Cover of Somewhere in Time
Con este disco se puso de manifiesto que en el interior de Iron Maiden se estaban produciendo algunos cambios: Dickinson redujo su aporte creativo, Adrian Smith pasó a escribir algunas letras y Harris pareció ensimismarse aún más en la elaboración cuidadosa de la nueva propuesta maideniana.Con un nuevo sonido, estilo robótico y futurista, se implementó el gran estigma de los sintetizadores, dando así una nueva era para la banda.
Con la aparición de sintetizadores aportando un aire modernista, generó un debate que dividió al fanatismo. Fue muy importante la activa participación de Adrian Smith en la creación de este álbum ya que contribuye con uno de sus éxitos de más renombre, "Wasted Years" tema caracterizado por su memorable introducción, las dobles voces de su coro y su elaborado punteo. Pese a no tratarse de un álbum conceptual, el disco se ambienta en tiempos futuristas al estilo de la película Blade Runner. Este hecho se observa en la tremendamente detallada portada del mismo. Una portada que contiene numerosas alusiones a otras canciones de la, hasta entonces, historia de Iron Maiden. En ese momento la banda intenta buscar nuevos caminos para un nuevo sonido: más atmosférico, menos pesado, más planeado, más melodioso y más musical.
Empezaron a complementar su heavy metal con fondos atmosféricos que le dan a la música un toque de tecnología y nos presentaron un disco futurístico; lo cual no quiere decir no que sea tan bueno. Para muchos acérrimos de la banda "Somewhere in time" representa una gran caída en comparación con el disco anterior; yo simplemente creo que Maiden en sus primeros álbumes siempre fue evolucionando, por lo que este álbum es otro escalón más producto de dicha evolución y que tocaría techo en el siguiente trabajo del grupo, el excepcional e incomprendido hasta cierto punto "Seventh son of a seventh son". A partir de allí la fórmula Maiden ya se estancaría; sin embargo "Somewhere in time" resultó ser un disco exitoso, la crítica lo alababa en exageración y fue el disco más exitoso de la dama de hierro hasta esta fecha.
Y aunque debamos reconocer que Harris y compañía acosen cierta falta creativa y por momentos haya algo de mediocridad, no es nada nuevo en el seno de la banda, pues creo que es un aspecto presente en mayor o menor medida en todos sus álbumes, incluso en los más sobrevalorados y que están considerados como clásicos. La aportación de Bruce Dickinson y Dave Murray en las composiciones es prácticamente nula, así nos quedamos solamente con Adrian Smith ayudando a tirar del carro y proporcionando alternativas al denodado cabalgar del bajista. "Wasted years", "Sea of madness", "Stranger in a strange land" y su contraste, no sólo con el resto sino entre ellas mismas, compensan la escasez de ideas que se empieza a adivinar en el seno del grupo y que se hará indisimulable tras la marcha de Adrian en el año 1990.Así pues, el álbum resulta ser un buen disco de rock donde todavía se puede gozar con relativa frescura de buenos riffs de guitarra, de algunas melodías pegadizas, de buenos arreglos de guitarra, de armonías inspiradas, de temas con guiños progresivos y del omnipresente bajo de Steve Harris. En su portada Eddie vuelve a las andadas tal y como se mostraba por ejemplo en la de "Killers" tras haber pasado por múltiples peripecias y mutaciones, y el álbum nos traía de nuevo a los Maiden de estudio después del flamante World Slavery Tour y su fruto, el fenomenal trabajo grabado en directo "Live After Death". Con semejante precedente, la expectación era enorme, y quizás ese fuera el motivo de esa recepción algo tediosoa por parte de muchos fans que parecieron no entenderlo y hasta muchos años después no hablarían bien de él.
La producción del sabio y curtido Martin Birch es excelente, como siempre acostumbra a serlo, quien esta vez hace un uso generoso pero inteligente de aquel recurso tan de moda en los ochenta, la reverb, en lugar de inundarlo todo consigue aplicar la cantidad justa para crear esa convincente atmósfera futurista que lo distingue de "Powerslave" y trabajos anteriores, a lo cual también contribuye el uso de bajos y guitarras sintetizadas (que nunca teclados, como ellos mismos insistían, en una época en la que el uso de teclados en el Heavy infundía entre los más acérrimos algo más que sospechas de traición). La cara A abría con "Caught somewhere in time", en la que destaca una sección solista sobresaliente donde Dave Murray y Adrian Smith exhiben sus progresos con el Floyd Rose.
La cara B se abría con la más previsible "The Loneliness of the long distance runner", con un comienzo muy prometedor al estilo de "To tame a land" para seguir después con un ritmo un tanto ligero, pero no voy a ser yo quien vaya a restarle méritos a una canción que creo que si los tiene; "Stranger in a strange land" de Adrian Smith me parece otro tema fantástico que como muy bien indica su título ciertamente parece un extraño en el contexto general del disco, pero sin llegar a desentonar por ello en ningún momento. "Stranger in a strange land" es una especie de "New wave-Heavy metal" con una melodía comercial y futurista, un buen trabajo de teclados en los versos y un solo de guitarra melodioso, armonioso, bello, precioso y épico, que empieza tranquilo y poco a poco se va elevando junto a la impecable melodía de bajo.Wasted years" era el single idoneo con mayúsculas, con una frase conductora que vale media canción, un estribillo pegadizo y un solo central que resume el abc del solista metalero. A continuación seguía "Sea of madness", que se mueve al ritmo de uno de los riffs más contundentes de la banda y el final de la cara llegaba con la épica "Heaven can wait", que proporcionó el momento más memorable quizás del Monsters of Rock ’88 cuando los miembros de Metallica, Anthrax y Helloween se subieron al escenario abrazados en plan colegas para corear al unísono los míticos "uoooh, uoooooh" que contiene la canción. De hecho ya es habitual que en los conciertos de la banda cuando tocan ese tema suban unos previamentre seleccionados fans a hacer lo mismo.
English: Iron Maiden in 1982 (Photo credit: Wikipedia)
La elegante "Deja vu" comenzaba con una excelente entrada atmosférica, después se incorpora la batería y nos brinda por llamarlo de alguna manera un momento de metal épico y progresivo (cuando esos términos apenas existían); el tema contiene además un riff excepcional. El último tema era "Alexander the Great", que como gran colofón nos traslada al mundo antiguo para relatar las correrías de Alejandro Magno por Asia Menor. Esta vez las ambiciones de Harris aumentaban al querer contar la historia de Alejandro el grande. El ambiente inicial es estupendo, con esa frase introductoria atribuída al rey Filipo de Macedonia y una melodía que tras flotar con placidez entre la brisa se sube por fin a lomos de Bucéfalo para conquistar nuestros oídos. Hasta este momento todo apunta a una nueva, quizá la definitiva, epopeya Maiden. Sin embargo, ocho minutos apenas dan para recitar de manera telegráfica las hazañas bélicas de tan célebre personaje.
A pesar de una instrumentación excelente como de costumbre, de pronto llega ese lacónico e impersonal "He died of fever in Babylon", y ya está, se acabó. Maiden sacaba su propia competencia para "Rime of the ancient mariner" (tema ampliamente comentado ya en otro artículo de nuestra web), aún asi es un buen tema para disfrutar. El merecido descanso debido al agotamiento que les produjo la anterior gira trajo consigo una nueva forma de hacer música de la que resultó “Somewhere in Time”. Aquí la idea del álbum conceptual pierde fuerza aunque mantiene un hilo conductor en torno al viaje en el tiempo y sus derivaciones en torno a la historia y el paso del tiempo. En lo musical incluyó el novedoso sonido sintetizado de un bajo y una guitarra, al igual que nuevas texturas y capas de sonido; sin duda fue un paso difícil y atrevido para el grupo.