Hace ocho años, James Marsh nos sorprendía con un documental sobre un funambulista llamado Philippe Petit, que en 1974 tuvo las agallas de cruzar caminando sobre un alambre tendido entre las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York.
Aquel documental recibió infinidad de premios, entre ellos, el codiciado Oscar de la Academia...
Ahora Robert Zemekis, director con trayectoria irregular por mucho que pesen alguno de sus títulos como 'Regreso al Futuro', se le ha metido en la cabeza hacer su particular versión de los hechos cuando el listón estaba demasiado alto y no había mucho más que contar.
El resultado es 'El Desafío', película que podremos ver en salas a partir del 25 de diciembre. Un film que poco aporta a este suceso, y no por su magnitud: ciertamente, sigue pareciéndome una proeza, y Petit un absoluto héroe adelantado a su tiempo.
Es el propio Zemekis el responsable directo de este desastre. Primero, por su torpeza a la hora de dirigir actores -y eso que cuenta con Joseph Gordon-Levitt en sus filas-, y segundo por enfocar su película como si fuera un telefilm de sobremesa. Algo parecido a lo que le pasó con 'El Vuelo'.
Innegable es también el hecho de que los efectos especiales son la principal atracción de este circo tan estereotipado que termina cayendo en la mediocridad absoltumanete aburrida de sus más de dos horas de metraje, que alcanzan su punto más álgido en el momento de la esperada proeza del equilibrista, que pese a ser el foco de tensión de todo el film, no es suficiente para soportar el peso de tan soporífero contenido.