Una entrevista de Enrique Menéndez para Culturaencadena.com
Pau Roca, guitarrista de “La Habitación Roja”, nos muestra una de sus grandes pasiones en “B”. Se trata de un libro de fotografías tomadas durante sus giras con “La Habitación Roja”. Antes de la charla-concierto de “B” que se realizó en B The Travel de Barcelona, hablamos sobre esta faceta que desconocíamos, sobre su amor por la fotografía y ese mundo que tanto le apasiona y del que nos muestra sus resultados.
CEC: La primera pregunta es obvia. ¿Cuándo nace en ti el amor por la fotografía?
P.R.: Siempre he tenido mucho amor por el cine. Cuando acabe de estudiar imagen y sonido, donde se da una asignatura de fotografía, me puse a estudiar fotografía, pero lo deje. Siempre he tenido algún interés, aunque hasta hace 3-4 años no he vuelto a él. Y me he vuelto a poner a estudiar curiosamente.
CEC: Es el primer libro de fotografías que publicas. ¿De dónde sale ahora mismo la necesidad de publicar estas instantáneas que has captado durante las giras que has hecho con “La Habitación Roja”?
P.R: Después de empezar a hacer fotos otra vez, las fui haciendo en medio formato y analógico. En una clase que dábamos, escaneo e impresión, imprimí unas fotos, hechas en formato antiguo, grande. Y todas acababan como mucho en Instagram. Y me apetecía salir un poco de las pantallas, porque cuanto ves una foto física, la sensación es muy distinta. Y hubo un momento, en el que después de llevarme la cámara 2-3 años durante la grabación y gira de “Memoria” tenía mucho material. Suficiente para hacer una publicación, aunque sea modesta.
CEC: A nivel musical llevas 25 años con “La Habitación Roja” y tienes otros grupos. ¿Tienes un cierto respeto o temor ante la respuesta que pueda tener en el público tu trabajo en la fotografía?
P.R: Si lo sigo teniendo con todo lo que publico musicalmente, imagínate con esto. Respeto, incluso curiosidad. Me he dado cuenta también de que el mundo de los libros de fotos, es aún más pequeño que el de la música. Es un mundo bastante difícil, donde se venden pocos libros de fotos, que son caros de producir. Pero cuando algo nace de una necesidad natural y nada impostada, el punto de partida es poco pretencioso. La verdad es que el feedback que estoy recibiendo, incluso de gente que se dedica a las fotos, es buena. Tampoco me lo he planteado mucho, realmente he estudiado más foto que música, así que sería más impostor a nivel legal como músico que como fotógrafo.
CEC: Me acabas de comentar que se venden pocos libros de fotografía. Pero no deja de ser irónico que seguramente ahora es la época en la que más fotografías se hacen. Ni que sea porque sea que la gente tiene una herramienta como Instagram que le da más visibilidad .¿No te parece que precisamente lo que hace Instagram es matar el arte de la fotografía?
P.R: Si, sobretodo la relación que adquieres con una foto después de verla varias veces, esperar un rato, en un formato diferente a una pantalla pequeña. Es como lo que está pasando con la música, que hay canciones y discos a los que hay que darles más tiempo. Incluso yo me sorprendo, escuchando pocos discos enteros. Con las fotos está pasando igual. Instagram como herramienta me gusta, aunque tenga mis reservas. Y me da mucha angustia lo de pasar todo hacia abajo, venga a pasar y hay fotos que toman su tiempo para ser analizadas y vistas. Cada vez se hacen más fotos, en 2014 se hicieron más fotos que en toda la historia anterior.
CEC: Te da la impresión, que salvando un poco las distancias, sin ser una crítica. ¿Instagram seria el Mc Donald’s de la fotografía? ¿Consumo rápido?
P.R: Si, porque es muy rápido, realmente da poco tiempo a profundizar en cualquier cosa y luego se miente mucho. Hay mucho filtro, en ese tamaño puedes dar una impresión falsa de las cosas.
CEC: Cuando Jorge Martí, tu compañero en “La Habitación Roja” sacó a la luz su historia personal en el documental “En medio de la nada”, ofrecía la cara con menos glamour del mundo de la música. Y, en tu libro “B” las fotografías van desprovistas de glamour. No has buscado brillo por decirlo de alguna manera. ¿Estáis cada uno, a vuestra manera, abriendo los ojos al público, desmitificando el tema del glamour?
P.R.: Si, son dos propuestas totalmente desmitificadoras. Nosotros como grupo solo ensayábamos, ahora ensayamos y hacemos un poco de community manager, que somos muy malos en eso. Y nos negamos a muchas cosas en plan “tenéis que hacer estas cosas y tal”. Realmente hay una presión de LIKES y Compartir. En ese sentido , nos apetece como grupo, incluso como individuos, responder a eso con algo que es todo lo contrario.
CEC: Muchas de las imágenes de “B” son televisores, asientos, hilas de asientos, un teléfono en una pared… Objetos/cosas que suelen tener una interacción con personas y aquí las muestras desnuda, sin ningún tipo de interacción. ¿Hay un simbolismo en ello? ¿Es una manera de hablar de la soledad? ¿Aunque sea de la soledad de las cosas?
P.R: Si, lo has contado muy bien. Como te he dicho intento que tenga una polea un poco cinematográfica. Aunque siempre suele haber una persona, siempre te planteas que historia hay detrás. En este sentido intentaba que cuando se vieran este tipo de fotos, la presencia sola de un objeto que suele ser usado con un ser humano,, generara un tipo de sensación que me gusta.
CEC: De todas formas, seres humanos en el libro sólo aparece uno, de manera poco visible, difuminado y como cierre. ¿A qué razón obedece esto?
P.R: El libro lo abre un teléfono, que es un poco la llamada. Muchas cosas empiezan con una llamada, un concierto, alguien que te llama, tu llamas a alguien para ir a un sitio. Y en el medio están los textos, que están impresos en papel casi transparente, para generar un poco de ruido, que sería el ruido de los conciertos. Idea de los diseñadores, que a mi me gustó mucho. Y luego sigue un poco como acaban todos los días en la gira. En la habitación, es una foto hecha con la luz del televisor y soy yo muy difuminado. Me gustaba porque en el libro estoy difuminado y allí estoy como fantasmagórico. Lo primero que tuve claro, es que el libro se cerraba con esa foto, porque le daba un poco de sentido. Lo que decías, no hay nadie en las fotos, pero se nota que ha habido alguien o algo.
CEC: Veo también que en algunas de tus fotografías captas imágenes dentro de imágenes. Realzas objetos normalmente rectangulares, cuadrados, dentro de otro rectángulo o cuadrado. Es como una doble visión. ¿En qué te has inspirado para ello? ¿Cuál ha sido el objetivo?
P.R.: Me gusta mucho. Representamos muchas veces la naturaleza en paredes, como el carrito que tiene pintado unas palmeras y eso me parece muy gracioso. Porque el ser humano al mismo tiempo que destruye la naturaleza y avanza en las ciudades, intenta decorar con plantas. Me parece una cosa graciosa que tenemos. En ese sentido la utilización de la fotografía también es interesante. Por ejemplo salen los reyes de Dinamarca desteñidos, con una alarma al lado, eso me parecía sugerente.
CEC: Entiendo que a la hora de elegir las imágenes para “B” habrá quedado mucho material descartado. ¿Cuál ha sido el baremo/requisito marcado para elegir o descartar?
P.R: En la selección y elección, yo he dado mi opinión, pero Tana Capo, que también escribe un texto en el libro, ha sido un poco la encargada. Yo me dejaba llevar por favoritas, por cosas que le tenía cierto cariño por alguna cosa. Ella ha sido bastante dura, en el sentido que tuviera una coherencia, todas son fotos girando con “La Habitación Roja”. Ha primado que las imágenes tuvieran cierto hilo conductor, aunque sean muy distintas, a que fueran las mejores.
CEC: Dentro de este hilo conductor, ¿hay alguna imagen en concreto que para ti tenga alguna especie de metáfora/historia que la haga especial?
P.R.: De las que hemos elegido a la prensa, la del oso me hace gracia. El mundo camerino me hace mucha gracia, porque pasas del camerino de obra típico de festivales, que es cero acogedor, a ese que notas que ha sido usado para un cumpleaños y mañana a saber para que va a ser usado. Entonces me hizo gracia llegar a un camerino, ver esas cortinas tan setentonas con ese osito triste. Me recuerda mucho a la gira. Si me preguntaras por cualquier foto, siempre hay algo que me ha hecho hacer la foto y que luego incluso a base de retocarla, volver a verla/imprimirla, le encuentro algún sentido o incluso manía.
CEC: Tú eres el guitarrista de “La Habitación Roja” que presentas en Barcelona “B” libro de fotografías y luego haces un pequeño concierto dentro de la presentación con “Lost Tapes”. O sea, tres palos distintos que tocar. ¿Hay una necesidad en los artistas en buscar siempre una variedad en los proyectos o incluso en las disciplinas?
P.R: Creo que sí. Nosotros “La Habitación Roja” sacamos un disco cada dos años. Y no dejan de ser 12 canciones cada 2 años. Incluso como grupo intentamos variar donde grabamos, como grabamos. Intentamos hacer cosas para que no se convierta todo en algo rutinario, cosa que después de 25 años es difícil. A mi me ha servido mucho llevar la cámara para centrarme en otras cosas en la gira. Por ejemplo, en vez de estar sentado esperando que acabe el batería de probar, estaba con mi trípode haciendo fotos. O cuando paraba en un área de servicio, buscaba algú rincón que me sugiriera algo y hacer una foto. Ha sido un poco, una forma de jugar.
CEC: De acuerdo, Pau... Y para cerrar la entrevista: me has comentado que el hecho de hacer fotos te ha servido un poco para esos momentos muertos. Y yo viendo la edición de “B” me da la sensación que no está hecho en plan “vamos a probar si esto funciona y si funciona seguiremos con esto”. Lo veo más como hobby que algo con la idea de un cierto beneficio comercial. Visto así ¿Tendremos segundo volumen?
P.R.: Tendremos alguna otra cosa. Si me lo he planteado más a nivel comercial. Tengo acceso a muchos artistas y he sacado fotos de gente. Podría haber sacado un libro más normativo, habría tenido un poco mas de salida. He hecho un libro difícil, porque no es lo que alguien espera en un libro de un grupo que ha salido de gira. Puede parecer el libro de un vendedor de seguros.
