NO HA SIDO DIOS, HA SIDO LA IGLESIA
HBO ha estrenado este mes de enero 'The new pope', que continúa con el excelentísimo trabajo desarrollado en 'The Young Pope', donde ya pudimos atisbar las intenciones del genial maestro Sorretino. Sin vergüenza, sin pudor y sin humildades de ningún tipo, el artista hace un despliege magistral y nos dice: "¡Hermanos, besadme la mano e inclináos ante mí, porque soy el puto amo!"
Y lo es: un genio indiscutible detrás de las cámaras, pero sobre todo en su sabia combinación de clarividencia e irreverencia. Como siempre, todo queda entre las cortinas de lo sugerente y lo sugerido. Y, aunque no lo podamos ver todo de forma explícita, todo queda también clarísimo.
¿Quién aparece en "El Nombre de la Rosa"?
¡¡¡Maurizio Lombardi!!!
Pio XIII (Jude Law) está en coma desde hace más de 9 meses, y las esperanzas de verlo recuperado se van desvaneciendo. La necesidad de un nuevo Papa hace reunir al cónclave y votar. Empieza la competición por el poder. Las alimañas de Voiello y Hernández se disputan el trono, pero un giro inesperado -y convenientemente manipulado- hace que el nuevo papa sea Francisco II. Esperemos que recordéis quien es el que se lleva el gato al agua, porque estamos ante un magnífico giro de guion...
CRÍTICA DE THE NEW POPE
Sorrentino puede gustar más o menos, pero lo que es innegable es que una imagen suya condensa más que algunas temporadas enteras de según qué series. Una firma personal hace inconfundible la autoría de su obra, que lo ha convertido en uno de los grandes referentes de la ficción.
Desde su bien conocida y onírica manera de filmar, cargada de detalles que no puedes dejar escapar, todo en Sorrentino es excesivo y extravagante. En su caso, las exageraciones terminan por comunicarnos la sencillez del mensaje. Toda floritura tiene como objetivo el poder, que se juega desde las altas esferas en un constante pulso con nuestras pulsiones humanas, generalmente erróneas. Y es que, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Por mucho Papa y caridad cristiana que nos quieran vender, el fondo de toda patraña no es más que la de conquistar mentes para la obtención de poder. Las artimañas políticas que se ponen en juego tienen un fondo psicológico de fines muy poco loables.
"¿No tienes compasión o caridad cristiana?" Y eso lo dice Voiello que es lo más rastrero de la santa sede. Irónico y punzante, Sorrentino que mete el dedo en llaga porque en nombre de Dios se permiten todas las infamias, las guerras, las vejaciones. Vestido de compasión el poder se aprovecha de las almas caritativas para sorber la poca dignidad que les quede en su favor. El débil siempre acaba pagando. Pagan justos por pecadores, siempre.
Sorrentino ataca de frente a las diferentes instituciones responsables de "promover la palabra de Dios", todas ellas corruptas e interesadas, que solo acabarán fomentando el odio y lo peor de la naturaleza humana. Las unas contra las otras se enfrentarán con la única finalidad de conquistar territorios y cerebros. La lucha por el poder, como si de una de guerra de bandas mafiosas se tratara, nos dejárá muy claro que el problema de la propagación de la palabra de Dios reside en aquellos que la difunden.
DESTACADOS CEC SERIES - ATENCIÓN SPOILERS
- Algunas escenas son para enmarcar, y para empezar nos viene a la mente la primera del tercer episodio cuando John Malkovich está hablando con Sophia. En ese momento se pone en juego un intercambio de seducción, de poder, de alabanza, de grandilocuencia, de errores humanos... casi nos meamos encima y no podemos más que quedarnos boquiabiertos, petrificados y admirativos de tanto arte, mientras un integrante de nuestro equipo estalla en una carcajada y no puede evitar expresar que "Sorrentino se la saca".
- Con mucha clase y altas dosis de sofisticación, pero el gesto obceno es efectivamente el de mostrar y demostrar la magnitud de su miembro más preciado: su cerebro.
- Un nuevo Papa al que intentan comprar con un Bentley, las monjas en huelga pidiendo respeto y wifi dispuestas a vender sus reivindicaciones por unas líneas de cobertura. Una necesidad de elogio constante para engrosar el ego propio, la estima inexistente de unos padres que nunca vieron a uno de los hijos y que se ha devanado en vano los sesos para hacerse visible. Un camino seguido sin convicción, una vida perdida o tirada por la borda cuando ya es demasiado tarde para recuperar el tiempo perdido.
- Un aquellarre de obispos viperinos confabulando para obtener más de lo que jamás pudieron soñar porque el ser humano nunca tiene suficiente y siempre quiere más a pesar de disponer de toda suerte de lujos. Ni la senda del Señor es suficiente para dotar de significado la existencia, hace falta un reto personal que en este caso resulta ser la consecución de poder.
- "Nuestro odio es concreto. Nuestro enemigo es obvio. Es Iblis. Es el cristiano. Y como dice el Corán: Llenará el infierno con vosotros y vuestros descendientes". Estas son las últimas palabras conciliadoras del califa que se le oyen proclamar en árabe en un televisor en medio de una sala vacía.
- Sobredosis de escándalos sexuales que democráticamente aquejan a toda la jerarquía eclesiástica, un Papa que no es querido sino idolatrado y la idolatría es peligrosa, es el preludio de la guerra.
- Un elenco de actores que acompañan que el reparto es como la receta de un rico pastel, se hace la boca agua. John Malkovich, Jude Law, Silvio Orlando, Cécile de France, Ludivine Sagnier, Javier Cámara, Marilyn Manson y muchos más que nos dejan pegados al sofà.
CONCLUSIÓN CEC SERIES: UNA AUTÉNTICA OBRA MAESTRA
'The New Pope' es una auténtica obra maestra de la ficción que, aunque parezca increíble, mejora lo ya disfrutado en la excelentísima "The young Pope". Sorrentino hace un despliegue de incontestable maestría. Como Midas, convierte en oro todo aquello que toca. Puede gustar más o menos, se puede entender mejor o peor. Pero lo que está fuera de cualquier duda es su indiscutible habilidad, destreza y capacidad de crear obras de arte fuera de cualquier tiempo y espacio. Sorrentino es un genio atemporal que sabe enfocar aquellos temas que son los lugares comunes de todo ser humano.
Estas son las obras que realmente perdurarán, y las únicas que pasarán a ser significativas. Es por ello que alabamos su sapiencia, estilo e ingenio. Son pocos y cada vez más raros los productos de calidad que discurren sobre lo esencial de la humanidad y lo fundamental de la vida, y este es uno de ellos porque en su interior hallaremos realidad aplicable a cualquier momento. El siempre jamás condensado en una obra y, en este caso, con el maestro como principal artífice.