77 minutos hablando. Ese es el tiempo que David, conocido musicalmente como Sigmund Wilder, compartió hablando conmigo: de como ha sido la creación de su nuevo trabajo, del futuro, de la música…
Y la verdad es que uno se queda con la sensación de pasar de entrevista a charla entre amigos, porque los temas vienen y van con una facilidad pasmosa. Es una pena no poder plasmar de forma completa todo lo que dieron de si esos 77 minutos. Pero espero que el lector disfrute con el resultado de una tarde de martes que valió mucho la pena...
CEC: Ha pasado menos de un año desde que sacaste “The Art of Self Boycott”, y ahora tenemos este “The Day David Bowie Died” compuesto por 5 canciones, de las cuales 2 ya las conocíamos por tu anterior trabajo, y otra es una versión. La primera pregunta que me planteo es si, por tu parte, ha habido una cierta necesidad de ofrecer algo nuevo a tu público para no dejarlo un poco apartado. Sin tomarte el tiempo y la dedicación que, por ejemplo, dedicaste a tu anterior trabajo, que fue un proceso de 3 años.
SG: Contesto la pregunta en dos partes...
¿Ha habido una necesidad de ofrecer algo al público? Si, claramente. Es decir, de alguna forma es lo que sentíamos (hablo en plural) los que somos los dos pilares del proyecto, David Palau como productor de Sigmund Wilder, y yo mismo: que podía ser dramático darle el timing natural a un segundo disco. Entendido como que pudiéramos estar hablando de 2019...
Realmente es fantástico lo de plantearte una carrera artística en base a discos, como se ha hecho tradicionalmente durante toda la vida. Pero esto tiene un cierto sentido cuando formas parte de un engranaje en el que tienes un lanzamiento, una campaña de promo de 4-5-6 meses, que precede a una gira y con un agente que se dedica a buscar bolos. Al final, entre un lanzamiento, una promo y una gira estabas cubriendo más o menos el periodo de tiempo que había entre que sacabas un disco y el siguiente. A día de hoy, todo es muy distinto, y aún más en un proyecto independiente. Nosotros ni tenemos agencia de management, ni un agente de booking ni sello discográfico... Todo es absolutamente de "cocina casera"... Así que nos daba la sensación, por un lado, de que teníamos canciones ya escritas para un segundo disco que pedían luz verde ya, pedían pista. Y no solo que ellas la pedían, sino que nosotros teníamos muchas ganas de ofrecerlas.
Por otro lado (y por eso te decía lo de contestar a la pregunta en dos partes), este planteamiento en ningún momento ha supuesto ninguna prisa ni nada parecido. Hemos trabajado con el mismo timing creativo. El disco anterior fue un periodo de tres años, básicamente porque hay una primera etapa de prácticamente año y medio, casi dos años, en la que yo estoy encerrado en mi habitación escribiendo las canciones de forma totalmente íntima. Es una cosa que hago yo como pura terapia. Entonces, por eso el periodo de ese disco tiene esa duración.
CEC: Pero a mi David, y perdona que te interrumpa, sinceramente yo esperaba mucho este disco. Tenía mucha curiosidad porque realmente el primero fue algo muy inesperado, no era algo comercial. Se notaba que había mucho cariño hacia el tema de la música y se notaba sobretodo que realmente el tema de ser o no ser comercial, francamente no es lo que os preocupaba. Entonces francamente cuando yo ahora me encuentro ante este segundo trabajo la primera sensación que tengo es que teníais claro que no iba a ser algo tan complejo o elaborado como el primero. Y segundo, que es como un aperitivo, que estamos más ante un aperitivo que un plato principal.. ¿Esto es un aperitivo más que un disco?
SG: El concepto aperitivo me parece clavado. Déjame que te aporte un matiz de continuar con el proceso del segundo disco. . El proceso creativo que hemos utilizado es exactamente el mismo. Yo trabajo las demos en casa, hasta que creo que están en un punto suficientemente desarrollado y con una personalidad sonora que de alguna forma al productor, a David Palau, ya le están dando la información suficiente para saber hacia dónde va el tema. A partir de ahí, el proceso de producción es exactamente el mismo. Respecto al tema aperitivo básicamente lo que vamos a hacer es lo siguiente. Vamos a publicar 2 adelantos de lo que es el disco, “The Day David Bowie Died” es el primero. Va a haber un segundo adelanto pasado el verano y ya en primeros del 2019 va a llegar el disco completo. Entonces es de alguna forma el planteamiento que algunos artistas ya han hecho en algunas campañas. El sacar 2 singles que preceden al disco, , eso no quiere decir que todos los temas nuevos, los adelantos , vayan a estar en el disco. Pero lo que me daba mucha rabia de la campaña de “The Art of Self Boycott” es que enganchamos a muchísima gente y lo relativizo a los recursos puestos al servicio del proyecto, y sinceramente me parecía que tanto para nosotros como para las personas que pudieran tener algo de hambre de escuchar nuevo material de Sigmund Wilder, era una espera i innecesaria. Y entonces con toda esta parrafada básicamente si, el concepto aperitivo es clavado.
CEC: Entiendo lo que dices, pero no se ha vendido de esa manera. Entiendo totalmente que es un aperitivo, pero me da la sensación que en ningún momento lo has querido mostrar como tal.
SG: No entiendo exactamente a que te refieres.
CEC: Te pongo un ejemplo, “Arcade Fire” sacó un disco el año pasado. Y sacaron creo que 5 sencillos antes del disco. Por lo que me estás contando en el próximo trabajo que saldrá principios 2019, finales 2018, habrás incluido temas de los que has sacado en este “The David Bowie Died” , no todos pero habrá alguno. Quiero decir, seguramente la idea es la misma, lo del aperitivo, pero no lo has enfocado en tus redes sociales ni en ningún sitio como eso. Creo que es una sorpresa para el oyente.
SG: La verdad, no lo sé Enrique. Cada pieza que hay en el lp tiene un propósito. Es decir te contamos cuales son los nuevos temas de Sigmund Wilder. Luego “All I Ever Wanted” es el tema que originalmente estaba pensado para ser el segundo single de “The Art of Self Boycott”. Por razones X no llegó a haber un segundo single y tampoco pensamos que “The Art of Self Boycott” tuviera la repercusión que considerábamos que debería haber tenido, obviamente por el tema de ser independiente y mantenerte en ese estado. Y nos parecía una forma de con este lanzamiento, de contarle a la gente que nos descubre a través de este, que es lo que tenemos en el pasado. “Silent Girl” en su nuevo arreglo es básicamente, un redescubrir la canción. Ayer contábamos en esta emisor que el nuevo arreglo de “Silent Girl” aparece en un concierto el pasado verano, en el que tenemos que tocar más tiempo que el que originalmente se nos había dicho y prácticamente lo improvisamos, Y en el propio escenario descubrimos que este tendría que haber sido el arreglo original o natural de “Silent Girl”. Respecto a lo que dices de cómo venderlo, la verdad es que no lo sé. Básicamente lo que pretendemos con este lanzamiento es sacar ahí fuera los nuevos temas de Sigmund Wilder.
CC: Antes me hablabas de la versión de “Silent Girl”. ¿Crees que en esa versión se nota mucho, la experiencia que tienes de haber tocado en bandas o grupos de covers? Porque no es la típica versión que cambias sólo 2-3 cositas…
SG: Como te contaba la historia del arreglo es totalmente improvisado. A dos días de subirnos a un escenario, le dimos tres vueltas en el estudio y el arreglo nos sonó muy convincente a los dos. Hasta el punto de que cuando bajamos del escenario, le comenté a David Palau que probablemente habían sido los mejores 5 minutos que me había dado Sigmund Wilder desde que había nacido. La grabación de este “Silent Girl” captó un momento muy intenso y emotivo que tuvimos en el estudio. La verdad es que la historia que hay detrás de “Silent Gir”l es una historia muy triste y tocarla siempre me deja tocado.
CC: En relación a “Silent Girl”. La calidad del tema es innegable, más allá de que haya algo emocional por medio que le de un toque extra, incluso en el momento de la grabación. ¿En algún momento te has planteado hacer un disco sólo de versiones?
SG: La verdad Enrique, es curioso. Ayer estábamos en el estudio preparando unos temas en acústico para hacer en una emisora, y nos enterábamos que acababa de fallecer Dolores O’ Riordan. Y nos pusimos a tocar en acústico el “Zombie”. De repente nos dábamos cuenta de que nos traimos el tema al terreno Sigmund Wilder, eso podía haber sido perfectamente una canción nuestra. Le comenté a David Palau “ostia es muy fuerte cuando una canción es buena y un artista la interpreta con el alma, te das cuenta de que pasa a ser un tema de otra persona”. La verdad es que yo sigo un poco con el mismo problema que tenía el año pasado con el tema de los covers. Opino que hay que hacerlos con mucho respeto y veo tantas cosas que me parecen hechas sin el respeto que deberían tener, que lo último que quisiera es caer en eso . Últimamente le he dado algunas vueltas a que es algo que me gustaría que algún día suceda. Plantear un disco de versiones, de los temas que provocaron que Sigmund Wilder exista. Con los que empecé a escuchar música y que a día de hoy siguen siendo mis pilares. Pero si lo hacemos tenemos que hacerlo de forma que el oyente que escuche un disco de versiones y no las conozca pueda pensar en todo momento que son temas de Sigmund Wilder.
CC: Hay una cosa David que me parece curiosa. Te sigo bastante en las redes sociales y siempre hay una constante, que es que no te acabas de creer lo que estás viviendo. Es como si fueras un poco con el freno de mano puesto. Como si tuvieras miedo de que se fuera a acabar de un día para otro.
SG: Para mí no es una cuestión de no acabar de creerme algunas cosas que suceden. Yo por naturaleza soy una persona muy agradecida, con todo, con las personas que me rodean, con la vida en general. La verdad es que escuchar o leer a alguien decir/escribir según que cosas, me genera una sensación de agradecimiento absolutas. Entiendo lo que quieres decir, pero en mi caso, no sé, no acabo de verlo como un freno de mano puesto.
CC: Yo lo enfoco en que en ti siempre veo mucha humildad. Por ejemplo, el otro día en tus redes sociales, pusiste algo como “cosas que voy a guardar en el cajón de cosas que nunca pensé que hubieran llegado a suceder”. Y si no me equivoco era por una entrevista que hacías en la radio.
SG: Era el estreno de Virginia Diaz.
CC: Una locutora que había ganado un premio. Pero quiero decir, la humildad con la que lo decías, no es habitual. Porque seguramente otro habría puesto “aquí con Virginia Diaz” y me pego el rollo.
SG: Si, Virginia Diaz, reconociendo que somos la ostia.
CC: Si a eso me refiero.
SG: La verdad Enrique, el concepto que usas, espíritu muy humilde, es marca de la casa, tanto mío como de David Palau. Sinceramente entiendo que el día que eres “The Cure” no te dedicas a agradecer la buena crítica que te ha hecho alguien. Básicamente porque se te va de las manos. Para mi hace un año, pensar que en 11 meses, Virginia Diaz iba a abrir su programa con un tema nuestro, lo veía algo impensable. Es un poco como lo del viernes pasado en Razzmatazz, estábamos como niños con zapatos nuevos, porque allí hemos visto a todos los nuestros. Unos minutos antes de salir al escenario, ostia me vienen flashes de cuando vine por primera vez a esta sala, en el año 93 con mi hermano a ver los INXS.
CC: Sobre la Razzmatazz, ya que lo comentas. Tengo curiosidad por dos momentos concretos. El primero es que sientes cuando empiezas a cantar en el escenario. Y el segundo, que quizás me interesa más, cuando se acaba todo, cuando llegas a tu casa y te quedas solo y haces balance sobre las últimas horas anteriores, ¿qué sientes?
SG: Mira, el momento en que pisas ese escenario, yo lo único que pienso es en dar lo mejor. Es decir, estamos rindiendo tributo a David Bowie. Estamos tocando dos temas, de para mí, el más grande de todos los tiempos. Entonces, ¿qué siento?, pues un respeto brutal, una responsabilidad y una sensación de Dragon Khan absoluta. Y y por encima de todo tengo la sensación de estar disfrutando de lo que no está escrito. Pero tampoco te puedes centrar mucho en las sensaciones que tienes porque estás haciendo una actuación, tu concentración tiene que estar en dar lo mejor de ti. Entonces si te dedicas a centrarte en lo que te está aportando a ti, va a ser difícil que puedas aportar mucho a los demás. Siento mucho agradecimiento, de que la vida nos haya dado la oportunidad de estar ahí. ¿Cuando llegas a casa? Pues sinceramente, tienes la sensación de haber vivido algo muy grande
CC: David, en este último año te has metido en el huracán. Aparte de lo que hayas podido disfrutar. ¿En algún momento te has encontrado con algo que pensaras “ostras esto no me lo esperaba”? O sea, ¿qué has aprendido de la industria musical a este nivel?
SG: Veo en tu pregunta dos cosas. Una valoración de que has aprendido y luego una parte de cosas que no te esperabas, a nivel de decepción . Cosas que he aprendido hay un montón, si tengo que destacar una, es muy clara. Y es que al final lo que le da valor al proyecto artístico, es que cualquier paso que das, tiene que ser real, tiene que ser auténtico . Para mí lo que mata todo esto, es precisamente el hecho de que podamos usar un concepto, que es “industria”. Pienso que el hecho de que todo esto lo rija una industria ya lo desvirtúa. Por todo, por los sellos discográficos, por un montón de decisiones que hay a lo largo de un proceso como este, decisiones tomadas a veces por personas, que no siempre lo que les premia es el arte. Al final entiendo que cualquiera podrá coger y decirte “mira esto es un negocio” y tiene razón, pero creo que con los años, ha quedado demostrado que precisamente cuando las cosas funcionaban, era cuando esto era arte.
CEC: Ahora en marzo actúas en la Bikini. Siendo optimistas, ¿podemos considerar que es un pistoletazo de salida a una gira por salas? ¿Puedes adelantar algo sobre esto?
SG: Ojala, aunque a dia de hoy no lo es. Por lo que dices de si puede ser un precedente de una gira por salas, entiendo que lo de presentarnos en Madrid, en algún momento tiene que caer. Es algo que tenemos que preparar muy bien, de la forma más inteligente . A raíz por ejemplo, de estar en el cartel de Curtcircuit, ha salido la posibilidad de plantear con algunas otras bandas la idea de hacer ese salto conjuntamente. Hay un montón de sitios donde me gustaría llevar a Sigmund Wilder. Hay salas de Valencia que son la ostia, salas de 200 personas. Me encantaría hacer la Sala Zero en Tarragona, hacer la Oasis en Zaragoza, pero bueno, poco a poco.
CEC: Una última pregunta y esta es un poco en relación al título que da nombre a tu trabajo, “The Day David Bowie Died”. David, ayer se moría Dolores O’ Riordan, ¿nos quedan héroes musicales a los que llorar? Y lo que es más preocupante ¿crees que hay futuros candidatos a héroes musicales? ¿O como canta el rapero Kase O “la música de ahora es la peor de la historia?
SG: La verdad es que estoy bastante de acuerdo. Sinceramente me da bastante pena. La muerte de Dolores O’ Riordan me parece muy triste. Para los que valoramos la cultura y la música, que se nos vaya toda esta gente que aporta tanto es una putada. Y precisamente lo escribía esta mañana en las redes “se nos van y no hay reemplazo. Obviamente Bowie no va a haber nunca ninguno más y ninguno de los de esa época tendrán reemplazo. Es obvio que no hay relevo, es muy obvio, nos toca seguir disfrutando de las giras de los que quedan y poco más. Pero la verdad, sinceramente, es que me parece desolador.