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Un rayo de luz se coló por la ventana en el estudio de grabación de My Chemical Romance. Y aquél rayo les iluminó. Decidieron dejar atrás su estética oscura, relacionada con la muerte, cambiar su música y hacerla más alegre y colorida. Decidieron hacer algo nuevo. Decidieron escribir Danger days: The true lives of the fabulous killjoys.
My Chemical Romance nació en una industria de cómics en Nueva York, el 11 de Septiembre de 2001. Allí trabajaba Gerard Way, dibujante de 24 años, mayor de dos hermanos. Después de la terrible desgracia de las torres gemelas que presenció desde su mesa de trabajo, se planteó lo que estaba haciendo con su vida, ¿era aquello lo que quería hacer? Definitivamente, no. Así que, un par de semanas después, ya estaba ensayando con Matt Pelissier, que sería el primer batería del grupo.
La primera canción que escribieron fue Slylines and Turnstiles, sobre cómo Way vivió los ataques del 11-S. A ellos se unieron Ray toro, Mikey Way (hermano de Gerard) y, algo más tarde, Frank Iero.
Juntos, fueron creciendo como banda, grabando en 2002 I brought you my bullets, you brought me your love, con un estilo Post Hardcore y canciones como Vampire will never hurt you o Bring me more knives, que después pasó a llamarse Our lady of Sorrows.
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Dos años después Three cheers for sweet revenge les hizo ganarse la popularidad entre la gente. Este disco, con la carátula dibujada por su cantante, incluye I’m not OK, The ghost of you y Helena, canción dedicada a la abuela de los hermanos Way, que falleció por aquellas fechas.
Y ya en 2006, My chemical romance sacó el grandioso The black parade, con canciones tan alucinantes como Welcome to the black parade, I don’t love you y Mama, con la colaboración de Liza Minelli.
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El nombre del grupo lo sugirió su bajista, Mikey way, que estaba leyendo en aquel momento el libro Ecstasy: Three tales of chemical romance, de Irvine Welsh. Desde que empezaron, tanto su estética como sus canciones han ido variando de estilo. Su primera época, conocida como “Bullets”, con look underground, la segunda, “Revenge”, añadiendo un par de botes de maquillaje, “The black parade”, ataviados con uniformes negros, pareciendo muertos vivientes, e incluso una estética más Punk en el videoclip del cover de Desolation Row, de Bob Dylan.
Cover of The Black Parade Amended
Y allí se encontraban, después del multitudinario concierto en Madison Square Garden (Nueva York), que marcó el final de la gira, agotados, sin tener del todo claro si querían seguir con aquello. “En ese concierto sentimos que eran como los créditos finales.” dice Mikey Way, en una entrevista dada a Kerrang!. Sin quererlo, se habían metido de lleno en ciertas polémicas, convirtiéndose en ídolos de un movimiento con el que no se identificaban, por ejemplo, siendo acusados en Inglaterra de promover un culto suicida. Incluso se les acusó directamente por la muerte de Hannah Bond, fan de 13 años que se suicidó. Sus padres afirmaban que la chica decía que cuando muriera iría al Desfile Negro (The Black Parade). My chemical romane, dando sus condolencias por la pérdida, negó el promover el suicidio: “Nuestras letras son sobre encontrar la fuerza para seguir viviendo a través del dolor y los tiempos difíciles”, citando también la frase de una de sus canciones, Famous Last Words: “I am not afraid to keep on living” (No tengo miedo de seguir viviendo).
“A veces me pedía a mí mismo disculpas por lo que habíamos hecho. ¿Cómo me convertí en alguien que se disculpa por el trabajo que ha hecho junto a sus amigos?”, comenta Gerard Way. “Estaba en piloto automático”, dice el guitarrista Frank Iero (Frankie, para los amigos) en una entrevista para la revista inglesa Rock Sound. “Dime que esté en un sitio, y allí estaré, dime que me vaya a casa, y allí iré”. Después de varios problemas personales (Mikey Way dejó una temporada la banda por depresión, Frank Iero sufrió una hemorragia interna en un viaje a Japón y al batería Bob Bryar se le rompió en dos ocasiones un tendón de la mano), se plantearon muchas cosas, como dejar My chemical romance. Durante unos años, decidieron tomarse un tiempo para vivir sus vidas. En aquél tiempo, el cantante de la banda escribió The Umbrella academy, cómic de superhéroes.
Sin quedar satisfechos con lo que habían conseguido con su anterior disco, decidieron hacer algo totalmente diferente a lo que habían hecho hasta entonces, un álbum lo más básico posible, sin estética concreta y ningún concepto determinado. Pero, en su afán de revelarse contra ellos mismos, hicieron un disco del que ninguno estaba convencido al 100%.
Así que, mientras aún estaban con el proceso de mezclas, Gerard Way se fue una temporada al desierto con su mujer Lin Z (bajista de Mindless self indulgence) y su hija Bandit, de pocos meses. “Entonces escribí Na Na Na, y me di cuenta de que eso era lo que quería. Empecé a escribir un montón de letras locas, audaces y temerarias. Tuve esa visión y todo lo que había tenido en mente para los cómics empezó a dar vueltas por mi cabeza.” Cambiando de idea y de productor, desecharon muchas de las canciones del que iba a ser su nuevo disco y grabaron otras nuevas, con el que los miembros del grupo quedaron, por fin, del todo satisfechos. “El nuevo álbum es lo que somos, ¿El chico de Helena de pelo negro con aspecto realmente apenado?”, dice Gerard Way, “Aquello nunca fue lo que quería ser, estaba realmente cabreado y deprimido. El chico que visteis en The Black Parade estaba tratando de sobrellevar todo ese equipaje lo mejor que podía. Cuando oís todas esas grabaciones, me estáis viendo con 15 años, o en mi escuela de arte. Ahora encontraréis a la persona real, la persona que estaba ahí antes de que la capa de pintura negra lo tapara todo”. El cantante Dr. Death Defying también dice en la entrevista: “Siento que el público nos está conociendo realmente por primera vez”.
Y aquí se encuentran, con un nuevo disco lleno de colorido, letras llenas de positividad y hasta incluso ritmos, en ocasiones, bailables. “Lo que llevamos puesto ni siquiera me parece un disfraz, a mis ojos así es cómo nos veo. De alguna manera tuve que ponerme una máscara para demostrarle al mundo quién soy realmente”, dice Gerard. Cualquiera que lo escuche o vea los videoclips de Na na na o Sing podrá afirmar que aquellos trajes negros y maquillajes blancos han quedado atrás para mostrar a unos auténticos personajes de cómic. Se sitúan en California, en 2019, el ayudará a los Killjoys, formados por los integrantes de My chemical romance (Gerard Way es Party Poison, Frank Iero es Fun Ghoul, Mikey Way se hace llamar Cobra Kid y Ray toro es Jet Star) a vencer a los “malos”: Los draculoids, personajes vestidos de blanco con máscaras, que trabajan para los Scarecrow. También aparece en muchas imágenes, videoclips y merchandising el logo de Better Living Industries (Bli), empresa dedicada a, según dice la página web que crearon, conseguir que tengas una mejor vida “llenando tu corazón de felicidad sintética, quitando el dolor con facilidad, digitalizando tu memoria y protegiendo tus intereses con armas láser personalizables, todo en nuestra tienda”.
Definitivamente, My chemical romance ha creado un mundo nuevo de color y fantasía con su nuevo disco, Danger days: The true lives of the fabulous killjoys, dándole una patada en el trasero a todos aquellos que los acusaron de emos y suicidas, demostrando al mundo quienes son realmente. Después de verlos en directo el cinco de marzo de este año, puedo decir que no son sólo una estética, que detrás de sus, en ocasiones, extravagantes trajes, hay unos grandes músicos. Y no me avergüenzo de decir que soy fan de este, en mi opinión, gran grupo, lo fui antes de este disco y, estoy segura de ello, lo seguiré siendo por mucho tiempo.