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Este disco del chiflado Arthur Brown y su banda de locos contaba con Pete Townshend de los Who como productor asociado entre otros. El álbum es ya un clásico imperecedero de la psicodelia y del rock en general que trasciende más allá de su tiempo, aunque pase completamente desapercibido en el circuito más popular. Mientras muchas otras propuestas de la época hablaban de amor, flores y demás lindezas; Brown huye de todos esos tópicos y emplea toda su genio e ingenio para sorprender hasta al más osado de los oyentes.
Con esa finalidad utiliza ingredientes dramáticos procedentes del teatro del absurdo y hasta algunos recursos musicales empleados por Kurt Weill, un reconocido compositor alemán. Arthur Brown convierte el disco en un mundo espontáneo, repleto de sonidos y ambientes casi visuales por medio de la sinestesia, las imágenes entran a través de los oídos. "Fire" es el tema más conocido y escuchado de este disco. Inicia con la presentación del dios del fuego, que dentro de la obra es un protagonista en potencia y ese dios es el mismo Arthur Brown.
Los recursos que forja con sonidos son elementos arquetípicos como el mismo fuego, ráfagas de viento o gotas de agua al reventar en el suelo. Si somos muy perceptivos nos daremos cuenta que nos lleva al cuarto elemento según la creencia oriental: el vacío. Al terminar de vivir el álbum, al llegar a la última nota, percibiremos que nos cuesta trabajo adaptarnos inmediatamente al mundo real. Por si fuera poco el álbum también cuenta con covers de Screamin’ Jay Hawkins y James Brown.
Cabe destacar que fue el primero en maquillarse, teniendo una influencia significativa en bandas como Alice Cooper, Kiss o King Diamond. Sus actuaciones estaban repletas de elementos teatrales, desde obligar a sus músicos a utilizar máscaras de goma transparente hasta portar el mismo Arthur un casco llameante. En el año 1968 el álbum debut de The Crazy World of Arthur Brown se convertía en un éxito sorpresa en ambos lados del Atlántico. Brown sin duda era un excelso cantante. Su variado registro con facilidad podía ir de un tono grave de voz a bizarros falsetos y demás tipos de gritos.
Y todo esto al tiempo que bailaba en el escenario de manera esquizofrenica con ropa o sin ropa. Brown era respaldado por una banda sobresaliente, la cual hacía aun más intensa su musica y él era como una maniática versión de Cooper o de Frank Zappa mezclada con el macabro Screaming Jay Hawkins. Su banda en este primer plástico la formaban Vincent Crane (órgano Hammond), Drachen Theaker (batería) y Nick Greenwood (bajo) aunque Drachen fue reemplazado brevemente por Carl Palmer (más tarde en Emerson, Lake & Palmer) durante la segunda gira americana.