EL VIAJE DE MALDITA NEREA, POR ENRIQUE MENÉNDEZ
FOTOS: ANDREA MEMBRADO
El jueves 12 Maldita Nerea visitaba l´Auditori de Barcelona. Otra parada en su tour “Gira Dentro”. Una gira totalmente opuesto a lo vista anteriormente. Porque igual que se dice que en las distancias cortas es donde un hombre se la juega, es en un acústico donde un cantante/grupo musical más se desnuda. Es donde las carencias de una voz no se disimula entre instrumentos y donde si un músico cojea otros no lo cubren tranquilamente.
Con esa arriesgada propuesta y un decorado que parecía sacado de una película romántica, se presentaban ante un público compuesto en su mayoría por chicas solas o acompañadas. También la presencia de treintañeros rozando los 40, a los que seguramente ciertos temas de Maldita Nerea los trasladaban a momentos anteriormente vividos.
Como bien contaba Jorge, muchas parejas les “echaban la culpa” de los hijos que tenían. Desde que se dieron a conocer para el gran público con el disco “El secreto de las tortugas”, se podría decir que se han convertido en especialistas en historias de amor, superación y todo lo que tenga que ver con el buen rollo. También tienen patadas para el estómago de los sentimientos como “Por el miedo a equivocarnos”, pero en general todo es buen rollo y letras fáciles para escribir en las carpetas de las estudiantes y para ser recitadas por chicos en busca de su momento romántico perfecto.
Dicho esto y con la predisposición de las tortugas (que es como cariñosamente llaman a sus fans) Maldita Nerea recorrió en orden cronológico su carrera musical. Destacar todas las confesiones e historias contadas al público por un Jorge apoyado sobre todo por Tato entre canción y canción. Lo que podría haber acabado siendo un punto cansino, porque se trata de un concierto no de una sesión de monólogos, dejaba de serlo gracias al entusiasmo de esas tortugas que asaltaban al Jorge al grito de guapo y anticipaban cual podía ser el tema que sonaría a continuación.
Toda esa conexión empezó a ser más evidente en el momento en el que se arrancaron con “El Secreto de las Tortugas”. No falto el cada vez más habitual momento del público con las linternas y flashes de los teléfonos, hasta esa muestra pública de amor de dos de los asistentes.
Fueron casi dos horas en los que la más que característica voz de Jorge nos fue contando historias con una receta casi idéntica en todos los temas. Aunque si algo funciona ¿para que arriesgar? Sería como pedirle a Springsteen que hiciera un tema que contuviera trocitos de rap. Ah perdón, será que hace mucho que no escucho “Rocky Ground”.