CARRIE: La primera pregunta que os quería hacer es ¿cómo se os ocurre hacer esta obra de Matem els homes? Con lo difícil que está que el público salga a ver un drama… ¿en qué momento surge la idea?
LAIA: Éramos cuatro amigas que ya nos conocíamos, buscamos una obra para hacer, y cómo hay pocas obras en las que salgan cuatro mujeres…No queríamos encasillarnos en las 'T de Teatre'.
CLARA: Empezamos la obra como un taller de la escuela de teatro de Sant Feliu. Entonces la quisimos seguir moviendo... luego salió la chica que lo hacía antes con nosotras, entró Adriana y seguimos adelante.
ADIRANA: Yo llegué cuando la obra estaba ya dirigida y me di cuenta que la temática era muy actual. Que son cosas que, en cierta manera, pueden pasarle a muchas personas a más bajo nivel, claro, porque estas chicas les pasa lo máximo de lo máximo y todos estos pequeños accidentes ya sean abusos, maltratos… que viven ellas, nos pasan, no a ese nivel pero nos pasan.
CARRIE: ¿Cuánto tiempo hace de esto?
LORENA: Pues hace un año y medio
CARRIE: ¿Y cómo habéis visto la evolución de la obra desde que empezasteis?
LAIA: Hombre, es una obra de tanto texto picado que exigía un alto nivel de concentración. Ahora, eso ya lo tenemos y además tenemos la tranquilidad y disfrutamos más yo creo.
LORENA: También al habernos dirigidos Santi Motreal y luego quedarnos nosotras solas, quisimos añadirle cosas y con la incorporación de Adriana también cambió un personaje que no era exactamente lo que hacía Marina, la antigua actriz, y a partir se propusieron esos cambios.
ADRIANA: Realmente desde que empezamos a hacerla en la escuela hasta ahora ha habido muchos cambios, no tanto de movimiento o de dirección, si no de la relación entre los personajes. Es increíble porque un día en un ensayo te puede pasar una cosa y al día siguiente te puede pasar otra. Y te preguntas ¿cuál es la válida? No los hemos hecho con preparación si no que han ido saliendo. Los personajes están muchísimo más elaborados y nosotras como actrices tenemos mucho más la tranquilidad de dejarlo fluir.
CARRIE: Eso me pareció al ver la obra. ¿Qué tenéis vosotras de vuestros personajes?
LAIA: Cuando te pones a hacer un personaje, que es el que te toca, piensas de entrada qué parte de este personaje es una parte de ti. Por ejemplo busco qué parte de este personaje es mía y cómo puedo llevarla al extremo. La Clávia concretamente tiene muchos aspectos en reacciones que podía tener Laia, rebajadas eso sí. Clávia es una persona muy sexual, sensual, seductora o explosiva e incluso tiene un punto de ninfomanía. Y yo me considero sexual. Laia explota esa parte de ella en la obra. O también es muy rabiosa como Laia.
CARRIE: Yo estoy convencida de que ese es vuestro trabajo, intentar buscar esa conexión entre el personaje y vosotras
LAIA: Sí, porque sino sería muy difícil. Pero por ejemplo yo he matado nunca, Clávia mata. Entonces es buscar en que el límite extremo Laia podría llegar a hacer algo así, como se enfrentaría a eso desde ese personaje. Entonces en lugar de poner un León, pongo otra cosa que me afecta tanto como a Clávia le afecta.
LORENA: A mí es que muchas veces me dicen “Lorena, que te está saliendo Berna” porque ella necesita tener el control y yo soy mucho de eso. Por ejemplo, si sé que se tiene que hacer algo, voy preguntando, “¿ya lo has hecho?” Yo creo que me he llegado a poner como se puede poner Berna. Luego también creo que la mala ostia, que no quiero que nada se descontrole.
ADRIANA: A mi últimamente me ha pasado que en situaciones concretas, por ejemplo antes de entrar al teatro en el café, muchas veces digo “Eh, que todavía no soy la Dulia.” Porque es que me siento muchas veces al margen, que no sé dónde meterme para poder encajar. Dulia dice muchas cosas porque intenta agradar y eso, es más Dúlia que Adriana pero supongo que también lo tengo porque me sale natural. Yo pensaba cuando la leí: “siempre me tocan papeles de tonta”. Pero luego vi que la Dúlia no es tonta, que tiene muy mala leche y que tiene esas cosas por lo que le ha pasado. Yo no soy rencorosa pero rabiosa un poco sí.
CLARA: Yo como Alina, me da hasta un poco de cosa parecerme tanto. Hay muchas cosas en muchos puntos que me parezco a ella. Es una persona sumisa, y no es que yo lo sea, pero también podría llegar a ese extremo. No lo soy porque he tenido la suerte de que me han ido marcando cosas. También tengo eso de decir cosas mostrándome muy segura y luego no es verdad. Yo me veo así muchas veces. Y realmente este personaje perdona cosas que no debería perdonar hasta que explota y yo soy mucho de asumir las cosas y de repente explotar y cuando explota, explota mal. Alina sigue siendo sumisa toda su vida y yo gracias a Dios no. Bueno a Dios…
CARRIE: Adriana no tenía opción de poder escoger o ser seleccionada para un papel, pero para las demás: ¿cómo fue ese proceso de casting? ¿Cómo lo escogisteis? ¿Fuisteis vosotras o fue el director?
LORENA: Bueno yo creo que no fue muy difícil porque el director escogió algo muy lógico. Clavia necesitaba tener mucho pecho, y ahí estaba Laia. También Laia es mucho de que le gusta su cuerpo, se gusta como Clavia y era fácil. Berna… supongo que por la mala leche…
CLARA: Yo creo que Alina más por descarte, me lo dieron a mí, porque Marina tenía más cara de niña que yo.
CARRIE: Algunas de vosotras estáis en Ubu Rey, donde prima bastante en la puesta en escena la sexualidad. En esta obra, también mostráis eso, la sexualidad, el erotismo que se respira en la obra hasta el final. ¿De dónde viene eso? ¿Cómo lo justificáis?
ADRIANA: Ayer cuando salió la crítica se lo comentaba a ellas. Les pregunté si estaban de acuerdo con lo que escribiste sobre la sexualidad. Hubieron tres segundos de silencio y las respuestas fueron sí rotundo. Porque realmente no era una cosa que estaba pensada. En Clávia sí, pero en general no lo habíamos pensado de esa manera.
CARRIE: Bueno de alguna manera también es un tema que va con la mujer. De alguna manera los personajes también intentan seducir al público…
LORENA: Sí, yo creo que es esto una cosa pero también pensaba que aparte de estar encerradas y reprimidas eso también significa que están reprimidas sexualmente. Y cuando sale la bestia sale la bestia por cualquier comentario. A veces fingen un orgasmo, otras se están metiendo mano, y también nos planteamos el trozo de la canción, si se bajan los tirantes, pero era más como eso, como una estrategia más para salir de allí.
ADRIANA: En este momento son todas sensuales sin quererlo, en plan estoy obligada … “quereis que me baje el tirante, esto es lo que quereis no?” a ver si así os convenzo, porque es triste pero es que es verdad las mujeres tenemos este punto…
CARRIE: El tema para mí es que en algunos momentos puntuales el texto lo acompaña, en el resto, yo las veo como en esas películas sobre cárceles de mujeres dónde cuando hablan de sexo, hablan de la sensualidad de una manera super abierta y no tiene ningún tipo de problema porque total no hay ningún hombre.
LORENA: Yo creo que es esto “que tenemos que perder”. Queremos salir… da igual lo que tengamos que hacer.
LAIA: Cualquier medio es bueno. Y bueno también es un poco el proceso de los personajes. Porque al principio queremos caer bien, ser simpáticas, luego se nos deestructura la idea de cómo iría la conferencia o la exposición. Lo volvemos a intentar se nos va de las manos. Hay un momento que queremos escapar, no podemos. Hay otro momento, que decimos “venga va ahora a seducir en plan guarras”. Y el momento final que dicen “ya basta”
CARRIE: La penúltima pregunta. La pregunta personal que siempre va relacionada con el tema de la obra o con el título de la obra y en este caso va con el título de la obra. ¿En qué momento habéis pensado matar a un hombre?
ADRIANA: Al final cuando tú dices matem al homes lo tienes que decir con convicción y piensas que a veces… por cualquier cosa… (ríen)
LORENA: Yo creo aunque ahora no recuerdo ninguna situación si que me vienen a la cabeza sobre todo ahora estas cosas por el caso de la reforma de la ley del aborto. Es una rabia que te viene hacía a los hombres…
ADRIANA: Aunque tampoco tienen realmente la culpa.
LAIA: No, yo realmente no lo he vivido en mis carnes por así decirlo. Pero sí muchas veces cuando he visto en las noticias violencia de género, maltratos es cuando pienso lo mataría. Y no me ha pasado nunca la situación personal directa. Pero cuando veo las noticias muchas veces.
LORENA: Es que claro, matar a alguien personalmente es muy fuerte.
CLARA: Yo no mataría a ningún hombre en concreto. Pero cuando pienso en situaciones que yo he vivido, como que la reuno todas un poquito y pensando tengo una situación como un poco Alina. Creo que mataría a un hombre más por rabia hacía a mí de aguantar cosas que no me gusta aguantar.
ADRIANA: En la cama incluso de decir, “¿por qué tiene que ser así esto?”
LAIA: Y porque lo estas aguantando tu.
ADRIANA: Y porque cuando digo que no, me siento mal.
LORENA: Yo creo que cuando la presión te supera ya sea en la cama, ya sea en la relación, cuando hay una opresión ahí puede llegar a explotar.
LAIA: A veces también pasa en el tren, lo que hemos aguantado todas, ya o verbalmente o físicamente, con una mirada ya te puedes sentir acosada por engendros enfermos. Y sí que ahí he pensado “te mataría y no te conozco de nada pero…” Lo bueno que tiene esta obra es que si al sentirnos ahí presionadas matamos en escena y así no matamos fuera. (ríen)
CARRIE: La última pregunta es que como nuestra revista se llama cultura en cadena nos gusta que nos encadenéis algo cultural. ¿Qué nos recomendáis?
ADRIANA: La Onada al teatre lliure de gracia.
LAIA: La recomendamos porque tanto en el tema como los actores, la dirección, son buenísimas, no tenemos nada malo que decir de esta obra. A todas nos encantó.
CARRIE: Muchas gracias a las cuatro y os vemos próximamente en Esplugues.
