Image by Utazó-Traveller via Flickr
No conocía a John Lanchester, por lo que creo que es bueno empezar diciendo que, tras hacerlo, voy a seguir frecuentándolo. Sobre todo porque he leído los títulos y sinopsis de sus novelas anteriores y prometen.
En la que nos ocupa, nos cuenta fragmentos de la vida de cuatro personajes ligados a la ciudad de Hong Kong, el puerto de los aromas, y ligados entre sí por sutiles vínculos trazados por el destino o la casualidad. Tres de ellos llevan la voz cantante en alguna parte del relato y un cuarto tiene reservada un aria tan breve como fundamental. Y otra cosa a apuntar en el haber de Lanchester es que la voz de cada uno de ellos - y por tanto el mundo que narra- es intrínsecamente diferente.
Empieza la fiesta la periodista Dawn Stone, que nos narra su ascenso desde un diario inglés de provincias - ¿ Por qué será que casi todo lo interesante, incluyendo el soul, empieza en las frías ciudades del norte?- a la jefatura de prensa de un todopoderoso empresario chino llamado Wo. Lo hace de una manera desvergonzada y divertida, aunque advertimos su lado frágil y en el fondo humano.
Image via Wikipedia
La sigue el fragmento más largo de la novela, que corresponde al expatriado Tom Stewart, que marcha a Hong Kong en 1935 y acaba siendo un prestigioso hotelero. Aquí el tono recuerda a La trilogía malaya, de Anthony Burgess - la recomiendo- e incluso a su maestro Somerset Maugham. Llegan a aparecer incluso dos personajes llamados Austen e Inglebid que van de camino a China en 1938, lo que hace pensar en Auden e Isherwood haciendo lo mismo en el mundo real.
Esta parte incluye las relaciones de Stewart con la hermana María, una misionera China, la Segunda Guerra Mundial y la invasión japonesa, los efectos de la Revolución cultural en Hong Kong y le inevitable devolución en 1997. Tom Stewart no lee ningún períodico, ni viaja en ningún avión, ni ve una sola película que puedan tener relación con el imperio del señor Wo. La tercera voz es la de Mathew Ho, un refugiado chino que escapa con su madre de la Revolución Cultural, y que ahora está al frente de una emprendedora empresa al borde de la quiebra, y que propone una participación en el negocio al señor Wo. En cuanto al aria principal, os dejo que la descubráis solos o solas.
El puerto de los aromas es una buena novela al estilo de algunas de Burgess, que demuestra la importancia de escribir y dominar la trama, que satisface varios niveles de lectura y que, sin ser memorable, si es más que estimable. Y sobre todo, despierta las ganas de invitar al señor Lanchester a ser leído de vez en cuando.