Concierto RECOMENDADO por Culturaencadena.com
Los que asistieron a la Sala Zero de Tarragona era un público dispuesto a disfrutar de los Mishima. Ese público, no salió bajo ningún concepto decepcionado de lo que se vivió esa noche en una de las salas más míticas del país. Un templo ideal para conciertos sin efectos especiales. Música en estado puro, donde los músicos demuestran realmente lo músicos que son. No conozco todavía ningún artista que haya actuado en la Sala Zero y no haya agradecido la cercanía que se tiene con el público y la acústica y encanto de dicha sala.
Dicho esto, los acordes de “L’or” dieron inicio a un concierto, en el que los temas de su último trabajo “Ara i res” fueron navegando, aunque hubieran ausencias sorprendentes. Como que no sonará ese “Posa’m més gin, David!”. Pero que quede claro que si tienes muchos hits, no todo puede disfrutarse en un concierto. Y quizás eso explica que más allá de “L’or”, de su discografía también se pudiera echar de menos “Miquel a l’ accés 14”. Pero seamos positivos, no pensemos en lo que no disfrutamos, pensemos en lo demás. En que no faltaron, en ese tan corto como brillante “Guspira, Estel o Carícia”, en ese “Cert clar i breu” que toda la Sala Zero cantó, en tantas otras canciones…
Pensemos en los chicos. En la solvencia de Marc Lloret en los teclados, la agilidad de Alfons Serra con la batería. En lo serio pero brillante que es Xavi Caparrós al bajo. En un David Carabén cantando y moviéndose sin bajar nunca nivel, haciendo bailes en el aire, hablando con el público. Y toca destacar esta noche a un Dani Vega pletórico en la guitarra. Gustándose en cada solo, capaz de alargar los temas y con ello la fiesta. Porque fiesta sería una buena manera de definir esta noche del 18 de Diciembre. Una fiesta que terminó con los acordes finales de “El camí més llarg”, pero que a pesar de una duración que se antoja escasa, exprimió cada segundo sin dejarse nada en el tintero.
Ya son más de 20 años de canciones, conciertos y tablas muchas tablas. Y los Mishima, agradecidos con sus fans, tienen la facilidad de que aunque como David Carabén dice, repiten muchos de sus temas en cada una de las giras que hacen, esos temas suenen vivos. Es decir, no hay nada de piloto automático en cada uno de ellos. Uno siempre admira de Mishima, que para llevar más de 20 años en este negocio, siguen con la misma pasión, siguen siendo cercanos con el público, lo involucra en cada una de las canciones y saben exactamente donde están. En una posición que se han ganado, pero siendo conscientes de que esto no va de estrellas de la música, sino de currantes de la música. Eso sí, currantes que no te cansarías de contratar. ¡¡¡Gracias por este regalo de Reyes adelantado!!!!