From left to right: Ryan O'Reily, Vernon Schillinger, Miguel Alvarez, Tobias Beecher, Kareem Saïd. In the front, Augustus Hill. (Photo credit: Wikipedia)
A veces se necesita tiempo. Tiempo para pensar, tiempo para estar con uno mismo, para parar, observar y crecer. Por desgracia, parece que la vida nos lleva por el camino rápido, nos obligan a conducir con demasiada celeridad y eso nos hace provocar accidentes que deberíamos haber podido evitar con un poco menos de apremio por llegar.
¿Qué es lo que nos urge tanto? ¿Llegar... adónde?
Es cuando crecemos, unos antes y otros después, que nos damos cuenta que nos hemos equivocado... y mucho. Que hemos errado y que hemos herido, a nosotros mismos, y a otros. Una lástima, pero somos quienes somos por todo ello, lo que significa que no nos debemos lamentar por nuestro pasado sino que sólo podemos construir hacia un futuro mejor. No hay manera de enmendar acciones pasadas y el hecho de revolcarnos en ellas sólo nos provoca más angustia y remordimientos, que nos continúan destruyendo.
No podemos ser las víctimas, es demasiado fácil ir por la vida sintiendo que los demás tienen la culpa de nuestra desdicha. NO. Quizás nos puedan mentir una vez, pero en las siguientes ocasiones, la culpa es nuestra. Nosotros mismos somos, ante todo, los que llevamos las riendas de nuestra existencia.
Sé que es complicado mirar hacia atrás y no sentir dolor y tristeza porque fuimos víctimas o verdugos, pero para no volver a caer de nuevo hay que mejorar lo que somos y así mejoraremos lo que seremos gracias a lo que fuimos.
Es posible que no estemos orgullosos de haber tenido demasiado miedo o ira, y a la vez demasiado poco coraje o reflexión. Pero de ahora en adelante hay que sacarlos. No sé si sirve de mucho pedir perdón o llorar o incluso escribir estas palabras. Creo que lo hacemos para nosotros mismos, para que otros lean que lo sentimos, que sabemos que aquello no estuvo bien pero que no tuvimos otra manera de hacerlo...
Estoy viendo la serie Oz y me está dando mucho que pensar: la redención, el estar en paz con uno mismo cada día de nuestra vida, el perdon, la religión, el bien y el mal, la pena capital pero sobretodo el pasado, presente y futuro. Esta serie descoloca a cualquiera porque hay tanto en un capítulo que no sabes por dónde empezar... sólo me pongo a escribir y a ver adónde me llevan las reflexiones.
Si alguien está leyendo esto, ruego que me perdone el desorden pero entended que el desorden es necesario porque sin él no habría orden. Y además estoy cansado ya del orden que nos imponen siempre en todo... orden, orden orden y locura. Locura... tanto orden lleva a la locura. No se puede estar sano mentalmente cuando todo tiene que estar en su sitio porque ¿Qué es el sitio de algo? ¿?Quién y cómo se decide el sitio de algo? Es lo mismo de siempre.
Nos están volviendo locos en nuestras celdas y en la soledad de las mismas, con el poco que nos dejan abandonarnos a nuestros pensamientos, llegamos a la conclusión que estamos jodidos. El orden lo necesitamos para no pensar porque hay demasiado dolor detrás, demasiado odio e ira y tenemos que evitar pensar, drogas, alcol, sexo fácil, piercings y tatuajes para enmascarar una realidad que está a flor de piel. Nos duele la vida. Llevamos demasiado a cuestas y somos incapaces de mirarnos al espejo desnudos y sin ningún tipo de decoración que deforme la realidad. Así somos sin nada...
Intentamos escapar a la realidad porque en el fondo somos demasiado cobardes para admitir que no somos como realmente nos gustaría ser.
Pero ¿cómo nos hubiese gustado ser? Como nos dicen que hay que ser... buena persona (qué significa eso), feliz, jovial, divertido, inteligente,... sí amigos, también nos venden cómo hay que ser... nos hacen creer que queremos ser así... y eso nos perturba porque nadie puede ser perfecto. ¿Qué es ser perfecto? Cada uno de nosotros es perfecto porque no hay referencias de nada.
Es que mierda... sólo podemos decidir nosotros mismos sin dejarnos acosar mentalmente por todo lo que nos rodea. Ciertamente, no hay que matar porque sino la ley te mete en OZ pero creo que todos estamos ya metidos en Oz, la vida es Oz o el psiquiatríco de "alguien voló sobre el nido del cuco". Esa es la realidad y no lo que nos dicen que es.