Nave 73 nos ofrece la oportunidad de ver la obra 'Como si no hubiera un mañana' es la última producción de Paraninfo 58, resistencia teatral que nació en el año 2010 con la colaboración mútua entre el director y uno de los actores, Andrés Dwyer y Juan Blanco, y que quiere ofrecernos “un teatro siempre ameno, que apuesta por el respeto al público y a su intelecto, siempre al servicio de la historia a contar, fin último del trabajo de cada uno de los integrantes de la compañía”.
Nos encontramos con un escenario muy oscuro, en el que podemos ver cuatro escaleras, varias linternas y tres actores sobre él. Hay un espacio recóndito, misterioso y unas voces extrañas que surgen desde un radiocassete. Oímos unos mensajes de radio mezclados, extrapolados de lo que alguna vez fue una sociedad que nos da una pista del aspecto que tiene el mundo de los personajes: destruido, tenebroso y olvidado, como si el fin del mundo estuviera cerca o "como si no hubiera un mañana".
La obra, bien dirigida por Andrés Dwyer e igualmente bien interpretada por Joe Manjón, Sara Martínez y Juan Blanco, intenta hacernos reflexionar sobre la supervivencia del amor cuando todo lo demás se agota, en una comedia apocalíptica que inquieta y, por encima de todo, funciona, a pesar de su atrevida premisa, dividida en 3 historias a narrar:
- El momento en el que te das cuenta de que vas a caer
- Un tipo afortunado
- Siempre nos quedará París
Cada una de las historias está firmada por un autor distinto: Jose Padilla (Haz click aquí, Los cuatro de Dusseldorf), Pablo Vara (guionista y director de los largometrajes Al final todos mueren y Pixel Theory) y Fran Secunza (El encargo).
En cada una de las escenas se hacen reflexiones interesantes que giran alrededor del amor y de las complejas relaciones personales
- "¿Es realmente amor lo que necesitamos... o tener cubierta la necesidad de sexo?"
- "La importancia del beso en las relaciones"
- "La importancia de una mirada".
A destacar la actuación magistral de Juan Blanco (de vértigo, subido en lo alto de una escalera que emulaba La Torre Eiffel) y Sara Martínez, que resuelve con solvencia.
Una obra muy recomendable, a un amplio sector del público, siempre ágil, divertida y, a pesar de su aparente oscuridad, con un tono optimista que conforman una de las obras de teatro más atractivas del momento en Madrid. De nuevo, en Nave 73