El grupo del que voy a hablar hoy es realmente dificil de clasificar:
Fantomas, el proyecto en el que se embarcó hace ya unos años
Mike Patton (ex-Faith No More).
Junto a él forman el grupo el bajista Trevor Dunn (Mr. Bungle), el guitarrista Buzz Osbourne (Melvins) y, en la batería Dave Lombardo (Slayer), y se trata de un disco altamente experimental, con un estilo que el propio Patton ha dado en llamar “Cartoon Music”. Pero, ¿Qué es la “Cartoon Music”?. Pues básicamente consiste en una serie de rápidos cambios de ritmo y de melodías, de forma absolutamente caótica, acompañados de una serie de ruidos y sonidos propios de la animación o los videojuegos. Patton no emite un sólo sónido coherente por su boca en lo que dura el álbum, sino que emite muchos de estos ruídos de los que hablaba antes.
No hay letras en ninguna de las canciones, y es dificil determinar su estructura, si es que tienen alguna. Otro aspecto que también llama mucho la atención de este disco es el nombre de las canciones. Hay 30 canciones, y cada una de ellas corresponde a un día del mes de abril.
Son en general canciones cortas (entre 30 segundos y 3 minutos, siendo la mayoría de poco más de 1 minuto) que se suceden rápidamente, casi sin dar tiempo a asimilarlas. No es la primera vez que este extraño grupo “juega” con la estructura de sus álbumes.
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Dave Lombardo performing with Fantomas (Photo credit: Wikipedia)
e hecho, su anterior disco "Delirium Corda" estaba compuesto de una única canción que intentaba transmitir las sensaciones de una operación sin anestesia, y su primer compacto nombraba las canciones como si las páginas de un cómic se tratase. Creo que ha quedado bastante claro ya, que estamos ante una propuesta musical muy arriesgada. Es, en mi opinión, dificil de escuchar, ya que todos esos cambios de ritmo y esos ruidos hacen que concentrarse en cualquier otra cosa mientras escuchas este disco sea tarea imposible.
Uno debe permanecer atento a cada matíz de este experimento musical para poder llegar a comprender minimamente el sentido de esta rareza. Desde luego, no es un disco para todos los oídos, pero si se quiere probar a escuchar cosas nuevas y sorprendentes, merece al menos una escucha. A muchos no les gustará, y a la mayoría les parecerá demasiado experimental para escucharlo frecuentemente (yo entre ellos, no lo voy a negar), pero hay que reconocer la calidad y el inconformismo musical de estos cuantro músicos, que, partiendo de sus raices cercanas al metal, han sabido crear algo totalmente distinto.