Una entrevista de Enrique Menéndez para Culturaencadena.com
Isabel Casanova, “La Otra”, nos presentó hace poco “Nunca canto sola”. Segundo adelanto, después de “Selvática”, de un nuevo disco que podremos disfrutar en directo en una mini gira en Mayo.
De su música, de feminismo, de lo que la llevó a empezar en este mundo artístico... charlamos de todo tranquilamente. Y déjenme decirles que estamos ante una artista con la cabeza muy bien amueblada y que desprende una madurez e inteligencia dignas de aplaudir en cada una de sus respuestas.
CeC entrevista en Exclusiva a Isabel Casanova, LA OTRA
CEC: He estado revisando un poco tus redes sociales. Y en Twitter he podido observar que, más allá de publicar y promocionar tus trabajos como tus conciertos, a base de retweets o “me gustas”, tomas partido ante ciertos movimientos o noticias de ámbito social. ¿Crees que, como artista, hay una obligación o necesidad moral de posicionarse o mojarse ante ciertas situaciones?
ISA: No siento que mi responsabilidad con eso sea tanto como artista sino como persona. Creo que todo el mundo tiene la responsabilidad de ver lo que hace con su vida. Es cierto que igual como artista, en la medida que tengo unos valores y un altavoz, me siento un poco responsable. Responsable de hacerme cargo de que puedo generar efectos respecto a lo que digo y lo que estoy contando. En eso sí que me siento responsable.
CEC: En tu web oficial, lo primero que puedo leer en tu biografía es: “Empecé a escribir por necesidad hace unos cuantos años. Con ocasión de alguna crisis de soledad”. Y luego hablas de usar la música como un medio de sanación. Intuyo con eso que lo importante cuando empezaste en este mundo era tu sanación, que no había una preocupación de triunfar o dejar de triunfar en el tema de la música.
ISA: La verdad es que no tenía ninguna intención ni plan. Ya no de triunfar, ni de siquiera dedicarme profesionalmente a ello. Al principio llegué a la música a través de la política sobre todo. Me parecía que, además de ser una herramienta de transformación política, también era una herramienta de transformación personal. O, al menos, de expresar cosas: me ayudaba hacerlo. Cuando empecé, esa era un poco la onda, o lo que yo pensaba que hacía.
CEC: En Mayo realizas una mini gira por España. Barcelona, Madrid y Valencia, creo que son las ciudades elegidas de momento. Más allá de que los asistentes puedan disfrutar de tu discografía anterior y de los temas de tu próximo trabajo, ¿qué podrán encontrar en tus conciertos? ¿Qué les va a ofrecer Isabel Casanova?
ISA: Bueno, yo creo que lo guay de esta gira es que ya no soy sólo yo como Isa Casanova. Estoy con la banda que me acompaña. Esa es una de las novedades fuertes de este disco, que es el primero que he grabado, producido y trabajado con más gente. Gente que son como "compas" de proyecto. Y ahí va a haber como una riqueza nueva que también me ha permitido mucho aprendizaje. Es como un salto adelante en la parte más artística del proyecto, como más musical. Entonces, creo que la gente se va a encontrar con esto en el directo. Y va a ser muy bonito, porque la verdad es que son gente bonita que tocan muy bien. Se van a encontrar, de pronto, con una banda. Y eso tiene una energía bastante diferente a lo que puede ser una persona sola. Yo creo que al final lo que se genera alrededor de mi proyecto es una especie de comunidad, de gente bastante afín, como con inquietudes bastante parecidas. En mis conciertos, también dependiendo de mi y da la gente que viene, he visto que a veces se genera como una especie de encuentro, como un espacio casi ritual, cierto rollo catártico. Con mucha cercanía. Y también según donde vaya son encuentros con muchas mujeres feministas, y eso me encanta. Y esa es una de las cosas que suele pasar en mis conciertos.
CEC: ¿Hay un cierto miedo o vértigo ante el lanzamiento de un nuevo trabajo? ¿O esto ya lo superas tras dos trabajos anteriores, que además tuvieron el hándicap de que dependías un poco de la respuesta de los fans mediante un crowfunding?
ISA: Me encantaría decir que estoy en el nirvana y que ya no me preocupan esas cosas. Pero la verdad es que a ratos lo paso un poco mal. Y a ratos pienso que ya está, que es la vida del artista. Sacas un disco y dependes de cómo vaya ese disco. Para algunas cosas, es necesario que tenga cierta difusión el trabajo que hemos hecho. Me apetece mucho girar con bandas, me apetece mucho seguir yendo a Latinoamérica. Hay un montón de países a los que quiero ir, y aún no he ido. Y otros a los que quiero volver. Y todo eso depende un poco de cómo vaya la repercusión del disco. Así que hay momentos en que me inquieta. Pero luego hay otros momentos, sobre todo cuando estoy bien, que estoy tranquila porque estoy muy orgullosa de lo que hemos hecho. Me siento bastante feliz por el orgullo de un trabajo que considero bien hecho, con gente con quien me ha gustado mucho compartir. Y que me apetece mencionarlas, pues son la banda: Pablo Levin a la batería, Elena Cortés a las teclas, Paula Cánovas al bajo e Iker García a la guitarra. Y el disco lo hemos coproducido junto a Edu Molina.
CEC: Y cuando hay tanta gente en un proyecto, tú que vienes un poco más de trabajar en solitario... ¿Cómo se lleva el tema del conflicto creativo?
ISA: Hay momentos en que es difícil. Los temas los compongo yo, pero es verdad que a nivel de arreglos y producción siempre puede haber conflictos. Me estoy encontrando con lo difícil que me resulta llevar el liderazgo. Porque aunque seamos "compas" de proyecto, al final soy yo la que lleva diez años. La que asumo toda la responsabilidad de las cosas que no son la música, y que son muchas cosas. Digamos que el proyecto es mío y lo comparto con gente: ahora también es suyo. Se aprende bastante de una misma, y se aprende de todo esto de poner límites. Luego, el tema del género es algo que me resulta como muy llamativo. Que a veces pienso: "tantos años de feminista, para verme con dificultades y que me cueste un montón decir que NO". Se discuten las cosas, y a veces también cedo... sobre todo si hay cosas que le gusta a todo el mundo menos a mí. Salvo que esté radicalmente en contra. Es un aprendizaje.
CEC: De momento, dos sencillos: “Selvática” y “Nunca canto sola”. He apreciado que, aunque las dos son similares, en “Selvática” hay un ritmo más bailable que en “Nunca canto sola” no encuentro. En tu próximo trabajo, teniendo en cuenta que aunque seas la voz cantante, ahora sois más gente la que tenéis que llegar a un acuerdo... ¿qué vamos a encontrar?
ISA: En este disco hay una mezcla de cosas que nos gustan a todos los que estamos en la banda. Eso también ha sido un motivo para juntarnos porque ha habido un criterio de afinidad musical. Estos últimos años he estado escuchando música que antes no escuchaba. Hip Hop, R & B... o el "neo soul", que ha sido como un crack mental. Junto a estos sonidos, sigo siendo amante de la música de raíz latinoamericana o neo folklore. También grandes clásicos de la canción de autor o protesta latinoamericana. Y hay algún reggae, porque de pequeña estaba obsesionada con la música africana. Hay un toque soul. Es una mezcla de todas estas cosas, aunque también hemos empezado a meter electrónica. Algo que me apetecía explorar, porque es toda una tecnología que nos permite hacer música con 20.000 herramientas nuevas. Y en este disco hay un "asomarse a eso"...
CEC: En “Selvática” hablas de la dictadura de lo artificial. Está claro que tú no te vas a convertir en un producto, o vas a cambiar tu imagen para agradar a las masas. Pero como artista, ¿te molesta que un % del éxito que se pueda tener, vaya más asociado a la imagen que a lo puramente artístico?
ISA: Bueno, es que a veces también la imagen forma parte de la obra de arte que estás presentando. Si piensas que hoy en día, la música es solamente la música, entiendo que eso sea un problema. En mi caso, en los años en que me he abierto paso, no ha sido por el aspecto musical, sino principalmente por el mensaje que transmitía. Y aunque tuviera un concepto estético que se basara en no tener un concepto estético, era una cosa súper natural. En plan que no tenía un trabajo de definición/elaboración detrás...
En “Selvática” me refiero a una cosa que tiene mucho que ver con el género, con los cánones de belleza. Y es que se nos imponen modelos imposibles de alcanzar de modo natural. Hay todo un mercado que te vende todas las cosas que necesitas para ser como no eres. Y tienes que consumirlas para encajar en las normas sociales. A eso me refería. Pero en el arte, me preocupa como mujer que a veces la libertad, o empoderamiento femenino, pase por sexualizarse constantemente. Y yo eso no lo hago, porque no me apetece sexualizarme constantemente. Es un debate interesante, porque tampoco creo que una no se pueda sexualizar alguna vez si quiere. El problema es que sea el peaje obligatorio que hay que pagar si quieres tener visibilidad.
CEC: En “Nunca canto sola” hablas de unidad. Hablas de mujeres que están, y de las que estuvieron antes. En estos últimos años ha habido un auge del movimiento feminista. Y da la sensación que, a ciertos sectores, les puede asustar. Porque a veces parece que se asocia feminismo con atacar a lo masculino. Como si no pudieran complementarse o entenderse las dos maneras. ¿Crees que queda mucho por aprender/entender por ambos lados?
ISA: ¿Qué quiere decir por ambos lados?
CEC: Si crees que cuesta entender, sobre todo por parte de los hombres, lo que estáis reclamando vosotras como mujeres. Y si crees que cuesta entender por parte de algunas mujeres, no digo todas ni mucho menos, que realmente los hombres tampoco son un enemigo, como en algunas ocasiones parece que se pueda interpretar. ¿Falta un poco de acercamiento por los dos lados?
ISA: Quien participa del movimiento feminista y tiene un conocimiento de la actividad feminista, que hay mucha y muy diversa, sabe que en general allí no hay un "apuntar a los hombres como enemigos". Lo que hay es una crítica radical a la injusticia social. Creo que muchos voceros de la derecha y ultraderecha, como todas esas voces antifeministas que forman parte de esta reacción muy fuerte, es precisamente porque el movimiento feminista ha hecho muchas conquistas. Y concretamente hay una conquista cultural que es muy obvia: hoy en día, en cualquier sector progresista, el feminismo ha pasado a dejar de ser algo que estaba mal visto. Porque hace unos años, ser feminista, incluso en ambientes de extrema izquierda, era algo que estaba mal visto. Y ahora, en cualquier ambiente un poco progresista, lo que está mal visto es no ser feminista. Frente a esto está habiendo una reacción en la que, la gente que es enemiga de los feminismos, distorsiona lo que son los discursos feministas, presentándolos como si fuera una guerra. Me resulta hasta gracioso decirlo, porque el feminismo no es eso. No conozco a nadie que forme parte del movimiento feminista que, cuando ponen debates sobre la mesa, en esos debates estén los hombres como enemigos. Lo que hay es una crítica a formas culturales de vincularnos. Hay una distribución injusta y asimétrica del poder y del reconocimiento. Al final, la feminidad y la masculinidad son una construcción social en la que hay un montón de atributos de lo humano. Unos atributos que se meten en el cajón masculino, y otros que se meten en el cajón de lo femenino. Y este sistema está establecido de una manera en que, lo que hay metido en el cajón masculino, es aquello a lo que se le da valor socialmente. Y lo que está metido en el cajón femenino no tiene valor... o se le da mucho menos valor. Los feminismos vienen a proponer otras formas de dar valor, otras formas de relacionarnos más justas, y que no impliquen violencia. Creo que hay mucho que hacer para seguir difundiendo el feminismo, que para mí es una lucha por la justicia social. Algo que es un asunto de todo el mundo. Donde las propuestas e ideas que los feminismos han ido poniendo sobre la mesa, son cosas que nos harían tener una vida mejor a todas las personas, no solo a las mujeres. Pero eso implicaría, a veces, una renuncia a ciertos privilegios de la masculinidad.
CEC: Le ves una fecha a todo esto. ¿Crees que las nuevas generaciones, los niños de ahora, están entendiendo que realmente las cosas no son como nos han estado explicando durante tantos años? Yo tengo ahora 45 años, no he vivido una educación machista, pero entiendo que mucha gente de mi generación la ha vivido.
ISA: Creo que hay ciertas mejoras: el movimiento feminista ha conseguido poner algunas ideas sobre la mesa y establecerlas para que formen parte del sentido común. Pero considero que seguimos en una sociedad machista. El problema de las cuestiones sociales, como el machismo, el patriarcado, el racismo, es que son sociales. Y como no vivas sola en el monte, vives en un medio en el que así es como funciona el mundo. Creo que sigue habiendo una educación machista, que yo también creo que he recibido. Creo que hay cambios positivos y que queda mucho por hacer. Es complicado: lleva tiempo, y lleva un cambio muy colectivo. Además de los cambios individuales y de la voluntad individual.
CEC: De acuerdo con todo, y una última pregunta: Antes hemos hablado de la sanación, de que cuando empezaste tu objetivo no era triunfar o no triunfar. Ahora llevas 10 años de carrera... Musicalmente hablando, ¿ahora estás donde querías estar cuando esto empezó y te diste cuenta que la música, aparte de una sanación, iba a ser una forma de vivir?
ISA: En cierto sentido sí, me siento muy afortunada y privilegiada de poder estar viviendo de la música. Porque mucha gente que hace un trabajo maravilloso artísticamente, no accede a vivir de su trabajo como artista. Hay cosas que me gustaría hacer y que aún no puedo hacer. Como girar con banda, poder tener retiros creativos, tener temporadas del año en las que no tenga que ingresar dinero y pueda dedicarme a crear. En cierto sentido, sí estoy donde quiero. Y en otro, tengo ganas de seguir creciendo, aprendiendo música, estudiarla y poder llegar a muchos más sitios con las canciones.