¿Cuántos años tiene Enrique? ¡Qué generosidad la suya!
He ido a ver el concierto de Bunbury que cerraba el Festival Internacional de Música de Cambrils. Lo primero que me pasa por la cabeza con simplemente 20 minutos de concierto es...
¿Cuántos años tiene Bunbury? Porque es no parar de moverse por el escenario corriendo en ocasiones de un lado al otro como el mejor Axl de los Guns N’ Roses no es ni medio humano.
¿En qué momento de su carrera toma Bunbury conciencia de que es una especie de Dios del rock y que sus seguidores se dejarán la voz y harán cualquier cosa que les pida en sus conciertos?
Preguntas que se podría hacer fácilmente cualquiera de las miles de personas que han acudido al concierto de alguien que por derecho propio ya no es sólo el cantante que tenía “Héroes del Silencio”. Bunbury en solitario tiene una carrera envidiable, hablas con otros músicos y te dicen que les gustaría que su carrera se pareciera aunque sólo fuera un poco a la suya. Y te dicen la palabra “Dios” y te los crees.
Aunque el motivo de esta gira ha sido la presentación de su último disco “Expectativas” y así lo parece arrancando con temas como “La actitud correcta” y “La ceremonia de la confusión”, Bunbury deja bien claro desde el principio que esto es un viaje para recorrer toda su carrera musical. Os podéis imaginar a todos esos fans para los que “Héroes del Silencio” es la banda sonora de su vida. Imaginadlos salivando y luego en éxtasis, ya os contaré el motivo.
Lo cierto es que Bunbury con ese traje blanco, que ya podemos considerar icónico, no para quieto. Y sabe perfectamente cómo manejar a la masa que está rendida a sus pies. Hace que le acompañe en partes de algunas canciones, les deja que sean ellos los que llevan el tema. ¿Qué hay que corear? Se corea!!!. Y siempre con un gracias en la boca. Dándonos las gracias, aunque los que tenemos que estar agradecidos son los que hemos vivido una noche de locura.
Locura que alcanza su cénit cuando llega ese éxtasis del que antes os hablaba. Cuando arranca “Maldito Duende” y ni un solo brazo se queda en un sitio. Unos golpeando el aire, otros simplemente señalando al Dios de esta noche. Pantallas de teléfono capturando el momento, ojos capturando y voces que se rompen acompañando a Bunbury. Y Bunbury sabe que es el momento, baja del escenario y se acerca todo lo que puede al público. Un niño desde el público consigue acercarse y joder!!! todos nos cambiaríamos en ese momento por ese niño. Quizás no es consciente de lo que realmente esté viviendo pero con los años flipará recordándolo.
“Gracias” siempre con un “gracias” en la boca Bunbury sigue sin dejar de pisar el acelerador. “El extranjero”, “Que tengas suertecita” y otros éxitos siguen quemando la noche. Mención especial a “El hombre Delgado que no Flaqueará” que es otro de esos momentos que quedará en el recuerdo de sus fans. Como ha dejado Bunbury que el tema fuera nuestro por momentos.
Qué generosidad la suya, generosidad devuelta cuando se ha cerrado el concierto con “La Constante”. Donde ha pedido al público de las gradas que con sus teléfonos hicieran desaparecer la oscuridad de una noche de rock para darle luz al asunto. Y crear una despedida mágica. Para una noche en la que la Dios se ha comido Cambrils y os ha dejado en los huesos.