Una crónica de Sergio Sada para Culturaencadena.com
FOTOS: Marcos Cebrián
A estas alturas decir que Javier Ibarra está a otro nivel dentro de la música y el hip hop en este país, resulta una obviedad.
El pasado sábado celebraba en el Palau Sant Jordi de Barcelona el décimo (undécimo realmente a estas alturas de la gira) aniversario de su disco negro Jazz Magnetism (2011), un disco que pese a no reinventar nada nuevo, era pionero de un estilo y una valentía nacional que colocaría al maño, un escalón por encima de sus compañeros de profesión y generación.
Después vendría El Círculo (2016) que abriría Infinitos caminos dentro del rap en español y que daría paso a un estilo que vive su mejor momento gracias a valientes como Kase.O que en su momento quisieron romper con todos los cánones establecidos.
Días antes del concierto, Kase ya anunciaba el nivel de colaboradores que pasarían por manos de los que él llama: Los Magnéticos, una banda completamente engrasada que llevarían los ritmos de jazz y hip hop a un nivel realmente demoledor. Cada tema de su extensa carrera era tocado con instrumentos, con un ritmo y un flow hasta ahora no visto sobre un escenario. Foyone, Las Ninyas del Corro, ShoHai, Sara Socas, Zatu (SFDK), Xhelazz… un despliegue de amigos que no quisieron perderse la gran noche del zaragozano y que iban haciendo las delicias de los presentes a medida que avanzaba la noche para llegar a pasar las tres horas sobre el escenario.
Ibarra se mostraba más espiritual de lo normal y entre canción y canción, dejaba clara su opinión ante la vida, la religión, la ciencia o la política.
Entre rimas y ritmos, fuimos testigos de un fin de fiesta a la altura de las grandes estrellas. Jabato se despedía indefinidamente de los escenarios para dedicarse plenamente a él, pues como anunciaba en su cuenta de Twitter, el zaragozano acusaba “un gran agotamiento mental, físico y espiritual”.
Estamos seguros de que volverá a pisar un escenario. Cinco años sin parar es muy duro, pero lo que dejó claro, es que sigue siendo el Rey, el único y el irrepetible. Gracias por todos estos años de música co.