La foto retrata perfectamente a sus protagonistas para empezar a explicarme, aunque sepamos que la sociedad norteamericana no se divida en estos sectores: en primer plano, el matrimonio más liberal, que comparte una relación abierta. Son la pareja más "demoníaca" de la serie, según los criterios de una sociedad marcada por la doble moral.
En la esquina el matrimonio que no se acaba de posicionar, pero que como podemos observar, mira con una sonrisa a los liberales. Y fuera de la piscina, el matrimonio más conservador, bien tapaditos y en una posición que denota las pocas ganas de acercarse a los otros. No estamos hablando de política, sino de una serie existencialista.
Si hablamos de explorar lados oscuros de las mentes pervertidas y podridas de nuestra sociedad, podemos estar hablando de la serie de la CBS "Swingtown". Una serie en la que hay que aventurarse libre de prejuicios y con ganas de aprender.
Entre los colores y la psicodelia de los años 70, nos adentramos en una comunidad de swingers (término acuñado por aquel colectivo que practica el intercambio de parejas) y descubrimos el contexto histórico de la sociedad post-hippy, el desarrollo de la mujer en cuanto a la mente y a la sexualidad se refiere, el viejo anclaje de los hombres en la sociedad machista en contraposición con estas libertades que empieza a tomarse el sexo femenino, las crisis existenciales de los personajes maravillosamente creados, la búsqueda incesante de la verdadera identidad, el peligro de los celos, la confianza... y un reguero de temas que nos preocupan a todos y que son expuestos de forma sobria, elegante y profunda en esta serie que no dudamos en recomendar. Detengámonos en algunos puntos:
LA CONFIANZA es uno de los temas estelares de los primeros 5 capítulos, en los que asistimos a la conversión de una pareja, la del centro, que es la que más se mueve, aunque todas estén en un estado evolutivo, ya sea en menor o mayor grado. Descubren, tras haberse mudado de vecindario, las fiestas privadas, donde las drogas y otro tipo de excesos están a la orden del día. Aunque sobretodo descubren que hay otros tipos de vida, de amor y de convivencia que la del manual que nos endosan cuando venimos al mundo y que nos dice exactamente lo que es bueno y lo que no, siempre basado en ideas de otros, sin tener en cuenta nuestro auténtico yo, que al fin y al cabo, es lo que la serie desea que evolucione en cada uno de nosotros, sus espectadores.
Dicha pareja, los Decker, siempre fieles el uno al otro (al menos que se sepa), prueban por primera vez compartir su momento de intimidad con otra pareja, los vecinos de enfrente, los Miller, cuya sexualidad están acostumbrados a compartir con otros. ¿Cuál es el resultado previsible de haber abierto una relación sin haberlo hablado previamente? No puedo ni quiero desvelároslo, aunque quizás no sea tan previsible, factor que desconcertará a aquellos que en el primer capítulo ya la hayan juzgado equivocadamente.
Remarco que la serie no es EN ABSOLUTO previsible, desagradable u ordinaria. Y reconozco, pese a la vergüenza que ello me provoca, que entre el capítulo piloto y el segundo tuve que dejar pasar más de dos meses pues el intercambio de parejas era un tema al que le tenía especial manía y asco. Un trauma mío que me impedía enfrentarme a la serie por tener en mente que ésta se iba a recrear en el morbo y los tópicos estúpidos que ya conocemos. Nada más alejado de la realidad. Otra cosa que se puede pensar al ver los primeros capítulos es que la serie va a ser descafeinada o se quedará en la nada, lo cual se transmite por un tono sereno, sobrio y delicado al que las grandes producciones no nos tienen acostumbrados. De nuevo, la serie demuestra todo lo contrario: sigue con ese tono suave en la forma de narrar y ser rodada, pero llega hasta el fondo de las entrañas, tanto personales, como filosóficas o sociales.
Muchos fueron los que me exhortaron a liberarme de los prejuicios para poder disfrutarla y ¡Cuál fue mi sorpresa ante el segundo episodio! Una maravilla, una joya como de las pocas que corren, un pequeño gran descubrimiento que ya pasa a formar parte de mi top 10 de series. Por eso, a todo aquél que tenga la mente repleta de "a prioris", que se olvide de ellos porque nada tiene que ver el intercambio de parejas con la serie. Quiero decir que se sirven de él como excusa para traumatizar una relación y poner en evidencia ante el público lo que falla de las relaciones en el mundo normal, el nuestro.
No pretende tampoco crear situaciones realistas, así que todos los que vayan buscando realismo y veracidad que se olviden pues yo dudo mucho que exista una pareja tan bien avenida que lleve tan bien, sin celos, esto del intercambio de parejas como Tom y Trina. No es el objetivo primordial de los guionistas el de recrear un mundo veraz sino que, creando ciertas situaciones, sacan a relucir aquello que quieren y se plantean las dudas vitales y existencialistas que todos, tengamos pareja abierta o cerrada, o careciendo de ella, nos planteamos.
La serie no le hace a uno cambiar de opinión sobre los swingers, os lo puedo prometer, yo sigo teniendo la mía. Es más, la serie me la ha reconfirmado, así que tampoco os esperéis un lavado de cerebro si tenéis uno mínimamente equipado. Sí que hace reflexionar, y mucho, sobre los intrincados de las relaciones y cómo la represión y puritanismo afectan gravemente la salud. El ejemplo que lo ilustra es el de Janet y Roger (en la parte derecha de la imagen) antiguos vecinos de toda la vida de los Decker. Son personajes que se van desarrollando fabulosamente a lo largo de los 12 capítulos que dan mucho juego y a los que se les saca mucho jugo.
A veces, dejarse llevar sin hacer nada que no se quiera hacer es estupendo, se ganan 10 años de vida. Que no se me malinterprete, cuando digo dejarse llevar quiero decir romper con los moldes de la sociedad y los moldes con uno mismo y eso puede ser algo tan estúpido como bañarse en pelotas en un lago o fumarse un porro o lo que uno quiera. No pasa nada. Nos han educado bajo la presión del miedo y del castigo y eso nos hace demasiado infelices.
Por supuesto que quizás no es para tanto, la serie a lo mejor no es nada del otro mundo pero a mí es una de las que más me está enseñando, supongo que debido a mis prejuicios y represiones educativas varias del sexo que siempre ha sido el real anitcristo de las religiones y otras organizaciones conservadoras. Sin tratar el sexo como elemento central sí que éste, bajo sus diversas formas, tanto explícito como implícito, es el nexo de unión de la serie y de los personajes en un principio. Si reflexionamos, el sexo ha representado y representa la gran asignatura pendiente de muchas personas. Es uno de los traumas que llevan en su maleta de la vida, me atrevería a decir, que más del 90% de la población mundial. Porque el sexo es un símbolo del PODER.
Nunca es tarde para cambiar o para descubrirse a uno mismo. Es necesario hurgar en nuestro ser para hallar la verdadera persona, quiénes somos en realidad pese a la persecución constante que recibimos de la sociedad. Sin embargo, todo el mundo quiere lo mismo. Te criticarán por ser demasiado libre pero, paralelamente, envidiarán esa libertad y esa necesidad de volar sin pensar en el "qué dirán". Sociedad opresora que oprime a nuestros educadores y que crean productos educadamente oprimidos. El sexo es la máxima expresión de las pasiones y, por lo tanto, de la libertad. Y si no os lo creéis, informaros sobre una de las primeras cosas que hizo Mao al subir al poder: represión sexual, inhibir los deseos sexuales de los hombres vistiendo a las mujeres de igual modo y cortarles el pelo. ¿Qué pregona constantemente la Iglesia? Fornicar es pecado pero ¿Por qué?
Una serie que apunta a matar y de la que salen tocados muchos tabúes sociales usados para la manipulación de nuestras mentes. Es por eso que la cancelaron, por desgracia. Poca audiencia. Puedo entenderlo porque a mí me pasó, supongo, lo que al resto de humanos. Prejuicios y temas tabú conmigo misma que, de no haber superado, no podría estar escribiendo esto ahora mismo. Creo que es una serie que choca frontalmente con lo que hay dentro de nosotros por causas externas como las mencionadas anteriormente y el hecho de superar esta repulsión inicial te hace avanzar en tu campo espiritual, te hace ser más auténtico contigo mismo, te hace expandirte más allá de los límites marcados por la sociedad. Y todo sin salir de casa. ¿No es maravilloso?
Como dice Jodorowski, nuestra mente al nacer es ilimitada, podríamos hablar cualquier idioma pues nuestro cerebro y nuestra glotis todavía no han sido moldeados, podríamos entender el infinito, o las cosas más inversemblantes y todo nos parecería normal y plausible pero, desde el principio de nuestros tiempos, nos limitan las capacidades y aprendemos sólo uno o dos idiomas, nos enseñan que todo tiene un principio y un final y que hay conductas o deseos que no se deben tener, hacer, explorar. Pero soy de las que piensan que nuestra capacidad pese a haber sido mermada por la educación recibida, continúa latente y sólo hay que tener el deseo (que también os dirán que ese deseo no es bueno o que estáis locos, bla bla bla) de querer explorarla. Así que, esta es una muy buena serie y todo lo anterior es lo que me ha suscitado.
Por cierto, querer confrontar un problema es un signo de inteligencia y como diceel poco entendido y malinterpretado Sanchez Dragó, si le tienes miedo a algo, hazlo y se te quitará el miedo. Añado que si le tienes miedo a algo o MANÍA, te enfrentes a ello sin dudarlo. Enfréntate a "Swingtown".