La cultura se encadena: basada en la novela autobiográfica de Eugen Ruge.
'En tiempos de luz menguante'. Una película en la que destacada el excelente guion de Wolfgang Kohlhaase, cuyos diálogos ofrecen múltiples lecturas.
Es el otoño de 1989 y Wilhelm Powileit (Bruno Ganz) un alto mando del Partido Comunista de la RDA, cumple 90 años, su familia prepara la celebración y a ella asistirán la familia, vecinos y compañeros del partido, entro otros.
Todos se reúnen en el salón, donde en un sitio de honor se sentará Wilhelm para recibir las felicitaciones y los ramos de flores que le traen los invitados. Flores que desprecia constantemente pidiendo que se las lleven lejos de él o a un cementerio, nadie parece sentirse ofendido ante tales palabras, sino que por el contrario, le ríen la supuesta gracia. Se acomodarán alrededor del salón, dejando libre el acceso al gran comedor, donde se ha dispuesto un buffet frío sobre una gran mesa de origen nazi.
Desde los primeros fotogramas se nos sitúa en el centro de la trama, como si fuéramos un invitado más, alrededor del nonagenario en una clara metáfora de lo que está ocurriendo en el país. Los últimos días de un patriarca como símbolo de la agonía y muerte del comunismo de la RDA y caída del Muro. Me recordó en cierta medida a “Mamá cumple 100 años” de Carlos Saura, en esa metáfora del paso de la dictadura a la democracia.
Durante la celebración del 90 cumpleaños de Wilhelm sonará el nombre de Gorbachov, al igual que el sentir ese “pellizco” que se palma en la atmósfera, en ese hogar tímidamente iluminado, mientras van llegando los invitados. El frío extraño y la extraña tristeza que se respira en el ambiente, provocada por la férrea disciplina militar comunista; el miedo a expresar los deseos más internos, la esperanza de los más atrevidos a abandonar el país en busca de la libertad añorada y la humillación que deberán sufrir esos padres, ante la deserción de sus hijos. Temor que experimentará el hijo de Wilhelm, Kurt, que no se atreve a comunicar que su nieto Sascha, su favorito y encargado de abrir la gran mesa familiar, ha huido a la Alemania Occidental. Una mesa familiar como símbolo de un tiempo y un régimen que algunos se niegan a dejar atrás. “Quien pierde a sus hijos, pierde el futuro”.
La dirección corre a cargo del alemán, Matti Geschonnech, que narra el ocaso del comunismo alemán. Ese periodo histórico causante de la división, no solo de un país, sino de cientos de familias. En un día de aquel otoño de 1989, previo al gran acontecimiento que marcaría un antes y un después en el mundo y especialmente en Alemania, viendo y viviendo con asombro y regocijo el 10 de noviembre, la caía del muro de la vergüenza.
Un gran filme coral, en el cual cada personaje tiene su historia que contar, sus miedos que ocultar o exponer, sus anhelos por mantener un régimen caduco o quienes buscan abrir las puertas y ventanas para que entren los nuevos aires de libertad. La vieja RDA contra el futuro incierto pero esperanzador, fantásticamente plasmado en esa fotografía impecable de Hannes Hubach.
Como bien decía, un gran filme coral con carácter teatral, entre grandes nombres del cine alemán, destacando a Bruno Ganz y Hildegard Schmahl en los papeles principales y entre los secundarios nombraré a Sylvester Groth, Evgenia Dodina y Alexander Fehling, por poner algunos ejemplos, del magnífico casting de Simone Bär. Todos y cada uno tan creíbles, que nos da la sensación de poder intervenir y hablar con ellos.
“Hay que abrir la mesa”… “Ya abro yo la mesa”… “Tú no vas a abrir nada, ya has roto bastantes cosas en esta casa”.
- Mi nota es: 8,5 / 10
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- REPARTO: Bruno Ganz, Hildegard Schmahl, Alexander Fehling, Sylvester Groth, Evgenia Dodina, Natalia Belitski, Gabriela María Schmeide, Ángela Winkler, Stephan Grossmann, Jean Denis Römer, Sophie Pfennigstorf. Pit Bukowski, Jörg Pose, Nina Antonowa…
- PRODCTORA: MOOVIE the art of entertainment.
- DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Surtsey Films.