Nuestra opinión basada en hechos reales
Ya nos hemos podido conformar una opinión de la serie... La nuestra y con elementos objetivos, que primero vamos a exponer, terminaremos dando una valoración final. ¡Paso a paso que desvelamos los trucos! Desmontando a los Muppets.
Thra es el mundo mágico habitado por una serie de criaturas: Skeksis y Gelflings como principales. Los primeros fueron encomendados de guardar "el cristal de la verdad" que es el corazón mismo de Thra y de todos los seres que en ella cohabitan. En la búsqueda de todo lo que los humanos ansían, los Skeksis, utilizan el poder del cristal para robarle la energía y así, conseguir la inmortalidad. Los Gelflings son, en cambio, criaturas puras y nobles cuyo cometido es proteger a los guardianes del cristal y por lo tanto defender a los Skeksis. El cristal está corrompido por los abusos de poder y los malos usis que de él se hace y Thra enferma porque su corazón ha sido mancillado y utilizado para finalidades egoístas e ilícitas como lo es la persecución de la vida eterna.
Elementos objetivos:
- Reencontramos elementos de la ciencia ficción, obviamente, esta vez de una forma distinta. No son personas de carne y hueso las que nos relatan la historia sino unos teleñecos mejorados al 1000%. No son aquellos peluches, despeluchados de los 80 que sin quitarles mérito, causaron sensación. Aquí de nuevo estamos ante la división del mundo mágico entre los Skeksis y los Gelflings que a su vez se dividen entre los que viven bajo tierra, los que defienden el castillo y los que viven en Ha'ra. Las criaturas mágicas como los escupidores, los árboles parlantes, los bicho bola que sirven de ruedas para el carruaje...
- La dicotomía buenos y malos. Los malos representan al humano básico y no tienen ninguna cualidad admirable ni que engrandezca o despierte confianza alguna. No entendemos por qué siempre acabamos confiando en el menos indicado de igual modo que los Skeksis, criaturas repulsivas per se, son confinados a guardar el cristal y lo que hacen es aprovecharse de su poder. Si lo extrapolamos a la vida, ¿Podemos decir que la metáfora sirve? ¿confiamos siempre en los más "feos" para el trabajo más noble y acaban desvirtuando el objeto sagrado? Este sería un buen punto en el ahondar.
- El hilo conductor es lo de siempre. Hay que salvar al mundo de la destrucción, desenmascarar a los malhechores y luchar contra sus aliados que serán todas las criaturas del mundo que hayan contraído la enfermedad del cristal. Sus corazones corruptos ya no irradian bondad sino maldad. Los seres hermosos se contagian con el mismo virus que los Skeksis han infectado el cristal: la bajeza moral y el egoísmo. El mundo se torna lúgubre y malvado y todo afecta al todo.
- Reencontramos el sistema de clases del que parece ser imposible desprendernos ni siquiera en la ficción. De ello deriva el mal mayor que lo acaba pudriendo todo originando un sistema de desigualdad social en contra del cual ni la imaginación es suficiente. Más de lo mismo.
Valoramos la imaginación por encima de todo y al ver la serie no hemos dejado de asombrarnos por el grado de "cuelgue" que se necesita para parir semejante mundo. Los colores en la pantalla son alucinantes y dan ganas de sumirse en esa biblioteca infinita de la tierra de Ha'ra, olvidar el tiempo, olvidar el lugar y sólo llenarse con las palabras que otros escribieron para nuestro deleite.
La escisión entre los buenos y los malos cansa porque bajo un prisma colorido y DIFERENTE por la puesta en escena y presentación del producto encontramos, en el fondo, un MÁS DE LO MISMO. Que sí, que hay que valorarle otras cosas a la serie y también hemos subrayado el mérito que tiene el dejar boquiabierto al espectador. Sin embargo, no deja de ser un mero entretenimiento que apela más a la curiosidad que al interés y que por lo tanto ya es suficiente para generar desgana y pereza en lo que a nosotros se refiere.
No la consideramos tóxica, que ya es mucho. El idioma que emplea en el despliegue de la metáfora nos provee con aquellos elementos que conforman nuestro universo, estamos de acuerdo con el mensaje subliminal (o el que creemos que trata de transmitirnos) de la serie, podríamos (a)firmar cualquier punto que en ellase denuncia. Sin embargo, la manera de trasmitir el mensaje no deja poso alguno sino el pozo sin fondo del aburrimiento porque tampoco logra alienarnos para seducirnos. Mucho ruido para tan pocas nueces.
Seguramente hace 20 o 30 años hubiésemos "flipado en colores" al ver algo así. A día de hoy no deja de soprendernos el continente pero consideramos el contenido insuficiente para satisfacernos.
Por cierto, no hemos podido dejar de pensar en las hermanas Olsen en todo el capítulo...¿ por qué será?