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Suena un teléfono en el interior de una centralita. Asger Holm (Jakob Cedergren), ex oficial de policía relegado a funciones de teleoperador de servicio de emergencia, atiende la llamada. Al otro lado del hilo telefónico, una mujer le pide auxilio. Consigue tranquilizarla, averigua que se llama Iben (voz de Jessica Dinnage) y que ha sido secuestrada por Rashid (Voz de Omar Shargawi). Asger se pondrá en contacto con sus superiores y seguirá de cerca el caso, tomándolo como algo personal.
Tensión y asfixia a través de una puesta en escena milimétricamente “esculpida” en la mente de Gustav Möller. Si este es su primer trabajo, no me quiero imaginar qué nos espera en el futuro. Crea atmósferas con la misma facilidad que respira, cortando el aliento a los espectadores. Es un “sádico” en el buen sentido de la palabra: expone lo que quiere que veamos, y nos desarma con todo aquello que no muestra. Me lo imagino esbozando una sonrisa socarrona a través del drama tan ingeniosamente tramado. Dos historias: lo que sucede en el exterior, y lo que se va desvelando en la mente de Asgar.
Su actor principal lleva el peso absoluto de todo el filme, rodado en tiempo real. Jakob Cedergren nos “catapulta” e involucra en un laberinto de emociones y sensaciones que nos atrapa, sin soltarnos hasta que llegue el último fotograma. Una sublime y espectacular actuación que nos deja fuera de juego ante los giros inesperados que, cuidados con sumo celo, guarda el guion.
Además de la soberbia interpretación del actor principal (Jakob Cedergren) y el excelente trabajo del director, grandes artífices de este gran filme, hay otros aspectos técnicos que sobresalen: la fotografía, el montaje y el espectacular sonido.
Comencemos por la fotografía, de la mano de Jasper Panning. Un arma poderosa para narrar la historia, pues en el espacio reducido que comprende la centralita, logra conquistar al espectador con los planos tan cuidadosamente seleccionados y la iluminación utilizada.
El montaje ha recaído en las manos de Carla Luffe, dotando al filme de un ritmo que, aunque nos pueda parecer pausado, en realidad no lo es. El efecto está en que la tensión provocada en el espectador va creciendo de tal manera que ansiamos anticiparnos a lo que está sucediendo. Pero todo tiene su tiempo, y ese tiempo está medido con exquisita pulcritud. La sensación de movimiento en un espacio casi inmóvil es prodigiosa.
En cuanto al sonido. Oskar Skriver demuestra el virtuosismo en su trabajo: su maestría y saber hacer logra que todo lo que pasa fuera de ese espacio central que es la centralita, nos parezca estar viéndolo y viviéndolo: desde las conversaciones que Asger mantiene hasta cualquier otro sonido, por insignificante que pueda parecer. Tan realista que nos perturba, al percibir cómo el sonido se transforma en imágenes en nuestro cerebro: algunas esperanzadoras, otras terroríficamente dolorosas. En todo este espectáculo sonoro y visual, no podía faltar una buena banda sonora que calase a través de nuestros tímpanos, en las notas de Carl Coleman y Caspar Hesselage.
The Guilty, es la clara demostración de que no hace falta de grandes alardes cinematográficos, para iluminar la gran pantalla y atravesar las fibras de los espectadores, dejándolos sin respiración y expectantes ante la historia narrada.
- Mi nota es: 9 / 10
- ESTRENO en ESPAÑA: 23 de Noviembre
- REPARTO: Jakob Cedergren, Jessica Dinnage (Voz en off), Omar Shargawi (Voz en off), Jakob Ulrik Lohmann, Morten Suurballe, Peter Christoffersen, Laura Bro.
- Guion: Gustav Möller (director) y Emil Nygaard Albertsen
- PRODUCTORA: Nordisk Film
- DISTRIBUIDORA en ESPAÑA: Caramel Films España.