En una noche lluviosa, la Tarraco Arena Plaça se preparaba para ofrecer uno de los conciertos más esperados de la temporada. Leiva venía a presentar su último trabajo, un “Monstruos” que le está dando un gran resultado tanto a nivel de ventas como de crítica...
Göttemberg cumplió perfectamente en su función de teloneros. Presentaron su nuevo trabajo “La extraña sobremesa” y se mantuvo esa máxima de que hay que ir cuando tocan los teloneros, no sólo por respeto sino también porque a veces te llevas una sorpresa agradable. Y realmente así fue, porque el grupo de rock tarraconense ofreció una buena mezcla de los temas que componen sus dos trabajos hasta editados. Buenas letras y guitarras que se compenetran entre ellas para dejar un buen sabor de boca ante lo que está por llegar.
Y es así como con un retraso de unos 25 minutos empieza a sonar “El último Incendio”. Las luces de detrás de los músicos se despiertan y así asistimos al primer directo a la mandíbula. Leiva y su Leiband (con la agradable presencia de su hermano Juancho) empiezan fuertes y eso ya dice mucho de su actitud. Porque hay que estar muy seguro de tu capacidad para mantener al público encendido desde la primera canción. Por si había dudas “La lluvia en los zapatos” y “Animales” acaban de despertar a los pocos que no habían entrado en calor.
Tal vez pensando en la célebre rebaja del IVA en el ámbito cultural o simplemente porque es consciente de que no son tiempos fáciles, agradece el hecho de que la gente haya pasado por taquillas y en ese momento queda claro que esa noche Leiva y sus chicos lo van a dar todo. Van cayendo temas y Leiva nos confiesa que todo disco tiene su principio y es entonces cuando descubrimos que la raíz de “Monstruos” es ese “Breaking Bad” coreado por todo el público. Se nota que la gente ha venido con la lección aprendida de casa y eso es un gustazo para todos.
Con “Miedo” las guitarras vomitan sin cesar y se alargan con un pequeño guiño a ese “Superjunkies” de cuando era el 50% de Pereza. Un grupo que ha regalado tantos himnos. Hay tiempo para el descanso con “Vis a vis”, un descanso para disfrute de un público que sabe valorar el rock pero también la sensibilidad que de manera tan eficiente defienden Leiva y sus muchachos sobre un escenario.
Un público que es más instrumento que nunca cuando hace suyo el tema “Monstruos”. Lo corea, lo disfruta e intuye que se va acercando el round final. Sorprende la manera en que finaliza “Como lo tienes tú”, casi parece un final épico, a lo Beatles, a lo “Hey Jude”.
“Terriblemente cruel” y “Mirada Perdida” se dejan caer para acabar dejando a los músicos formando un círculo en el escenario dándolo todo. Leiva nos presenta uno a uno a cada miembro de su banda sin que la música deje sonar. Son las doce de la noche y tras un amago de fin de concierto el escenario vuelve a iluminarse para un “Sincericidio” que deja paso a un consejo/petición épico.
Y es que de manera muy correcta Leiva nos embarca en la misión de vivir las emociones a tiempo real y guardar el móvil en el bolsillo. El público arranca a aplaudir y suena “Lady Madrid”. Y juro que en ese momento me emocioné cuando pude ver algunos mecheros encendidos apuntando al cielo, como no hace muchos años. Cuando lo único que enfocaba a un escenario era la mirada de disfrute del público. Ojalá la petición de Leiva fuera universal, porque fue un momento mágico y difícil de olvidar.
La música cesa y el grupo se despide, saludando a un público que le devuelve el saludo y que se va a casa con la sensación de haber vivido una gran noche de rock. Ojalá gente como Leiva nos regalen muchas más noches como esta. Ojalá siempre se vea tanta energía y pasión con un escenario. Gracias por esta noche chicos, nadie abandonó la Tarraco Arena Plaça sin una sonrisa de oreja a oreja.
Texto: Enrique Menéndez
Fotos: Luis Catalinas