Una crónica de Enrique Menéndez para CEC Música.
Decía Santi Balmes en el cierre del concierto en el Winzik que “este es el mejor trabajo del mundo”. No puedo estar 100% de acuerdo con él, eso depende de la sensación que cada uno tenga sobre lo que hace o deja de hacer y las satisfacciones obtenidas...
Pero tengan o no razón, Santi y el resto de intergrantes de “Love of Lesbian”, lo que es evidente es que son buenos. Muy buenos.
También con este trabajo. Y tuvimos la ocasión de comprobarlo el pasado lunes 9 de julio en el maravilloso Liceu de Barcelona, donde volvían justo un mes después de su última visita. Visita enmarcada en esa especie de gira para homenajear 20 años en un escenario. 20 años que cantaba Gardel que no eran nada, pero que a “Love of Lesbian” le ha dado para mucho y no parece que en próximos años deje de darle más cosas.
Más allá de una carrera plagada de grandes éxitos, de himnos y de unos fans que adoran cada movimiento del grupo, tienen el respeto de los artistas. Respeto visto en colaboraciones y también en escenarios. Y esa noche de lunes no iba a ser menos. A pesar de que eso pudiera causar cierto “malestar” como bromeaba Santi en los fans que fueron el 9 de Junio y no de Julio al Liceu. Como si los buenos fueran los que estuvieron en la segunda visita.
Viejos conocidos de “Love of Lesbian” como Baldo y Desirée Miras se pasaron por el escenario. Con él primero, bromeaban recordando cuando no eran conocidos y la gente desde otro balcón les daba pistas sobre si molaba o no la música que estaban haciendo. Y juntos pusieron con “Maniobras de escapismo” al público en pie por primera vez. No sería desde luego la única ocasión en la que eso pasaría. Por su parte Desirée volvió a cantar “Macba Girl” y “Life on cinemascope”, puro ejercicio de nostalgia. Que esta chica no sea muchísimo más famosa y reconocida por su voz es uno de esos misterios por resolver….
Los temas fueron cayendo y Rayden se pasó por el escenario para un “Wiio” en el que supo colocar de manera brillante “Imperdible”. Los asistentes al concierto tras la magistral clase del madrileño recibieron por parte de Santi el anuncio de que otro grande se sumaría a la fiesta.
Antes comentaba que los fans de “Love of Lesbian” les guardan una admiración brutal. Y la admiración y también agradecimiento fué lo que el grupo mostró a un Pancho Varona con el que mano a mano se marcaron “Los Malos Pasajeros”. Pancho es historia de la música en este país y un gran consejero como recordaba Santi. Un Santi que al igual que el resto del grupo se encontró hace tiempo en un momento en el que todo les superaba. Y fueron los consejos de Pancho los que les sirvieron a mantener los pies en el suelo y saber afrontar su nuevo status en la escena musical. Y nada mejor que mantener los pies en el suelo es lo que se le desea al siguiente invitado a subirse al escenario. “Incendios de nieve” sonaba y Alfred García aparecía por sorpresa en el escenario. El “triunfito” demostró en su interpretación ser un verdadero fan del grupo. Creo que nadie disfrutó más que él estar en el escenario, creo que hay cosas que no necesitan decirse, se notan. Y Alfred no disimuló para nada su alegría. Que la fama no le mate nunca la ilusión en cada escenario y canción de la que forme parte.
Santi y Julián fueron discurriendo durante el concierto entre canciones y bromas. El showman y el hombre de las camisas imposibles estaban realmente chisposos. Un sentido del humor recordando momentos vividos y una facilidad brutal en Santi de reírse de sí mismo. De una guitarra, del ego, del narcisismo, gracias Santi por no hacerte inaccesible desde un escenario.
La noche se iba acabando y el momento más festivalero llegó con “Toros en la Wii” a pesar de que anteriormente el subidón de la noche se lo habían disputado clásicos como “Allí donde soliamos gritar” y “Club de fans de John Boy”. Y tras el momento festivalero llega el momento adoración/respeto/días que ni en broma sueñas que puedas vivir… Llega Luz Casal y se hace suyo “Cuestiones de familia”. Y desde mi posición de testigo de lo vivido ayer, permítanme darles un consejo. Quédense con quien te mire como Santi miraba a Luz. Pura admiración y respeto, tanto por parte de Santi como por un público que permaneció totalmente en silencio durante esos minutos de magía.
La noche se cerró con dos temas de ese “El Poeta Halley” que tantas alegrías ha dado al grupo procedente de Sant Vicenç dels Horts. “Bajo el Volcán” y “Planeador”. Un último tema, donde Santi suelta uno de esos discursos que tocan la fibra a cualquiera que lo escuche. Un discurso que habla de la sensación de ser famoso, de que te den las gracias, que desde un escenario tú las quieras dar y un consejo a nuevas generaciones, que no dejen sus sueños.
¿Darnos las gracias Santi? Me permitirás que te lleve la contraria. Gracias a vosotros por noches como la vivida. Ahora me dirás el rollo ese de que un músico sin sus fans no es nada. Pero cualquiera de las personas que ayer abarrotaba el Liceu, cuando recuerde la noche del 9 de julio lo hará con una sonrisa de oreja a oreja y pensará “ojalá más noches como esta”.