A algunos les ofrecía dudas esta recién estrenada segunda temporada de "En Terapia", pero una vez vistos los episodios emitidos, ya podemos decir que no sólo se mantiene al buen nivel de la primera, sino que la serie alcanza sus máximas cotas de calidad, profundidad e interés, sublimándose a ella misma y corrigiendo los pequeños errores en que incurrió y que incluso el más fanático de sus seguidores (entre los que me encuentro), tendría que reconocer.
Argumento de la primera temporada: Paul Weston (Gabriel Byrne, "Sospechosos habituales") es un terapeuta de unos cincuenta años de edad, con problemas en su matrimonio y con dos hijos que le aprecian y admiran pero que se ven en medio del conflicto abierto entre sus padres. De lunes a jueves recibe a unos pacientes con los que hace terapia y vive diversas situaciones comprometidas, que más temprano que tarde, se mezclan con su propia vida. Los casos que recibe en su consulta se complican, al igual que su vida privada, y el viernes es él mismo quien se pone en manos de una amiga terapeuta, Gina, interpretada por una inconmensurable Diane Weist ("Balas sobre Broadway"), con quien consulta acerca de las novedades que van dejando los casos, las consecuencias que eso tiene en su propia vida e incluso cuestiona la utilidad de la psicoterapia, lo cual me parecía un puntazo.
Argumento de la segunda temporada: Muchas son las cosas que suceden en esa primera tanda de 43 sesiones, y ahora nuestro terapeuta se ha separado de su mujer y vive en Nueva York, aunque volverá cada viernes a Maryland para hacer sesiones de nuevo con Gina, su amiga y colega de profesión. Es el viernes cuando podemos tener notícias de su ex-esposa y de suvida pasada, pero esta es una serie basada en la terapia y podremos sobretodo oír qué es lo que pasa por su cabeza. Este año también le veremos coincidir con el que fue su primer amor, puesto que ella, Tammy, también se ha puesto en manos de Gina, y como novedad trascendente, y fruto de la base perfecta que deja la primera temporada para poder profundizar y ahondar más en la psicología del propio Paul, la serie vaya más allá y profundiza en las entrañas de Paul, yendo a buscar los traumas y experiencias que le han llevado a ser quien es y actuar como suele. Un nuevo puntazo a mi parecer, puesto que esto riza el rizo del contenido y de los objetivos propios de la serie.
Valoración: A los que no dudaron de ella, felicitarles. A los que la abandonaron en alguno de los momentos bajos de la primera entrega, alentarlos a que se reenganchen. La segunda tanda de episodios de "In treatment" es una recompensa merecida que mantiene todo lo bueno, realzándolo y perfeccionándolo, y consigue corregir todos los defectos, que seguramente existían por lo arriesgado de la propuesta. Había historias que no tenían suficiente recorrido, que no daban para tantas semanas de tratamiento, siendo unos temas que desde el principio intuíamos limitados, como los que ocupaban los personajes del martes y el jueves, es decir el personaje de Alex y el de la pareja que no salía nunca del mismo círculo de reproches, historias que solo daban vueltas sobre sí mismas, sobre lo ya planteado desde un principio. Esto no sucede en los nuevos casos presentados, incluso creemos que la temporada, que es inferior en el número de capítulos, se quedará corta.
¿Cuál era el secreto? Curiosamente, y a pesar de lo comentado, la serie era adictiva (a lo cual contribuía definitivamente la historia del personaje de Laura), y dejaba una sensación de calidad en nuestras mentes, puesto que la tenía, ya que la mayoría de capítulos poseían un guión realmente brillante. La nota que merecía no era inferior a notable o muy buena, por no decir excelente. Quizás su imperfección la hacía más real y próxima, e incluso puede que todo aquello que molestaba a los más críticos, es lo que la hiciera una serie completamente diferente.
Sublimación de lo sembrado: Como siempre decimos y diremos, para algo es una serie y no una película: para crear una base sólida tanto en personajes como en contenidos que siempre siga avanzando hacia su propio cúlmen. Y "En Terapia" consigue algo realmente grande en esta nueva etapa, recompensando a sus más fieles seguidores con una vuelta de tuerca en la trama que ya conocíamos del caso de Alex, uno de los que fallaba y del que no se supo extraer todo el jugo "en vida". Así, la primera escena de la segunda temporada ya parte de un hecho anterior, que no vamos a desvelar, y lo primero que observamos es que donde hubo un pasado, hubo consecuencias, y que esto va a alimentar a sus historias futuras.
Primera diferencia, pues, para esta segunda entrega: venimos de unas situaciones que dan para mucho, un par de personajes muy logrados que siguen entre nosotros, y que además ya están maravillosamente definidos e interpretados, a parte de que nos sean muy familiares y los conozcamos más que a nuestro propio entorno real. Y una fórmula, la propia de la serie, muy asentada ya en nuestras mentes. Con ese "background" que se les supone a los espectadores, los guiones pueden elevarse y profundizar mucho más, a parte de que ya nos tengan siguiendo una historia de la que no podemos desengancharnos.
Cambios fruto de un estimulante ejercicio de auto-crítica: Cuatro nuevos pacientes, cuatro nuevos casos. Nuevos decorados, cambio de escenario por una ciudad más grande, algunas escenas de exteriores, y formato retocado, aunque siga siendo la terapia en sí la que ocupa casi todos los minutos de la mayoría de episodios. Abrirse a nuevos temas, reducir el número de capítulos y cambiar el formato de emisión son otras de las correcciones hechas por sus creadores en un ejercicio de auto-crítica que aplaudimos.
Sin cambios: los actores, los nuevos y los ya conocidos, son unos excelentes intérpretes. Y lo razono, puesto que no es nada fácil aguantar esos primeros planos, interpretar con esas miradas silenciosas, expresar en ese espacio reducido en el que ocurre todo (a nivel emocional y coloquial). Se añaden al reparto la maravillosa Hope Davis, ó John Mahoney (conocido entre los seriófilos por el papel de Martin Crane en la venerada sit-com "Frasier"), pero una vez más el casting de actores se revela magistral y el resto de protagonistas que integran esta segunda temporada están magníficos, incluso el niño que protagoniza el conflicto de los miércoles.
Nuevos pacientes, con casos mucho más interesantes y con mayor recorrido que los que tuvimos en la primera entrega: Sobre estos nuevos casos, sólo voy a decir lo fundamental, puesto que de momento no quiero adelantar nada a quienes aún no la estén disfrutando (esencial irlo descubriendo todo por uno mismo), ni me parece necesario. Sólo resaltar que son casos mucho más interesantes y jugosos a todos los niveles, a los que se les augura mucho más recorrido y más altas intenciones, diría yo que incluso de altos vuelos por los temas que van a ser tratados, más variados, poliédricos y realistas, y de los que destaco su importancia a nivel social, como la enfermedades incurable, tema que se toca con una claridad de ideas y una brillantez que no hacen pensar nunca en que nadie nos está intentando emocionar ni manipular como siempre pensamos que puede suceder cuando nos encontramos con un material de esta índole, enfocándolo desde el conflicto que esto crea en la relación entre terapeuta y paciente y de cómo puede ser vivida a nivel personal por quien la contrae desde la misma psicología de uno mismo. Otros temas de calado social y máxima controversia en nuestro mundo se tratan en el resto de días de la semana, desde la educación que debe recibir un hijo, más conflictiva aún si sus padres están divorciándose, ó el estrés y la ansiedad al que nos somete esta sociedad industrializada y capitalista.
Sigue la búsqueda global de felicidad: A pesar de abrirse a nuevos temas, "In tretament" insiste en la búsqueda interior, en el análisis de lo más personal, pues si algo une a todos los protagonistas es la búsqueda de una felicidad o de un cierto bienestar, que es lo que nos une en realidad a todos, y para ello la serie sigue con su propuesta de interpretar nuestras acciones, sensaciones y más recónditos pensamientos, hurgando en nuestros traumas, debilidades y líos mentales varios, que son tratados con inteligencia, exquisitez y jamás buscando el camino fácil para expresarlos en un guión que se nota muy trabajado, y aún más inspirado que en la primera temporada.
Apertura a nuevos temas de calado más social y a un nuevo formato de emisión: Como se puede deducir, y tan sólo he citado algunos de los más significativos, la serie plantea un acercamiento a todos aquellos temas que tantas personas sufren, y que si no tenemos la desgracia de sufrir, almenos siempre están ahí y nos gustaría estar preparados por si algún día nos atacan. Y eso ocurre no solo con las líneas principales de los distintos casos que ocupan las sesiones de terapia de este año, sino también en algunas de las líneas secundarias, donde podemos ver aparecer temas fundamentales de nuestra era como la actual situación de hambre y desesperación en los países subdesarrollados ó las dudas morales y también mortales que cualquiera de nosotros puede tener consigo mismo y con los demás.
Conclusión: la serie se sublima a sí misma y se convierte en imprescindible, ofreciendo más y mejor, como todo buen producto, siendo consciente de los pequeños desajustes existentes y tratando de subsanarlos con un rotundo éxito que no ofrece, esta vez, lugar a dudas ni especulaciones. Rotundamente buena no solo en cada uno de sus capítulos, sino en cada una de sus escenas.
Imágenes: Imdb.
Una serie de tan solo 10 capítulos de unos 45-50 minutos que sí, Trajano, comentaré en cuanto reciba una señal del destino para hacerlo.Ja¡
Y de nada Nausica, para eso estamos, para que todo el mundo las conozca y dejemos de pensar que sólo existen series como "Aída" o "Prison Break"