Jordan Peele, además de ofrecernos algunas de las mejores películas de terror de los últimos años (hablamos de “Déjame Salir” y “Nosotros”) es también un productor. Y como tal nos ofrece “Lorena”, disponible en este enlace de Amazon Prime Video en VOSE.
Un documental compuesto por 4 capítulos de una hora que profundiza (de manera brutal) en uno de los momentos icónicos de la década de los 90: el de Lorena Bobbit. Icónico por lo impensable pero también por el tratamiento televisivo que se le dio, y porque creó uno de esos débates que pasarán mil años y seguirán candentes.
Durante cuatro horas, asistimos a un trabajo hecho con tanta intensidad, que más allá de ahondar en la personalidad de los protagonistas de la historia, tira de archivos televisivos brutales (ese Howard Stern, ese Ron Jeremy que fugazmente aparece en pantalla)...
En un ejercicio de recuerdos, el documental da voz a la mayoría de personajes que de alguna manera tuvieron algo que ver con ese suceso. Desde esa pareja de vecinos sentados en el sofá, abogados, médicos, familiares/amigos de los dos protagonistas principales de la función.
¿Protagonistas principales? Pues aquí también tienen voz y de manera muy extensa. Tanto Lorena Bobbit como su ex marido John Bobbit. No se quedarán sólo en recordar esa brutal noche del 23 de junio de un lejano 1993. No se quedan sólo en esa amputación del pene de John y su posterior intervención de urgencia para salvar su miembro viril. No se quedan sólo en contar lo tormentoso de la vida que llevaban juntos hasta ese momento. El documental les da voz para hablar de su juventud, de su infancia y consigue que el espectador tarde en asimilar todo. Porque lógicamente nadie defenderá a un maltratador, pero una revelación final totalmente inesperada, hace que hasta un “monstruo” se merezca que sintamos algo parecido a la pena por él.
Como muy bien dice Lorena, en todo esto, hubo dos víctimas. Dos personas que juntaron sus caminos en un momento y tras esa fatídica noche tomaron caminos radicalmente distintos. Seguramente todo lo que aconteció con John después daría para un millón de películas, pero el ser humano ante circustancias excepcionales, no tiene porque elegir siempre el mejor camino. Hay una subida a los cielos con su cuenta caída al infierno brutal en la vida de John Bobbit. Todo documentado de manera brutal para el mejor entendimiento del espectador.
Y reflejando también el intenso tratamiento televisivo del asunto en una época en que a la gente no le escandalizaba tanto lo que podía salir por la caja tonta (ese pene indicando la recaudación obtenida). Una época que tampoco es tan diferente a la actual, en cuestiones como que entre un escándalo (y si es sexual mejor) y un debate político, la mayoría elegirá lo primero.
Caviar del bueno son los archivos del juicio, uno recuerda viéndolo esa imagen de “Asesinos Natos” que a base de zapping crítica lo que realmente pega a la gente a la pequeña pantalla (los hermanos Menéndez, el caso Bobbit…)
Y entrando también en que tuvo que pasar algo tan brutal para que la administración reaccionará, para que la gente empezará a asumir que lo que veían por tv (historias de malos tratos, violaciones en el ámbito conyugal) no era tan “ocasional” y que algo había que hacer para no darle a eso un aire de normalidad y de “bueno, son cosas que pasan” tan preocupante.
Los tiempos han cambiado afortunadamente, pero los que en ese 1993 teníamos uso de razón y lo vivimos, pensamos después de ver el documental, que quizás no hemos cambiado tanto. Que hay más derechos, eso es maravilloso, pero que la caja tonta sigue seduciéndonos con sus cantos de historias morbosas y que nos va a costar no darle al play a cualquier documental/película/entrevista que nos hable de temas como los que trata “Lorena”.