Al jardín del amor me llegué
Para ver lo que nunca antes viera:
Una capilla construida en su centro,
Donde solía jugar yo, en la hierba
Las cancelas de la capilla estaban cerradas
Y los mandamientos, escritos en su puerta.
Me volví, pues, al jardín del amor,
Donde las más dulces flores crecieran
Y lo ví ahora lleno de sepulcros,
Y vi lápidas donde antes había flores,
Y sacerdotes de capa negra entre ellas
Y en zarzas enredados mi alegría, mis amores
quien encadene mi alegría malograra su vida dada,
pero quien bese la alegría en su aleteo vivirá en el alba de la eternidad.