Tokio Blues (Photo credit: -Dreamflow-)
Escribía Cyril Connolly, en Enemigos de la promesa, que uno de los peores enemigos de la literatura de su tiempo - se refería a la literatura británica del primer tercio del siglo XX- era la inflación, lo que escrito en la década de 1930 no sorprende a nadie ¿ A qué se refería Connolly con "inflación"? Muy fácil: vivimos en una época en la que cada mes se publica el libro del año, cada año el libro de la década y cada década el libro del siglo. Cuando una industria lanza miles de productos al mercado, necesita venderlos y necesita publicidad y de ahí a la inflación queda un paso.
Esto viene a cuento cuando alguien, en una contraportada, escribe que " este es el clásico moderno de la literatura japonesa actual por excelencia". Confieso que carezco de elementos de juicio sólidos para afirmar o negar tal cosa, pero me llama la atención que este clásico moderno no resista la comparación con otros clásicos modernos de otras literaturas. Viniendo a la española, me parece que Si te dicen que caí, de Marsé, o La verdad sobre el caso Savolta, de Mendoza, son superiores a Tokio Blues. ¿ Quién soy yo para decir esto? Un lector normal y corriente, ni más ni menos.
Otra cosa que decía Connolly a propósito de la inflación, es que aspiraba a escribir un libro que perviviera una década, pues la aparición continuada de novedades y su necesidad de venta provocaban que las obras publicadas fueran efímeras. Si atendemos a esto, Tokio blues se publicó por primera vez en 1987. con lo que ha superado con holgura la fecha de caducidad de las obras perdurables de nuestra época, aunque si somos puristas, diremos que es gracias a la traducción, tal vez el equivalente de la reencarnación para los libros.
Con todo esto ¿ digo que Tokio blues no es una buena novela? Ni mucho menos, es una buena novela ¿ Qué me pasa entonces? Que había oído hablar mucho sobre ella y al leerla me ha producido una pequeña decepción. Entiendo que la novela tenga éxito: es una historia de amor, de locura y de muerte, muy del gusto de los occidentales; es además una novela de formación, una educación sentimental, que también tiene mucho tirón, y un tono elegíaco muy a propósito - de ahí que se aluda tanto a El gran Gatsby.
Lo más llamativo es que Toru Watanabe, el taciturno adolescente protagonista se mueve entre cuatro mujeres que de manera diferente le ayudan a crecer. Una es Naoko, la novia de su amigo Kizuki, un suicida, después amor en la distancia de Toru, especial aunque nunca sepamos por qué; otra es Midori, la chica vital y optimista nacida para convulsionar la aburrida existencia del protagonista. Midori tiene dos ilustres antecesoras - según un dardo venenoso de Gore Vidal, en realidad una y la misma- : Sally Bowles y Holly Golightly, y no sale bien parada en el duelo. La tercera, Hatshumi, no tiene la oportunidad de que la conozcamos. Reiko, la cuarta, es la más simpática y sensata, aunque no se sepa muy bien por qué acaba acostándose con Toru hacia el final de la novela.
Me gusta especialmente que Murakami sea leído, que nos adelante por dónde irán los tiros. Así El gran Gatsby y el amor imposible por Daisy. La montaña mágica cuando Toru va al sanatorio a visitar a Naoko. Y el toque de humor, la explicación del deus ex machina de Eurípides antes de recurrir a él al final.
Una curiosidad es que Tokio no acabe de ser la protagonista de la novela, como cabría esperar del título, pero tal vez es que al ser de Tokio, no incluyes el color local que incluiría un extranjero.
En resumen, una buena novela que la inflación ha convertido en un clásico moderno. O eso es lo que yo creo.
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TOKIO BLUES de MURAKAMI, HARUKI
Decirte que esta es una de las últimas novelas que he completado aderezada con incursiones más livianas de la saga de Sookie Stackhouse...
¿Cómo describirte la gran huella que ha causado en mi sensibilidad?
Realmente es muy complicado ya que son muchísimas las cosas que me ha aportado Murakami. Empezaré destacando el enorme impacto que ha causado en mi el personaje de Toru que me ha despertado la misma ternura que ya generó en mi el taciturno protagonista de [b]El árbol de la ciencia[/b], Andrés Hurtado, como Toru éste vivía sumido en una angustia existencial, un hastío y una feroz incertidumbre de lo que le depararía el futuro. Su único refugio eran sus ideas republicanas como para Toru son las lecturas de [b]La montaña sagrada [/b]y [b]El gran Gatsby[/b].
Por la vida de Andrés pasan varios y variopintos personajes como por la de Toru, algunos de ellos vitales aunque corroídos por alguna gran tragedia vital, Lulú por ejemplo, muy parecida a Midori, una luz cegadora en el centro del valle tenebroso de la existencia.
Como [b]El árbol de la ciencia[/b], [b]Tokyo Blues [/b]nos empuja a compartir la lucha vital de un chico torturado por una crisis de valores y por distintos tipos de pérdida; en el caso de Toru la pérdida de algunas de las personas más importantes de su vida y con ellas la pérdida irrecuperable de una parte de él mismo, para Andrés la pérdida del sentido de su vocación por la medicina, desacreditada por mediocres profesores y compañeros y el asco que le suscitan los valores burgueses.
En esta lucha por no sucumbir a la desidia ambos personajes encontrarán a una figura que ejercerá de maestro regenerador, ya que les infundirá fe para salir del pozo existencial en el que se encuentran sumergidos. Para Andrés este papel lo desarrolla su tío Iturrioz, doctor en medicina; sus conversaciones filosóficas son de los pasajes literarios que con más fuerza siguen perfilando la amalgama multiforme de mi imaginario; para Toru el personaje clave en este sentido es sin duda Reiko, mujer luchadora y vitalista que no se deja abasallar por la podredumbre que en muchas ocasiones ha anegado su existencia.
¿Qué más decir?... la verdad es que creo que esta réplica tiene material para un artículo a parte... perdonádme pero me he emocionado :P .
Simplemente concluir diciendo que esta novela me ha transformado, ha tocado una parte de mi que muy pocos han conseguido, me ha emocionado y desesperado, entristecido y causado auténticos alaridos de risa, y sobretodo me ha permitido realizar una catarsis que necesitaba desde hacía un tiempo.
GRACIAS MURAKAMI!!!!!