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Día grande para la España más profunda, con la coincidencia de dos eventos que durante el día de hoy, con toda seguridad, coparán la atención de los medios de comunicación más y menos relevantes de este país. Nada en contra de quien decida pasárselo en grande con cualquiera de ellos, cada uno sabrá qué le conviene más hacer y con qué valores, educación y cultura quiere mezclarse, pero mucho que decir, y muy importante, sobre cómo los medios de comunicación van a tratar estos temas.
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Algunos elementos vuelven ya a ser la tónica general de las primeras "crónicas" (si es que merecen tal calificación) que nos llegan acerca de ambos temas: ninguna (auto)crítica, poca información y mucho, demasiado, "olé" (es decir, que´bonito es todo, y que bien lo vamos a pasar). La razón de este libro de estilo, que siguen todos los medios por igual (periódicos, pseudo-informativos de televisión y también la red, que es lo más preocupante), sólo obedece a un factor: 'la audiencia'. Hay que hablar bien de estos temas, con optimismo, positivismo y ningún tipo de crítica, porque así serán más leídos, más vistos y más comprados. La globalización de la información que no se moja, que no reflexiona y que no pone nada en duda, cuanto hay mucho que poner encima de la mesa, viene provocado porque todos los medios saben que meterse con según qué cosas, y según qué temas, sólo trae consecuencias negativas, en forma de crítica al medio, o personas que, ciegos de tanta ignorancia consentida, deciden que nunca más van a leer un periódico o ver un programa de televisión por haber puesto en duda aquello que tanto les gusta. Nosotros también lo sabemos, pero nuestra independencia absoluta nos obliga a hablar de todo lo que acontezca y contenga elementos de dudosa autenticidad.
Será cuando se produzca la primera cornada cuando se publicarán varias columnas analizando si los encierros son morales, si debería cambiarse algo, etc... Y se emitirá esa crítica porque es el momento comercial en que debe emitirse esa crítica, es decir, el momento en el que el pueblo también se sentirá conmovido y obligado a pensar un poco, aunque solo sean 2 minutos, porque ha habido una tragedia.
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No se trata de convencer a nadie, ni ponerse en el extremo contrario, ni criticar por criticar. No se trata de eso, sino de reflexionar un poco sobre lo que está pasando. ¿Qué aporta al espectador o lector que hoy, en los informativos, diversas cámaras y locutores se acerquen a los que han asistido al primer encierro y se están comiendo los primeros churros? A nivel informativo, nada. ¿De qué sirve ir a un bar antes del partido de España? Tampoco de nada, eso no es información en ninguna de las definiciones posibles del periodismo. No lo es. Como tampoco lo es poner el micro en la boca de las personas que viven en una zona calurosa y preguntarles si tienen calor, algo que estamos viendo estos días y que, como todo, se repite un año tras otro. No hay notícia, como tampoco la hay cuando envian a las reporteras debajo la nieve en invierno. Pero resulta que todo esto vende, gusta al espectador medio español, y por lo tanto, abusamos de ello en informativos y en programas como "España Directo", el programa de basura encubierta ("Sálvame" es infame, pero no se camufla), de la cadena 'pública' TVE.
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¿Sabemos de donde vienen o cómo nacen los San Fermines? ¿Cómo evolucionó la fiesta? ¿Qué significaba antes y después de la dictadura? ¿Cual es el año en que hubo el primer encierro? ¿De quien fue la idea? ¿Por qué? ¿Cual es el origen del chupinazo? ¿Qué sentido tiene, si es que lo tiene, correr delante de los animales? ¿Analizamos por qué le gusta esa sensación al ser humano? ¿Sabemos que neuro-transmisores del cerebro nos hacen disfrutar de este tipo de fiestas? ¿Hay algo parecido en el mundo? ¿Debatimos, acaso, si es adecuado, moral, lícito? No, no lo hacemos. Hoy todo son caras sonrientes, notícias de que empieza la fiesta, y poco más. La mayoría de los asistentes, con el nivel de información que hay, seguramente no tiene ni idea de por qué está ahí, ni qué está haciendo realmente, a parte de pasárselo en grande, algo con lo que no tenemos ningún problema, como ya hemos comentado.
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No interesa ofrecer este tipo de informaciones porque "no son entretenidas", porque son "un palo", porque el espectador hará zapping para ver la mejor cornada, con la que la televisión se recreará justo antes de que el presentador de las notícias se haga "el afectado" (cuando en realidad, en la mesa de edición, han celebrado que tendrán más audiencia). Los periódicos y los blogs, más de lo mismo, aunque estamos también seguros (porque todo se repite cada año, es más previsible que el propio calor del verano, y ya no se inventa nada porque se va siempre a lo que 'funciona' seguro) que, cuando haya los primeros fallecimientos por cornadas y accidentes varios, se publicarán varias columnas analizando si los encierros son morales, si debería cambiarse algo, etc... Y se emitirá esa crítica porque es el momento comercial en que debe emitirse esa crítica, es decir, el momento en el que el pueblo también se sentirá conmovido y obligado a pensar un poco, aunque solo sean 2 minutos, porque ha habido una tragedia. Y es entonces cuando más se demostrará que todo lo que se hace desde las fuentes de 'información', que el periodismo actúa según el pueblo, que nadie reflexiona de verdad, que ya nadie tiene un sentido de la información educativo, que permita evolucionar, y cuando se destape, aún más, lo único que podemos afirmar como verdad absoluta: los periodistas y los medios actúan exactamente igual que el pueblo, según el pueblo y al mismo nivel que el pueblo, dándole exactamente en cada momento lo que éste quiere oir, sentir y ver.
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Esto va a desmadrarse por la noche, con el partido de la Roja. Nos retransmitirán el partido personas que no podemos considerar ya locutores, sino unos aficionados radicales más, que se pasan el partido criticando al árbitro, que siempre va en contra de España, chillando cuando España chute cerca de la portería, celebrando el gol como locos (léase Camacho), y una vez más, sin ningún tipo de autocrítica hacia el juego de la selección española. Porque los comentaristas serán como los de la mesa del bar en el que estemos viendo el partido, o incluso mucho peor. En este sentido, y para no hablar ya de la infame retransmisión de Telecinco, queremos apuntar con el dedo a Carlos Martínez, de Canal Plus, de quien siempre hemos sido admiradores por sus retransmisiones más o menos equilibradas y por darle emoción a los partidos, pues nos ha decepcionado totalmente con las locuciones de los partidos de este Mundial, tan exageradas como las de los compañeros de Tele5, de quienes mejor "pasamos palabra", no sin antes recordar algunos de los comentarios ilustres de las últimas retransmisiones como "joder" o "imbécil, imbécil, imbécil..."
Por cierto que Camacho se defendió alegando que celebró el gol "tal cual le pedía el cuerpo"... Perfecto.
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Todo esto no contribuye en nada a la cultura de un país, ni en su educación, ni en su capacidad de auto-análisis, y esta forma de vendernos el mundo, si vamos agregando un tema sobre otro, sólo banaliza aún más nuestra sociedad y le da la razón, sin preguntarles nada, en sus comportamientos más vulgares y radicales. Pero, hoy por hoy, lo único que importa es vender, y lo que ahora vende es comportarse como el público: en el futbol, parece que cuanto más fanático te muestres, más televidentes tendrás, y en cualquier tema que guste a la gran masa, cuanta menos autocrítica e información, mucho mejor. Lo preocupante es que la red, internet, que tenía que ser la gran revolución, está cayendo exactamente en los mismos errores que los medios tradicionales, siempre en busca de visitas y de contentar a la mayoría. Y nosotros lo sabemos, no somos la excepción, ni queremos ir de "a contracorrientes". Pero es nuestra obligación, si queremos mantener este weblog con vida, poner estos temas sobre la mesa. De lo contrario, servidores cierran el chiringuito, porque para someternos a los dictados del mercado y de lo que a otros les gusta de una manera irracional, que tiene que ser como ellos quieren y solo como ellos quieren, nosotros ni nos levantamos. Aún a riesgo de perder visitas, algo que no está ocurriendo, demostrando que sí, que otro weblog es posible.
Bienvenidos siempre todos a www.culturaencadena.com, los amantes de San Fermín y los críticos con esta fiesta, los que sentíis los colores de la Roja y los que no, a www.culturaencadena.com. No os queremos convencer de nada, sólo exponemos lo que está pasando en nuestro país, y en cualquier otro del mundo, desde todos los prismas posibles, poniendo el acento en aquel que, globalmente, se ha querido evitar.