Una reseña de Anna Castro para Culturaencadena.com
Fotos: Andrea Membrado
Un concierto de Kase O es triunfo asegurado. Imposible no rendirse a la brutalidad sensorial que despliega en el escenario el zaragozano. Hace muchos meses alguien se aventuró a decir que el “rap” iba a ser absorbido por el “trap”. Quién dijo esto no tenía nada presente a Javier Ibarra, que conserva y gana adeptos a patadas y sin perder una pizca de pureza, ni identidad. Una muestra de esto fue lo que se vivió el pasado sábado en el Sant Jordi Club de Barcelona.
Como adelanto, el jovencísimo El Momo, que luego iba a colaborar haciendo brincar al público barcelonés, a través de las verdades rotundas y sin anestesia que forman parte del Círculo de Kase O.
El zaragozano dijo al principio del concierto: “Habéis entrado al circulo para ser amados”. Y todo que sus letras sean desgarradoras dosis de realidad, extiende paz e infunda respeto, y deja al público envuelto por una áurea de prolongadas sensaciones de bienestar y exaltación por momentos. La magnitud de la experiencia y presencia de Kase O en el escenario, interpretando el colosal disco, atrapa a todos los asistentes sin excepción dentro del Circulo.
Con el tema que da el título al disco, empezó Javier a repartir versos acompañado por el grande R de Rumba. También contó con la compañía de Xhelazz, con el que interpretó “Viejos Ciegos” y “Billete de ida hacia la tristeza”.
Kase rodeó su disco pero también se volvió hacia su pasado de Jazz Magnetism y Los Violadores del Verso, interpretando “Como el sol” o la mítica “Cantando”. Todo esto envuelto con su filosofía de vida en que la impera el respeto por la igualdad y las mujeres y en la que muestra una sinceridad abrumadora. Pueden haber muchos que hablen de amor y respeto, pero cuando el discurso se siente y sale de las entrañas tal y como le sucede a Javier, la percepción de sus palabras atraviesa ávidamente a los oyentes, que quieren ser participes y se sienten flechados e inspirados para no rendirse nunca.
Kase demostró una vez más, la majestuosidad de sus conciertos, llenos de una profesionalidad forjada a través de los años, de letras arrolladoras y sinceras, de detalles cuidados a la percepción y una carisma innegable.
Simplemente excelente.