Una crónica de Enrique Menendez para Culturaencadena.com y sus lectores
Fotos: Andrea Membrado
Quizás sus mejores años a nivel musical ya han pasado, pero que una dama de la canción como Macy Gray se pase por Barcelona es todo un acontecimiento. Y eso quedo claro en una Razzmatazz llena de público dispuesto a verla. Dispuesto a escuchar esa voz desgarrada (que recuerda a Cocker) y a disfrutar de su música.
Acompañada de una banda de cuatro músicos, que iban vestidos como si de un grupo de los que tocaban en las fiestas de graduación de las pelis de los 80 se tratara. Arrancó la noche con “Psychopath” y demostrando dominio sobre la situación desde ese momento cero. Macy sabe perfectamente como “calentar al público” y así lo hizo hablando continuamente con un público, que lo hizo fácil y que se arrancaba con gritos espontáneos a las frases que desde el escenario la gran dama les soltaba.
Saltándose la lógica Macy presentó al poco de empezar el concierto, uno a uno a los componentes de la banda para acabar provocando el delirio de los asistentes con un sencillo pero contundente “My name is Macy Gray”. 4 palabras que enloquecieron al público. Y llegó el primer clímax de la noche con esa versión del “Creep” de Radiohead. Luces apagadas, sólo unas pequeñas lámparas en el escenario y empieza a escucharse ese principio, ese “When you were here before” para provocar un terremoto a nivel musical/emocional. En ese momento te das cuenta y aprecias que el público esté formado por gente que supera en su mayoría los 25-30. Porque es esa clase de gente que ha disfrutado y entiende el valor del tema de Radiohead. Que lo corea y canta toda la canción acompañando a nuestra gran dama en ese primer clímax.
Clímax que ofrece su segundo capítulo cuando Macy ejerce de maestra de ceremonias y pide colaboración para el tema “Annabelle”. La idea es fácil: sector izquierdo “Annabelle, Annabelle”, sector derecho “I don't want you no more, don't come around here” y con eso tienes a la gente disfrutando un buen rato.
Macy desaparece un rato para cambio de vestuario. Mientras eso sucede nos deja con un teclista que demuestra que calidad no le falta, los miembros de la banda van apareciendo uno a uno y volvemos a tener a la sala a sus pies.
Y llega el tour de force, el clímax definitivo que deja claro porque Macy Gray es una bestia/diosa/la jefa sobre el escenario. Y eso sucede cuando “Sweet Baby” suena para dejar paso a un maravilloso discurso sobre la libertad sexual y el amor. Es ese el momento en el que el público grita, está como se suele decir “on fire” y preparado para ese “Sexual Revolution” que hace bailar absolutamente a todo el mundo. Bailar y delirar cuando en medio del tema cuela el “Do ya think I’m sexy?” de Rod Stewart. Gozada nivel profesional que se mantiene con ese “I Try” coreado y cantado por toda la Razzmatazz.
Como un himno, que todo el mundo conoce. Y que hace suyo quizás sin ser conscientes que tras eso nada volverá ser lo mismo sobre el escenario. Y así es, cuando Macy desaparece para no volver, para que se enciendan las luces y el escenario se quede desierto. Todo el mundo se queda con la sensación de “corto, ha sido muy corto”. Hablo de corto, no de calidad. Porque es evidente que de eso ha habido para dar y regalar en uno de esos conciertos que todo el mundo recordará. Dicen que lo bueno si es breve dos veces bueno. Pues yo creo que para todos los que llenaron la Razzmatazz “lo bueno si es breve es una putada”.