- 10 años después del 11-M, el mayor atentado de la Historia de nuestro país, partidos políticos y asociaciones priman el recuerdo de las víctimas y tratan de superar divergencias.
- Ayer se pidió perdón, por fin, a víctimas y familiares de víctimas, disfrazando las disculpas con la simbólica entrega de 350 condecoraciones por parte del Ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, que necesitaba un acto como este para paliar los efectos del 'caso Ceuta-inmigrantes'. Se sigue instrumentalizando todo en nuestra política.
- El Estado no solo no estuvo a la altura en el momento de la tragedia en su ineludible tarea de protegerles, sino que su comportamiento se convirtió en una de las mayores vergüenzas jamás vividas en España.
Todos tenemos nuestro mal recuerdo de esa fatídica jornada. Todos recordamos donde nos encontrábamos, qué estábamos haciendo, y cómo nos paralizamos al ver las imágenes de la tragedia. Todos podemos volver a sentir el dolor que sentimos, con nitidez. Si nos ponemos a recordarlo, no parece que haga 10 años, pues las horribles sensaciones siguen muy presentes.
Pero al inmenso dolor por tener que soportar otro acto salvaje perpretado por el ser humano, tuvimos que añadir el intento, y solo intento, de manipulación del entonces Gobierno del PP de Aznar...
All TV stations replaced their logos with black ribbons overlaid on the Spanish flag at 18:00, visible in the upper-right corner of the television screen". (Photo credit: Wikipedia)
Era una época en la que la palabra crisis no existía. España iba bien, como aseguraba el entonces Presidente del Gobierno, José María Aznar. Pero aquel día, el Gobierno del Estado, mintió deliberadamente, e incluso presionó a los máximos responsables de los principales periódicos de nuestro país. Aquel día cambió la Historia política de España... ¿para siempre?
Había unas elecciones a la vuelta de la esquina, y eso lo contaminó todo. En lugar de actuar como lo tiene que hacer un Estado -protegiendo a las víctimas y empezando a hacer las investigaciones para saber quienes habían sido los autores, y detenerlos cuanto antes-, el Gobierno decidió que tenía que engañar a sus ciudadanos y presionar a quien hiciera falta. Son muchos los profesionales, de distintos ámbitos, que pueden dar buena cuenta de todo ello.
Había unas elecciones en juego, y rapidamente se pensó a nivel partidista. Se instaló la idea de que si había sido ETA, ganaría el PP, y si había sido Al-Qaeda, ganaría el PSOE. Por aquello de las tropas en Irak, algo que ni tan siquiera fue la raíz real del atentado, como nos desvela el libro de Fernando Reinares, "Matadlos", investigador del 11-M.
Y es por ello que el Gobierno del PP, haciendo un mal uso y abuso de su posición de poder, se dio prisa en culpar a ETA sin tener la absoluta seguridad, y presionó a los medios para que aprovecharan cualquier oportunidad para dejar claro que el atentado era cosa de esa banda terrorista en concreto. Famosas son las dos líneas de investigación de Acebes y el vergonzoso espectáculo al que asistimos durante varias jornadas.
Ese mismo día, por la tarde, empezaron a aparecer otras informaciones a nivel internacional que apuntaban a algo diferente, y el ciudadano empezó a dudar e intuir que se le estaba engañando.
En los días siguientes, jornada de reflexión incluída, el '¿Quien ha sido?' tomó las calles, así como múltiples manifestaciones, caceroladas y demás tipos de protestas que tenían como objetivo único conocer la verdad, o algo más cercano a la realidad.
El 11-M fue el reinicio de la contrapolítica (hasta aquel entonces la sociedad vivía muy acomodada y despreocupada), de las movilizaciones ciudadanas (sin twitter ni whatsapp, el "pásalo" en versión sms fue suficiente) y de la desconfianza total y absoluta en nuestros políticos. Muchas personas se dieron cuenta de que aquellos en quienes confiaban el poder, les podían engañar en un asunto tan sensible como el que nos ocupa.
Más adelante vino la crisis económica, la negación de la misma por parte los políticos, y todas las injusticias sociales a las que hoy nos enfrentamos. Y eso ha provocado que hubiera muchas más manifestaciones, reivindicaciones sociales y exigencias de los ciudadanos en la búsqueda de la verdad y de una sociedad mejor y más justa.
Pero durante aquellos días la población ya estuvo muy por encima de los políticos, se solidarizó completamente con las víctimas, luchó por ellas y exigió la verdad, huyendo de algunas teorías conspirativas que aún hoy mantienen algunos medios de comunicación y mandatarios del PP y en las elecciones, castigó severamente a quien le quiso engañar y manipular en algo tan grave como un atentado.
El 11-M marcó un antes y un después en la confianza en los políticos que, con el tiempo y la posterior crisis económica, se ha ido agravando. Zapatero no aprendió la lección y volvió a engañarnos negando la crisis, y el ciudadano volvió a castigar al político echándole del poder.
Ahora, a poco más de un año y medio de las Elecciones Generales, todos sabemos que el Gobierno actual nos engaña con sus noticias llenas de optimismo táctico y anuncios de rebajas de impuestos imposibles, mientras el país sigue hundido por una deuda pública inasumible, una tasa de paro escandalosa y una miseria en imparable crecimiento... ¿pero acaso la oposición no nos está engañando también con sus proclamas sociales?
Da bastante lo mismo, pues, quien gane las próximas elecciones. Mientras sigamos con este sistema político, con estos partidos politicos y, sobre todo, con este perfil de politicos, sabemos que van a engañarnos siempre y que nos vamos a pasar el resto de nuestras vidas protestando en la calle, e indignados.
Aún así, el engaño del 11-M es imperdonable, se mire como se mire, y nos lo llevaremos fresquito en el recuerdo a la tumba, pasen los años que pasen de semejante indignidad. No OLVIDAMOS, ni nos vale que el PP pida perdón. Todos los políticos nos mienten, sí, pero solo algunos tienen el atrevimiento de intentar engañar con un tema tan sensible, con más de 190 víctimas, más otro millar de heridos y mutilados. Deberían pagar por ello, sin lugar a dudas, y ser juzgados como merecen, aunque en este sistema corrupto eso es algo imposible.
Como no perdonaremos a los medios de comunicación afines a tal conspiración que, a parte de demostrar una falta de profesionalidad absoluta, no merecerán nunca más de nuestra atención ni credibilidad, y también deberían pagar por ello. No olvidemos que, gracias a ellos, se sumaron algunas víctimas más, como podreis ver en el video adjunto al final de este artículo.
Este escrito era necesario para intentar censurar una mentira que no debe repetirse nunca más y una utilización política partidista inadmisible, para reflejar uno de los momentos claves en los que el ciudadano dejó de confiar en los políticos y, sobre todo, para volver a transmitir todo nuestro apoyo a los sufridos familiares de las víctimas, que han tenido que soportar miles de teorías de la conspiración y han sido tratados como víctimas del terrorismo secundarias, como algunas de ellas han declarado, deseando, incluso, que su hijo hubiera sido asesinado por ETA para poder recibir un trato más justo.