Ramón Rodríguez es el alma de “The New Raemon”. Un grupo cuyo último trabajo “Quema la memoria”, es un recopilatorio que repasa una carrera valorada por crítica y público.
Hablamos sobre el recopilatorio, sobre su música, sobre cómo ve el mundo de la música actualmente y uno se queda con la sensación de que está delante de un músico con un discurso interesante, muy interesante.
CEC: “Quema la memoria” es un recopilatorio que incluye temas nuevos. Un repaso a la carrera de “The New Raemon” en sus diez años. ¿Esperabas hace 10 años gozar, a fecha de hoy, del reconocimiento de crítica y también de la fidelidad del público que disfrutas?
TNR: La verdad es que no. Yo antes estaba en otro grupo que era “Madee” y en esa época era más joven y a lo mejor me movía mas eso. Empecé con “The New Raemon” con 30 años, y en esa época ya no esperaba mucho. Lo que sí hice fue dejar el trabajo que tenía, en una productora de video, para dedicarme a esto. Más que nada por no pensar, cuando tuviera la edad que tengo ahora, que es 41 años, “ostia ¿y si hubiera dejado el trabajo y hubiera intentado ganarme la vida con la música?”. Fue como una apuesta, a ver qué pasaba pero sin esperar nada tampoco. Mi máxima, que más o menos me ha funcionado en la vida, es no esperar demasiado de nada ni de nadie. Porque así, siempre cualquier cosa, te puede llegar a sorprender, cualquier cosa buena por mínima que sea.
CEC: Aprovechando el lanzamiento de “Quema la memoria” Paula y tu habéis colaborado con un libro, en el cual por un lado están las letras de tus canciones y luego sus ilustraciones. ¿Cómo surge la idea de esa colaboración?
TNR: Es por admiración mutua. Paula hace muchos años que me sigue, yo también sigo su obra, incluso desde la época en que ella tenía un My Space y empezaba a colgar sus cosas. Por amigos en común hace 6 años que nos conocemos, pero no habíamos llegado a activar mucho. Lo típico, gente que saludas, “hola ¿qué tal?” y cada uno sabe quién es el otro. Entonces, yo tenía un programa de radio y la invite al programa. Un programa donde invitábamos a diferentes personalidades del mundo de la cultura y la política, para que vinieran a pinchar los discos que les gustan, para hacer un perfil/retrato más musical de la gente que venía. Después fuimos a comer y en la comida le hable del proyecto de los 10 años, del recopilatorio, y que había pensado pues eso, hacer un libro con las letras y que me parecía muy soso. Y me atreví a decirle “hacemos esto?, ella se entusiasmó mucho y ahí es cómo surgió. De una forma muy natural, por eso ha quedado tan bien. Porque no ha sido nada que hayamos planeado así en plan maquiavélico, sino que es una cosa que ha pasado porque sí.
CEC: Sobre el hecho de que hayas trabajado con Paula Bonet y también un poco con que anteriormente trabajabas en temas de video, entiendo que el tema artístico te llama bastante. ¿Tenemos grupo para tiempo? ¿O tienes el gusanillo de probar otras disciplinas? Lo comento porque me fijo en tus letras y son muy poéticas, muy elaboradas. ¿Tienes el gusanillo por ejemplo de un libro de relatos cortos?
NR: Yo he escrito comic. He hecho el guion de un par de tebeos. Publiqué en 2012 un comic autobiográfico, del cual escribí el guion y la ilustración la hizo Cristina Bueno. Y hace un par de años publiqué mi segundo tebeo, que ya era ficción, “Alfa, Beta, Bronson” que lo publiqué con Ediciones La Cúpula y lo ilustro José Ramón Grela, que es un amigo de Madrid. Siempre me ha interesado el comic, yo quería ser dibujante antes que músico. Lo que pasa es que por casualidades , inercias y tal acabe cogiendo una guitarra. Lo que comentas de las letras , la verdad es que es lo que más trabajo me da. Hace 27 años que toco y escribo canciones. Para mi armar una canción instrumentalmente no representa ningún riesgo ni misterio. Con que me siente 2-3 horas a tocar, con un micrófono delante, puedo armar una canción. La letra sí que requiere, tal y como yo lo entiendo, mucho más tiempo. Para mí la letra de un canción pop es el 80% de la canción. Si la letra es buena y el grupo no toca bien, lo que me interesa es el mensaje. Una canción puede ser muy buena musicalmente y la letra un infierno, que es como el 90% de lo que escuchas en la radio es así. Entonces, pues eso, el libro del que hemos hablado antes, también era una manera de reivindicar la figura del cantautor, del escritor de letras, del letrista, que es una figura que yo pienso que está un poco olvidada.
CEC: No se te puede considerar un superventas. También es verdad que tú música no es comercial, ni con estribillos o frases pegadizas. ¿Tú te sientes cómodo en este escalafón? ¿O hay una frustración en plan “yo hago mis trabajos, mis giras, pero luego si me dedico a mirar listas, beneficios, lo que prima es lo fácil, lo rápido”?
TNR: Claro. Es que son caminos distintos. Tú puedes escoger un camino mucho más cómodo. En plan “bueno puedo hacer una canción más pegadiza”. Yo puedo hacer eso, pero la verdad es que no me apetece. Para mí más enriquecedor mimar la obra, que al final sea la propia obra la que hable del artista. Me gustan muchísimo Randy Newman, Neil Young o Leonard Cohen. No estoy a ese nivel ni mucho menos, pero ese es el espejo en el que me miro. En plan “a mi lo que me importa es que la obra este a la altura”. Si un disco te sale muy bien, pues que el próximo este como mínimo a ese nivel, si puede estar a mas nivel pues mejor, pero no bajarlo. Para mi esa es la riqueza, el dinero claro que ayuda, pero para mí no es lo más importante. Yo vivo con muy poco, con gastarme 80 euros en libros al mes soy feliz. No tengo mucho más vicio.
CEC: De acuerdo, sobre el tema de la música actual. Tema programas musicales de tv. “Operación Triunfo” te diría que es el más conocido. ¿Qué opinas primero del hecho que haya un reality que vaya sobre gente que quiere ganarse la vida con la música? ¿Y luego que se esté priorizando últimamente más la vida personal de los concursantes, que lo que es la música? ¿Cómo lo ves pensando en gente que igual ha ido ahí con la ilusión de hacerse una carrera o aprender de la música? ¿O crees que realmente saben dónde se meten? Que no hay la inocencia que podía haber antes, por decirlo de alguna manera?
TNR: Bueno, pienso que si la hay. Porque el perfil es gente muy joven, que no tiene experiencia en el sector. Lo que me disgusta de estos programas, que deben existir, porque van dirigidos a un público concreto, es que sean los únicos que ocupen este espacio musical. Deberían haber programas para otro tipo de música, igual que deberían haber programas de música clásica en la tv pública. A mi este programa no me sirve porque vende el éxito de una forma un poco perversa. Yo creo que eso es un poco dañino al final para la gente que va allí. Porque después cuando se termina, has cimentado tu carrera en algo tan inmediato y más en una época como la que vivimos ahora, que todo es inmediatismo y nada dura. Sacas un disco y parece a la semana siguiente, que hayan pasado 3 años. Todo sale rapidísimo, demasiado información, Para mí, no es muy respetuoso con lo que es la música. Va dirigido a un público que consume música, no la escucha. Yo escucho música, soy selectivo con lo que escucho y busco una cosa concreta en las canciones cuando las escucho. Algo que me emocione y me pueda identificar sin trampas.
CEC: Pero sobre que haya quien escucha música y quien la consuma ¿Crees que un poco parte de la culpa de eso, es la cantidad de oferta que hay? No hay la misma oferta musical ahora que hace 15 años.
TNR: Claro, también ha cambiado la forma de escucharla. Ahora la gente joven, escucha la música en YouTube y ahí ya estás perdiendo calidad, audio de entrada. Eso ya es un poco insultante para la gente que se dedica a grabar discos en un estudio para que sea escuchada con un mínimo de calidad. Nosotros somos un poco los últimos resquicios que todavía entienden los discos como una obra que tiene que tener un sentimiento. Ahora la gente escucha playlists, no escucha discos. La poca gente que escucha discos, es mayormente de mi generación. Aunque a veces me sorprendo y conozco algún chaval de 18-19 años, que escucha discos, los que yo escuchaba. Me parece maravilloso ver gente que busca la información por otros sitios. Porque es verdad, que la paradoja de la tecnología es que cuanto más tienes a tu alcance, menos buscas, menos picoteas. Nosotros antes tenías que ir a bibliotecas, leer revistas, los discos del hermano, o del padre de un amigo tuyo que tenía una discoteca fabulosa en su casa… Y claro, como costaba tanto encontrar esas cosas, cuando las encontrabas te sumergías en eso. Y solo así puedes entender algunas obras, picoteando. Por otra parte, lo que tú estás diciendo, de que hay muchísima información y salen muchísimos discos cada semana. No sé, yo tengo una edad en que todavía no he escuchado muchos discos de los años 40-50. Y los estoy descubriendo ahora, o sea que nadie puede abarcar tanto océano.
CEC: Te quería preguntar sobre redes sociales. Mirando las tuyas, hay una cosa que me encanta de tu Facebook. Donde pones “un tipo barbudo que escribe canciones. El tema del postureo brilla por su ausencia. Pensando un poco ahora en ciertos grupos y cantantes ¿crees que desgraciadamente, si comparas con la música de hace 30 años, el % para triunfar se acerca más a lo que aparentas que a lo que realmente ofrezcas?
TNR: Bueno, vivimos en una cultura ahora basada en eso, en el éxito. En una idea que se vende del éxito. Yo analizo, recibo las cosas y las filtro. Hay gente que no tiene filtro y entonces estas cosas les parecen maravillosas. Tampoco me interesa lo que hagan los demás. Yo hago mis cosas y desde un punto de vista totalmente consciente de lo que hago, toco la guitarra y escribo canciones, tampoco he inventado la rueda. Lo que intento hacer es hacerlo lo mejor que pueda y siendo yo mismo. ¿Qué voy a vender? Si yo soy un hombre ya!!! ¿Qué tengo que vender a la gente joven? Bueno, si hay gente joven que me escucha, pues me alegro. Me parece fantástico, me alegra más que escuchen mis canciones que no que escuchen otra cosa. Pero todo esto del postureo que dices, me echa un poco para atrás. Es que todo muy peligroso y estamos muy expuestos. Ya la línea entre artista y persona como que ha desaparecido. Como que todos somos iguales, todo el mundo tiene Instagram y sabes lo que hace todo el mundo en cualquier instante. Y a lo mejor no me interesa que sepan ¿no?, conservar un poquito el misterio también.
CEC: Hay una constante en tus letras a hablar de cosas cotidianas. Cosas que puede vivir todo el mundo. ¿Tú te desmarcas un poco de la tendencia que hay de reclamar, reivindicar? ¿O crees que la gente que se dedica a cualquier campo artístico, tiene un poco la obligación de expresar su opinión, por el hecho de ser un personaje público?
TNR: Es que a lo mejor no le interesa a nadie. Está claro que yo no he estudiado Ciencias Políticas. Entonces como ciudadano si puedo opinar, pero como ciudadano, pero no porque yo sea quien soy ¿entiendes?. Y en mis letras, bueno en alguna canción si lo he puesto ahí, pero de una forma muy sutil. Yo intento ser muy sutil. Pero también es cierto que me desmarco. Por ejemplo no miro las noticias, no quiero saber nada. Estoy en un momento de mi vida en que me fijo más en mi entorno, en lo que pasa con mi gente. La vida la tenemos delante y no la vemos porque tenemos cosas delante con las que no vivimos Me interesa más ver como mi hijo aprende a hablar. Disfrutar ese momento, porque el presente es lo que tenemos que vivir, siempre estamos pensando en el futuro. El futuro no sirve para nada al final si no disfrutas del presente y las cosas buenas del presente.
CEC: En 2016, sacaste con McEnroe “Lluvia y Truenos”. Tienes colaboraciones con gente como Zahara e incluso “Quema la memoria” lo cierras con una versión nueva de “La cafetera” con el productor Paco Loco. A la hora de colaborar con otros músicos ¿Qué buscas y esperas que te puedan aportar? ¿Qué puedes aprender?
TNR: Bueno, aprender mucho, está claro. Es algo que he hecho con mucha frecuencia, porque también si estás haciendo lo tuyo durante mucho tiempo, te puedes enroscar ahí. Es para oxigenar también. Es como después de un disco, cada vez cuesta más hacer uno, le dedicas más tiempo, es un proceso como muy obsesivo. Entonces después pues es hacer el mismo ejercicio, pero sin toda esa presión, porque ya lo estás compartiendo con alguien al 50%. Lo que me interesa es que no sea una cosa forzada, que venga por admiración mutua. Pero también de forma natural, nada forzada. Sino es probable que salga todo más encorsetado.
CEC: Estás inmerso en producir el nuevo trabajo de Javier Álvarez. El regreso de un músico que para la gente de 20 años, seguramente les va a sonar un poco a chino. Yo observo una cierta admiración tuya hacia Javier Álvarez. ¿Hay un poco de vértigo en el hecho de ser tú quien le produzcas?
TNR: Esta ahí el respeto. Para mi Javier es una pieza fundamental, sobre todo para mi primer disco. Es el espejo en el que mire, no tenía muchos referentes de cantautores que me emocionaran. Y Javier tiene una sensibilidad y forma de hacer muy peculiar. Es su universo, es muy suyo. Una canción de Javier sabes perfectamente que es suya, como esta cantada, como esta arreglada, como escribe y como canta. Era devolverle el favor, porque mi primer disco no existiría si Javier no hubiera existido. Yo a Javier hace 5-6 años que lo conozco y tenemos una relación muy próxima y es un tipo encantador. Estoy muy tranquilo porque sé que él está encantado de la vida. Justamente me llamo ayer “mira tengo 9 temazos, yo creo que ya está”. Con ese talento es fácil, las canciones van a ser buenas, entonces no me preocupa mucho. Me hace muy feliz formar parte de este momento de la carrera de Javier.
CEC: Has empezado con “Quema la Memoria” una gira. De hecho ya estás en ella. Viendo la lista de sitios donde tocas, veo que te mueves mucho por salas pequeñas. ¿Es donde mejor se mueve tu música?
TNR: La sala pequeña te da una dimensión más humana de lo que estás haciendo, porque hay mucha proximidad, tocando a escasos metros del público y eso hace que interactúes con él, que todos formemos parte de algo. Un concierto multitudinario puede estar muy guay pero es más frio, es otra manera de tocar. En ese sentido, es más rico porque te hace poner los pies en el suelo. Puedes hacer una noche en el Joy Eslava, con la sala prácticamente llena, pero a lo mejor al día siguiente te toca en un pueblo chiquitín delante de 60 personas y eso te da una dimensión muy realista de tu oficio. Ayer estabas en el cielo y hoy estás aquí, en un sitio minúsculo con 60 personas. Tú solo con una guitarra y el bolo se aguanta. Hay veces que he disfrutado mucho más un concierto yo solo con poca gente, con la guitarra, porque el reto es mucho más grande. Porque son el esqueleto de las canciones, tu guitarra y la voz, si consiguen aguantar una hora y media y terminar arriba, siempre es mucho más gratificante. Incluso con la banda, que la banda que tengo es maravillosa. Pero claro ya es pirotecnia. Ahí es sin trampa ni cartón, si consigues hacer esto es que estas haciendo bien las cosas. Que las canciones tienen un peso que te hace feliz.
CEC: Una última pregunta, para cerrar la entrevista. Este año tendremos material nuevo. Yo siempre considero que cuando se hace un recopilatorio es como un fin de ciclo. ¿Vamos a encontrar cosas que nos sorprendan como oyentes en lo nuevo que saque “The New Raemon”?
TNR: Yo creo que es distinto. Tal como lo veo, de entrada va a tener el titulo más largo y va a ser el disco más largo. Todos mis discos duran 28-30 minutos, este se acerca a los 45. Y sobre todo líricamente si que hay un cambio, en las letras, es lo que quería básicamente. Para mí, el reto era ir a otro lugar y creo que he encontrado un sitio en el cual me siento cómodo. Eso ha influido en la música lógicamente y sobretodo en la forma de cantar. La forma de cantar es un poco distinta, espero que le guste a la gente. Yo estoy contento, estamos mezclando todavía, pero creo que es la mejor colección de canciones que hice desde “Oh, Rompehielos”.