Una crónica de Enrique Menéndez para Culturaencadena.com
17 de enero del año 2020. Sala Luz de Gas en Barcelona. Con ese retraso que consigue que aumenten las ganas, sin llegar a desesperar al respetable, las lámparas de la sala suben hacía arriba y Sigmund Wilder con sus músicos, salen al escenario. Con “Breathing Under the Ocean” da inicio un concierto/noche especial. Porque no es un concierto al uso, es una fiesta, una reunión de amigos y una carta de agradecimiento a todos los que han seguido la historia de Sigmund Wilder.
Una historia de 3 años que nació con la publicación de un “The Art of Self Boycott” sobre el que giró el concierto. Un trabajo que gana en directo, siempre lo ha hecho por la pasión de los que en el escenario lo defienden. Unos músicos acompañados en esta ocasión por Sergi Rovira al saxo. David Martínez ya nos había avisado de que para esta noche iba a contar con invitados/amigos para algunos de los temas. Y gracias a eso pudimos disfrutar de la energía de Nacho Ibañez de los Big Mouthers en “All you Ever Wanted”. Del chorro de voz y energía de una Tori Sparks que en “The Psycho Magnet Heart” disfrutó en el escenario como si no hubiera un mañana, invitando al público a subir el nivel de energía que ya impregnaba Luz de Gas.
Para la ocasión también se rescató ese “The Day David Bowie Died” y como amante de la buena música la banda de David Martínez, se permitió el lujo de tocar temas de sus queridos The Cure. Y que mejor, para ese himno que es “Lullaby”, que contar con Horacio Verdún, cantante de The Obscure, una de las mejores bandas tributo a The Cure. También fruto del amor a la música pudimos disfrutar, por ejemplo, de “Body Electric” de Lana del Rey. Todo esto ante un público entregado, a excepción de los (que siempre los hay) irrespetuosos que parecían pensar que estaban tomando copas en una terraza. Y hablaban como si no fueran conscientes del respeto que cualquier persona que salga a un escenario se merece. Dejando de lado esa clase de gente, un diez para el resto de público que disfrutó tanto de las canciones como de cada una de las palabras de David. Palabras de agradecimiento, recordando inicios y tranquilizándonos ante un futuro que muchos/as no teníamos claro que camino iba a seguir cuando se anunció este concierto.
La noche acabó con “Only If We Try”, donde Sergi Rovira y su saxo se gustaron para disfrute del personal. Ese tema donde nació todo y que en esta ocasión, dio el punto y aparte a una carrera. Una carrera que sólo si sigue la prudencia, buen gusto y cero concesiones al camino fácil seguirá deleitándonos durante años. Y aprovecho para recordar una charla con David, en la que hablaba de la Capilla Sixtina. Tiempo, que nada eterno se construye en dos días…