriani nos regalaba una colección de fotos con fans, de diferentes épocas, lugares. Era como una manera de darle el valor justo a sus fans. Agradecerles que siempre han estado ahí. Al mismo tiempo, cabe pensar que viendo las fotos, uno adquiere mayor realidad sobre el artista Satriani. Y como su carisma acaba manteniendo un pulso con su virtuosismo. Sin que ninguno de los dos perjudique al otro.
Lo dicho una gran noche, que finalizó con gente del público tocando la guitarra , como si estuvieran en una competición de Air Guitar, con público saltando, saltando, sonriendo. Una gran noche, un gran Satriani. Y un gran público, porque Satriani nos dio mucho, pero el público se lo devolvió en un acto de generosidad mútua pocas veces visto.