"Skins" es una serie británica que destaca por su innovadora estructura, por la calidad de sus guiones y sobretodo, y esto es lo más educativo para los jóvenes y no tan jóvenes, por retratar una realidad sin tabúes ni falsos moralismos acerca de los adolescentes europeos y el mundo que les ha tocado vivir, ya sea para bien o para mal.
La primera escena de la serie puede llevar a engaños. Si me apuran, incluso el primer capítulo puede llevar a malentendidos. Que nadie piense que estamos delante de una de esas producciones que basan su atractivo y sus argumentos en el trinomio del sexo, las drogas y la diversión, y que ningún padre piense que es una serie tóxica para sus hijos adolescentes. "Skins" es una serie compleja y educativa, tanto para los jóvenes como para sus padres, y según mi opinión, una joya de culto que debería ser de visión obligada, o en su defecto, sugerida, para todos aquellos seres humanos que están entrando o saliendo de la pubertad, pero también a los que formen parte de su entorno, añadiendo en este punto del artículo a cualquiera que busque en el arte algo más que el puro entretenimiento.
Pero no son los únicos que deberían verla. Los padres de las criaturas, retratados en un importante segundo plano, también deberían atreverse a profundizar un poco más en los conflictos que sus hijos viven, y preguntarse si realmente no están ejerciendo una influencia tóxica sobre ellos. Y lo más importante, deberían atreverse a saber y conocer cuál es el mundo real en el que los adolescentes se mueven, porque ahí "Skins" da una verdadera lección: se retrata todo sin tabúes ni falsos moralismos, y se ofrece una mirada tan crítica a los propios jóvenes como a sus padres o educadores, al igual que a la sociedad, la nuestra, enferma de muerte, en la que a todos nos está tocando vivir.
La adolescencia es esa época en la que supuestamente nos formamos como personas. "Skins" muestra la vida de un grupo de jóvenes que luchan por sobrevivir en medio de esta jungla que es el mundo, tarea nada fácil si observamos alguno de los factores que condicionan a cada uno de ellos: desde famílias disfuncionales a educadores algo "dudosos" de ser perfectos, como la sociedad presupone, pasando por los conflictos propios de la época, como pueden ser las primeras experiencias con las drogas, el sexo, la noche o el grupo de amigos al que todos hemos querido pertenecer.
Cada capítulo de la serie lleva de título el nombre de uno de sus protagonistas. Veremos ese capítulo desde la perspectiva de ese personaje, y conoceremos cómo vive, cuál es su família, cuáles son sus sueños, sus traumas, sus problemas y sus peculiaridades. Entraremos en su habitación pero también en su corazón y su mente, e iremos acumulando datos que no serán de mucha ayuda para intentar comprenderle, para entender sus futuras acciones, y también las pasadas. Puesto que aunque un personaje no sea desmenuzado hasta, por poner un ejemplo, el quinto capítulo, antes ya lo habremos visto interactuar dentro de su grupo de amigos. No podemos decir que cada personaje represente un modelo de adolescente. Cada uno es como es, pero tiene mil matices que iremos descubriendo a medida que la serie avance.
Algo que merece la pena ser destacado es que la serie no tiene tabúes a la hora de retratarlo todo, y eso la hace más real que ninguna otra. A su lado, otras producciones de la calaña de "Gossip Girl" me parecen un juego de niños y muy tóxicas para las mentes de nuestros jóvenes. Si "Gossip Girl", sin ser una serie mal hecha, alienta a mantener las apariencias y se basa en aspectos superficiales, "Skins" logra la reflexión, la emoción y la identificación al joven espectador, sin renunciar en ningún momento a la diversión, puesto que todos los capítulos tienen su dosis de diversión, pero basada en buenos golpes de guión más que en el chiste o la broma fácil.
No tengo muchas esperanzas de que alguno de los padres de nuestros jóvenes se atreva a ver la serie sin la mirada prejuiciada por lo que cree o lo que le han hecho creer. Aún así, si hay algún progenitor abierto de mente y con ganas, esta serie también es para ellos. Es una excelente manera de intentar conocer mejor el mundo en el que sus hijos se mueven, y de reflexionar acerca de muchos temas a los que los adolescentes tienen que enfrentarse.
La serie es tan buena que no me gustaría que nadie se la perdiera. Que hable sobre personas que no superan los 20 años, no es en este caso un motivo para dejar de verla. Tampoco nos hemos perdido jamás en una isla y vemos "Lost", y muchos no queremos ser médicos y seguimos series como "House". No entiendo el prejuício que hay por ver series que hablan sobre jóvenes entre los supuestamente maduros o adultos, pero en este caso puedo asegurarles que aprenderán. Esta es una serie para todos los públicos, y digo esto en el sentido más positivo posible, puesto que ya sabemos que cuando algo es para todas las edades, normalmente no pasa de ser un contenido superficial y tontaina.
No es el caso: esta es una serie real, dura como la vida misma, divertida, sin tabúes, muy bien hecha, innovadora, diferente, y para los únicos que está contraindicado es para aquellos que crean poseer la verdad, no estén dispuestos a seguir aprendiendo, o vivan una mentira tan grande como su propia apariencia.
Post-Data: quisiera destacar, antes de terminar esta primera introducción a la serie, que en la segunda temporada, "Skins" tiene un par de capítulos potentísimos que rozan la obra maestra. Otro hecho destacable es que en la tercera temporada hay una renovación de elenco importante, siendo muy pocos los personajes que siguen interactuando en la serie. Y por último, que cada capítulo, desde el primero, se complementa con unos webisodios, disponibles en internet, titulados "Skins: Unseen", así como unos extras que podréis encontrar, seguro, en las mismas webs que dichos "Unseen".
Que ningún ser humano joven se la pierda, tenga la edad que tenga. Y larga vida a la serie, de la que ya se ha confirmado una cuarta temporada que se estrenaría a principios de 2010.
Ganas de salir a la calle, NINGUNAS! Con este calor y los turistas hasta debajo de las piedras... ni de coña apetece poner un dedo del pie fuera! JA JA JA!
A seguir escribiendo comandante en jefe!