A spiral staircase inside one of the Vatican Museums (Photo credit: Wikipedia)
Todo el Vaticano, y medio mundo, está desde ayer pendiente de una chimenea. ¿Fumata negra o fumata blanca? ¿Hay nuevo Papa?
Esperando estamos, para poder seguir adelante con nuestras vidas, la noticia de si la fumata sale de un color o de otro. Los medios de comunicación han desplazado a sus reporteros, un montón de gente está ahí mismo esperando el resultado y quien más, quien menos, se interesará por saber si al final ha habido nuevo Papa o no. Si no se interesa, se acabará enterando, porque de esta noticia no te libras: seas creyente o no, lo sabrás todo sobre el nuevo Papa, tarde o temprano.
Y en cuanto la fumata salga del color correcto, empezarán los automatismos. Sí, los seres humanos son autómatas. Aseguran que la raza humana es la especie más lista del planeta, pero automatismos como estos hacen que la hormiga nos parezca mucho más lista.
Una vez haya fumata correcta, y nuevo Papa, los ahí presentes, y muchos más seres humanos de todo el planeta, se emocionarán y se quedarán tranquilos. Los medios de comunicación nos machacarán con el tema, conoceremos incluso la fecha en que el nuevo Papa de tomó su primera papilla, y éste empezará su gira 2013-2014 por el mundo.
Ahora mismo aún no hay acuerdo entre los cardenales presentes. Intereses de todo tipo se están discutiendo y debatiendo en el cónclave. Todos los seres humanos saben, ahora mismo, que son seres humanos los que están escogiendo al nuevo Papa (o casi todos).
Pero dentro de pocos días, un nuevo automatismo aparecerá en el ser humano, y el nuevo Papa, por arte de magia, será el representante de Dios en la Tierra, como si él mismo lo hubiera escogido, y será nuevamente adorado durante su gira Mundial 2013-2014. Cuando un ser humano consiga tocarle la mano, creerá haber tocado una mano divina.
Si lo razonamos, pensaremos: Bueno, ¿y qué más da? ¿Acaso no es otro chanchullo? Pero NO: el automatismo humano llegará dentro de poco, y conseguiremos autoengañarnos con una facilidad asombrosa.
¿Qué es lo significativo de todo esto? ¿Adonde queremos llegar?
Estar pendientes de quien es el nuevo Papa, y luego adorarle, no se distancia mucho del protagonismo y, sobre todo, el exagerado poder que le hemos dado, tanto los ciudadanos de todo el mundo como todos los medios de comunicación, a los distintos poderes que nos gobiernan y nos arruinan....
El respeto que le tenemos al Papa, en realidad se lo tenemos también a aquellos que nos controlan y luego hunden en la miseria... De los que se aprovechan de su estatus privilegiado para hacer y deshacer a su manera.
Cuidado, pues, con los automatismos humanos. Deberíamos luchar por nuestros derechos y no estar tan pendientes de lo que quieren que estemos pendientes. Deberíamos exigir seriedad y no tener tanto respeto por todo aquel que ocupa una posición destacada en nuestra sociedad de intereses. A los gobernantes, que nos gobiernen. A los banqueros, que nos den crédito y que lo recuperen. Y al nuevo Papa, más que adorarle, deberíamos exigirle que se dedique a lo que en principio tiene que dedicarse: a velar por los intereses de los más desfavorecidos y a aplicar las buenas intenciones de cualquier movimiento religioso.
Unas coordenadas que, ahora mismo, están muy lejos de ser las más importantes en la resolución del cónclave vaticano.