Este viernes, 15 de julio de 2016, tenemos otra nueva sorpresa en Netflix España.
Para hoy solo estaba prevista la incorporación de 'Stranger Things', que ya hemos reseñado en un artículo anterior encadenado a este, pero además tenemos el estreno de 'House of cards', la serie original británica, completa, con sus 3 partes dobladas al español.
Se trata de la serie que inspiró el remake americano que en los últimos años se ha hecho famoso en todo el mundo. Las comparaciones son odiosas, pero aquellos seriéfilos más todo-terreno, y también los que sean fans de la ficción política, así como los que quieran comprobar de donde salió la idea de que Kevin Spacey mirara a cámara, encontrarán en la serie original británica un nuevo entretenmiento, fugaz pero de calidad, para este verano.
Esta ficción británica, de la BBC, es para nosotros superior a la americana, y completamente imprescindible en su momento. Está claro que ahora estamos en otra época, no solo en el mundo real sino también en la ficción televisiva y que, para verla, hay que cambiar el chip y situarnos en 1990, justo después de que "La Dama de Hierro", Margaret Tatcher, renunciara. Ppr lo tanto, había que elegir a un nuevo gobernador, y era un momento muy delicado para la política del Reino Unido.
La cultura se encadena de nuevo puesto que la serie se basa, además, en una novela de Michael Dobbs, un hombre con experiencia puesto que llegó a ocupar un cargo de importancia en el partido conservador británico. Con estos precedentes, ya podemos afrontar la serie que, como la americana, es toda una metáfora sobre la ambición. Diferencias con su versión USA; las hay, y es ésta la que sale ganando en todas ellas. Más sutil, más sencilla, mucho más centrada en una sola trama, y más efectiva. Eso sí, menos "moderna".
La ficción está brillantemente interpretada por Francis Urquhart (Ian Richardson, 'El hombre de La Mancha', '102 dálmatas'), miembro del Parlamento Británico en sus intentos por alcanzar el puesto de Primer Ministro.
Tras la renuncia de Margaret Thatcher, el partido conservador comienza a buscar un nuevo líder. Francis Urquhart introduce a los candidatos, y finalmente es elegido el correcto y siempre sincero Henry Collingridge (David Lyon). Sin embargo, las aspiraciones de Francis de ser ascendido se derrumban cuando Collingbridge decide no modificar el grupo de gobierno. A partir de ese momento, Francis decidirá que hará lo que sea por alcanzar el puesto que cree que merece, aunque tenga que manipular y mentir para conseguirlo.
Pero sus negocios políticos no son sus únicas preocupaciones, y es que casi simultáneamente a estos hechos, Francis comienza una aventura con Mattie Storin (Susannah Harker), una joven periodista política, a la que intenta manipular para que el periódico donde trabaja el haga buena publicidad. Sin embargo, es un plan arriesgado: si se descubre su affaire, su matrimonio no es lo único que puede terminar mal, sino también su carrera política.