Horas antes de su actuación en la Sala Zero de Tarragona, Oscar de Delafé nos ofrece su tiempo para una entrevista en la que no sólo se habla de música. Se habla de la vida, del paso del tiempo…
Su sinceridad es apabullante y eso es algo que se agradece... y mucho. Uno estaría horas hablando con alguien que se muestra con tanta franqueza y que hace que en ningún momento pienses que está interpretando un papel…
CEC: Ha pasado un año desde que viniste a Sala Zero. Y combinabas canciones de los discos con Facto, con las Flores Azules y los del nuevo disco. ¿Va a haber algún cambio en el concierto de hoy? ¿O un poco la estructura va a ser la misma?
D: No, ahora es totalmente distinto. Lo que hacemos es que hemos montado una especie de "sound system" con Dani en la que la música no para durante una hora y cuarto. Sólo se detiene para hacer el bis, pero es una hora y pico con música non-stop.
CEC: ¿Es una sesión?
D: Si, es una sesión. Vamos intercalando temas clásicos de la historia de la música. Empieza con los Beatles y entonces suena una canción nuestra. Acaba la nuestra, suena otra de David Bowie, otra nuestra, otra de Marvin Gaye….
CEC: Del disco de Delafé, hará un año y unos dos o tres meses ¿Estáis trabajando en temas nuevos con previsión a sacar algo este mismo año o ya para el 2018?
D: En principio el 5 de julio empezamos a grabar ya el disco. Pero lo quiero grabar de una manera diferente. Antes hacíamos todas las maquetas, íbamos al estudio, y luego a mezclar y masterizar. Me gustaría hacer la maqueta, ir al estudio, grabar la canción, mezclarla y ver ya como funciona. Es decir, hacer el proceso cada vez todo entero, menos lo de masterizar. Y del próximo disco me gustaría sacar como 4 o 5 singles.
CEC: Pero esto es algo que antes no se hacía. Antes entrabas en iTunes o cualquier plataforma musical y no había adelantos. A nadie se le ocurría sacar cuatro canciones del mismo disco, una cada mes o cada 15 días. Antes sacabas un single y ya está.
D: Es que si la mayoría de gente no escucha un disco entero, lo mejor es dárselo diseccionado. Que escuche una canción tuya cada 2 meses, que le haga caso. Si les das cuatro o cinco de golpe es como “uff”. Creo que, como ha decrecido mucho el nivel de paciencia, hay que dar las cosas un poco en plan cuentagotas.
CEC: “La fuerza irresistible” es el primer trabajo que has sacado de una nueva etapa. Ha funcionado bastante bien y mantenido mucho lo que serían los fans que tenías anteriormente. ¿Eso te daba un poco de miedo? ¿Te preocupaba perder parte del público al ya no estar Helena?
D: He perdido mucho público. Un 35% de público.
CEC: Si, pero en redes sociales, yo sigo viendo el mismo público que había antes. Y tampoco una bajada de público sustancial en los conciertos.
D: En redes sociales es porque no se pueden borrar (risas). Yo creo que si ha bajado y es normal. Sabía que iba a bajar, que no iba a subir. Hubiese sido una sorpresa muy grata. O sea, sacar un disco, “ostia, se va mi mano derecha y encima…” Lo que pasa es que, por suerte, seguimos vivos. También tenemos un formato mucho más de estar por casa, mucho más económico.
CEC: Si, no hay tanta gente.
D: Te adaptas a las circunstancias y, si hay un bolo guay, pues te llevas todo el equipo. Yo tenía miedo, pero supongo que todos tenemos miedo de vez en cuando. Aunque el miedo está bien si lo conviertes en respeto. Si te impide moverte es una putada. Con Dani tenemos que tener tres formatos mínimo. Porque si queremos ir a tocar a Albacete, no van a venir más de 100 personas. Entonces, si queremos ir a tocar, tenemos que ir tú y yo solos. También te comento que con “Delafé y las Flores Azules”, cuando las cosas iban bien, nos metíamos cada hostia… Porque llevábamos un equipo demasiado heavy a veces.
CEC: Cuando hicisteis el comunicado de separación en las redes sociales los fans se quedaron muy… era muy inesperado. De hecho, en muchos conciertos que hicisteis ya sabíais que iba a haber una disolución. ¿En algún momento al ver que el público estaba tan entusiasmado, os hacía un poco frenar? ¿Os llegasteis a plantear “oye mira, la cosa funciona, olvídalo, sigamos así”?
D: Yo... es que no fue una decisión mía. Yo lo que no fui es pesado. Dos años antes, Helena me comentó que se estaba planteando dejar el grupo. Y entonces sí que le insistí y me quedó claro que si volvía a pasar eso otra vez, es que se lo había pensado muy bien. Entonces cuando me lo volvió a decir, le comenté “joder tía... ¿lo has pensado bien?” “Si, si”. Pues es lo que hay, no hay nada más que hacer. Y lo que sí que quisimos es llevarlo con mucha discreción
CEC: Pero ¿se ha cerrado la puerta definitivamente? ¿O nadie te dice que de aquí 5 años volváis a tocar un disco juntos?
D: Bueno, sería muy guay hacer un disco juntos. Si el disco fuese bueno, claro. Si es una mierda de disco mejor no hacerlo… Pero estaría guay, a mí no me importaría volver a trabajar con Helena. Pero lo veo un poco a largo plazo.
CEC: Hablemos de “Ciao Pirla”. El documental que hiciste, en el cual agarras una bicicleta, las cenizas de tu padre y la idea es llevarlas al lago Como en Italia. Esto como espectador es realmente emocionante. O sea, te guste o no te guste el grupo, lo conozcas o no, la historia y el desarrollo toca la fibra. ¿Qué supuso para ti? ¿Cerrar un capítulo? ¿Te supuso mucho desgaste?
D: Desgaste ninguno. Fue como mantener a tu padre vivo. Es como que tienes un proyecto, lías a gente… A mí lo que me gusta es cuando alguien está haciendo cosas. Lo pasé realmente mal cuando llegué a Barcelona y pensé “ya está, se ha acabado el documental, ya está…”
CEC: El bajón vino luego, por decirlo de alguna manera....
D: Si. Cuando tienes que aceptar que la vida sigue, y que has estado manteniendo vivo el recuerdo, trabajando mucho para un proyecto, para un propósito. No fue nada duro, fue una cosa muy bonita. Porque cuando tenemos un objetivo, la verdad es que somos maravillosos.
CEC: Un poco enlazado con “Ciao Pirla”, está claro que allí demuestras un poco tu amor al ciclismo. También lo he visto en referentes como los que pones en “Lo más bonito del mundo” e incluso en “Poquito a poco” referencias a las tardes del Tour y los domingos en bicicleta. Esta pasión... ¿cuándo empezó?
D: Es una forma de escapismo. O sea, igual que lo han sido los porros. Cuando me dieron una bici, descubrí que con eso me podía ir bastante lejos…
CEC: ¿Es una válvula de escape?
D: Enorme. La bicicleta es como un gran amigo, donde escucho música, escribo, medito y tomo decisiones.. Me cuesta mucho estar sentado y tomar buenas decisiones. En la bicicleta es donde estoy en un estado muy zen.
CEC: Te iba a decir... Yo creo que las letras que escribes tienen rimas muy pegadizas. No son rimas muy forzadas que puedan estropear la canción. Santi Balmes, por ejemplo escribe relatos, colaboraciones en algún medio de prensa. ¿Tú te lo has planteado alguna vez?
D: Yo creo que no tengo mucha facilidad. Me gusta escribir, pero cuando tengo una idea. Pero hasta que tengo esa idea, tardo mucho, y entonces tengo que pensar qué quiero escribir. Me encantaría tener algún reto, que me lo encargaran. En plan “tienes que hacer esto”. Entonces lo haría, porque si, no soy muy vago.
CEC: Oscar, vosotros ya tenéis un nombre en la escena musical. La gente sabe quién sois, a pesar de todos los cambios. ¿Crees que hoy en día para alguien que empezara sería mucho más difícil?
D: Ojalá volviese a empezar ahora.
CEC: ¿Crees que sería más fácil? Yo lo veo más complicado, hay más competencia…
D: Hoy en día estos chavales que hacen trap, graban una canción el martes, un videoclip el miércoles y lo cuelgan el jueves. No tienen discográfica, no tienen promotor, y en un mes tienes 500.000 visitas. Eso me parece increíble. No sé realmente cómo lo tienen hoy en día las bandas. Porque tienes bandas como Izal que en 2 años pasan de tocar delante de 200 personas a tocar delante de 12000, y veo bandas que me encantan y que cada vez tocan delante de menos gente, como por ejemplo Sr. Chinarro. En el fondo se trata de conectar con la gente. Si conectas con la gente, la gente te consume. Yo creo que ahora mismo no conecto con la gente joven.
CEC: ¿Crees que tienes el público que tenías hace 10 años, pero que no va a entrar público nuevo de 20 años?
D: Tengo muy poco público joven. Es preocupante, pero al mismo tiempo entiendo que una chica de 20 años no se fije en mi. Es decir, me extraña mucho que se fije en Balmes, que es un señor y podría ser su padre.. . Entiendo que una chavala de 20 años se fijase en mi cuando yo tenía 25. Ahora me dicen “señor” en la calle. De golpe te das cuenta “ostia, me estoy quedando calvo, las chicas de 20 años ni te miran, ni existes y pasas a ser una sombra. Sé que si hago un disco muy guay podré seguir viviendo de esto. Ya me doy con un canto en los dientes de haber empezado con 17 años a hacer música y estar con 40 y seguir aquí. Pero sé que los leones jóvenes llegan con mucha fuerza. Y cada vez soy un león más viejo, cuando nunca pensaba que iba a serlo.
CEC: El nombre del disco es “La fuerza irresistible”, el primer sencillo también se llama “La fuerza irresistible” y en tus firmas de los cds ponías lo mismo. El nombre de la persona y “eres una fuerza irresistible”. ¿Cuál es tu fuerza irresistible?
D: La fuerza irresistible, tuya, mía -y de todos-, es el amor. O sea el amor por lo que haces. Cuanto más amor das, más recibes. Es así, esto es lo que mueve el mundo. Entonces yo me considero muy afortunado, tengo tiempo libre en la vida. Me gustaría tener más dinero, pero bueno, no puede ser perfecto todo… Tengo una chica que quiero, tengo una hermana que quiero, unos padres que quiero. Unos fans que me quieren, yo intento quererlos…
Lo de “La fuerza irresistible” viene de una paradoja. No puede haber en nuestro universo ninguna fuerza irresistible ni ningún objeto inamovible. Yo un disco que hablaba de esperanza hoy en día desde la oscuridad, me apetecía ponerle el nombre de un imposible. Pero yo creo que a veces hay que creer en los imposibles para seguir tirando hacia adelante, porque si no “apaga y vámonos”. Yo me pongo a ver las noticias y después a leer el diario y dan ganas de poner una bomba o pegarme un tiro. O dejar de creer en la raza humana porque somos lo peor. Entonces yo le puse el nombre de un imposible. O sea, a veces hay que creer en cosas que no son ciertas para poder seguir hacia adelante.
CEC: Lo que muestra el primer tema, “Días y días”, ¿va un poco asociado con eso?. Porque empieza muy deprimente, hasta que haces una especie de pausa y es en plan “vale, es lo que hay pero voy a darle la vuelta a la tortilla”
D: Hay días que me levanto y me digo: “mira, me voy a meter otra vez en la cama y voy a empezar otra vez”, porque ha empezado fatal. O sea, me he levantado de mala leche, se me ha quemado el café, me he cabreado con no sé quién… Y vuelve a empezar el día. Entonces yo creo que es la actitud con la que afrontes las cosas. Yo he podido venir aquí en plan “no sé cuántas entradas se han vendido, pero seguro que no se va a llenar…”. Podría pensar “antes se vendían muchas más y no sé qué, no sé cuántos..”. O puedo decir “joder tío, a ver si hacemos un show guay y la próxima vez se venden unas cuantas más de las que se han vendido”. Es un poco como ver el vaso medio lleno o medio vacío. Tú te enfrentas cada día a un nuevo día y está en tus manos que sea bueno o malo.
CEC: Cuando se te quiten las ganas de seguir pateando escenarios y el desgaste que implica, ¿has pensado en componer para otra gente? ¿Has pensado ser un poco como Paco Loco?
D: Es que no tengo ni puta idea de donde está el DO en el teclado. Soy muy vago, tío... Ojalá que tenga un trabajo que me guste y no me ocupe mucho tiempo. No tengo ni idea de qué trabajo será, pero tengo claro que esto no va a durar para siempre. Ahora me encantaría, por ejemplo, hacer un grupo de trap, crear un personaje que no existe. Lanzarlo a You Tube y ver como funciona. Me encantaría hacer ese experimento, porque a veces pienso que si el disco de “La fuerza irresistible” lo saca un chaval de 20 años en lugar de un chaval de 38, ¿qué hubiese pasado?...
FOTOS: Rubén Vilches