El Dont look back de Cohen. Una visión única del cantautor en mitad de su gafada gira mundial de 1972, cuando emprendió un fatigoso tour por 20 ciudades, de Dublín a Jerusalén.
Si no fuese porque no creemos en esas cosas, hablaríamos de mal de ojo: cuando no se trata de graves problemas técnicos son promotores hostiles, servicios de seguridad violentos, fans quejicas o grupis ardientes.
En mitad de todo ello, el paciente Cohen se lo toma con filosofía, y cavila (en directo, o en privado) sobre su arte, sobre el éxito (“el éxito es supervivencia”), sobre su conexión con todas esas canciones (“estoy condenado a repetirlas como un loro encadenado a su soporte”), sobre cómo una canción puede “volverse inhabitable, cuando pierdes contacto con la emoción”.
Y bromea. Se ríe de sí mismo, y de su aureola de tipo atribulado, y de todos los traspiés (“Me he deshonrado a mí mismo, Tony”). Y toca, claro: “Suzanne”, “Sisters of mercy”, “So long Marianne”... Un sabio de la música popular cazado en un periodo crucial. El documental musical ideal para acercarse la figura de una leyenda de la música y las letras.