Sábado, 11 Febrero 2012 07:45

"Chandleriana" (capítulo 1): relatos de cosecha propia en CEC Escritura

Escrito por  Publicado en Relatos: Cosecha Propia - Autores de CEC
Marlowe

Marlowe (Photo credit: Jack_Tempest)

CHANDLERIANA (I)

Ya habían florecido los jacarandás y podía verse nieve en las montañas por allá por San Bernardino. En las colinas de Hollywood no había nieve; sólo había polución y la habitual mezcla de ambición y lujo. El sol era demasiado cálido para febrero y en las tardes solitarias sólo me quedaba aquella hora tranquila de los bares, cuando se han marchado los oficinistas y los primeros y melancólicos borrachos aún no han llegado.


Estaba tratando de amaestrar una mosca cuando sonaron unos golpecitos en el vidrio esmerilado de la puerta, allá donde puede leerse " Philip Marlowe, detective privado".

No hice caso, pues sólo el viento o un fantasma cruzaría por sobre la moqueta color ratón del pasillo, donde se acumulaba el polvo formando silenciosas dunas para las pulgas y las hormigas; desiertos donde la huella del hombre se vería inalterada durante siglos, como dicen que pasa en la superficie de la luna. Pero los golpecitos sonaron de nuevo y alcé la vista de mi apasionante tarea.  
Un par de siluetas se recortaban al otro lado del cristal esmerilado. Una parecía la de un hombre calvo de cierta estatura y hombros caídos, y la otra, a juzgar por el sombrerito que debió ser el último grito en la época del cine mudo y otros sutiles detalles, era la de una mujer.


- Adelante - dije, con mi voz de protector de mujeres y huerfanos- No está cerrado y mi secretaria ha salido.  
- ¿ Es usted Philip Marlowe, el investigador privado? - dijo ella, que a pesar de su exquisito y anticuado mal gusto, era bonita bajo las gafas de maestra de escuela del Cinturón de la Biblia.  
- Eso dice en la puerta. - lamenté haber dicho eso por la mirada que me dirigió. Me recordó la de miss Jenkins en la escuela elemental de Santa Rosa, y la regla que utilizaba.- Sí, soy Philip Marlowe ¿ Qué desea?  
- Verá, tenemos un problema, señor Marlowe. Ralph - el hombre calvo se adelantó como un oso amaestrado- dame la fotografía de Lula Mae, por favor.  
El hombre revolvió en un maletín hasta que encontró una fotografía de tamaño corriente, con los bordes dentados, y se la tendió a la maestra.  
- Esta es Lula Mae Carson, nuestra hermana. - me alargó la foto.  
- No me diga más, señorita...  
- Carson, Mary Lou Carson.  
- Señorita Carson, Mary Lou Carson; su hermana ha desaparecido aquí en Hollywood - eché un vistazo a la fotografía y creo que se me descolgó la mandíbula. Me estaban tomando el pelo. Quizá los había enviado Bernie Ohls o eran tan sólo producto de mi imaginación o de un wishky caducado- Un momento, señorita Carson ¿ Qué broma es esta?  
- ¿ A qué broma se refiere, señor? - el señor me lo escupió.  
- A que esto es una fotografía de Ava Gardner, la estrella de cine.  
- No tengo ni idea de quién es Ava Gardner, pero esa es mi hermana Lula Mae en Virago, Alabama, un domingo por la tarde.  
- ¿ Cómo no va a tener ni idea de quién es Ava Gardner?  
- Ni Ralph ni yo vemos películas, señor Marlowe, el cine es un producto del diablo, pero Lula Mae sí que las veía. Prefería las películas a ir a misa.  
- En cuestión de estética no me meto; ahora, si las películas las hace el Diablo, sepan que esto es Hollywood, el infierno, y que su hermana es una de las diablesas principales, por así decirlo. Si pasean por Sunset seguro que ven retratos suyos... por Dios, vayan al cine, a cualquier cine, y verán a su hermana.  
- No meta a Dios en esto, señor Marlowe.  
De repente me entró sed. Abrí el primer cajón del escritorio y saqué el wishky especial contra alucinaciones. Su nariz se arrugó como si hubiera abierto un cajón donde alguien se hubiera olvidado un huevo podrido.  
- ¿ No irá a echar un trago de eso, verdad?.  
- Oh, no, señorita: lo tengo aquí sólo por si me corto.  
El hombre lanzó un apagado ja, pero una sola mirada de la señorita Mary Lou Carson bastó para que volviera a su estado mineral.  
- Vayamos al grano, señor Marlowe. Háblenos de sus honorarios.  
- Mis honorarios... hum, verá: ése es un tema de conversación que me encanta. Ahí va: cincuenta dólares al día más gastos, principalmente alcohol, gasolina y tabaco.  
- Mientras trabaje para mí nada de alcohol y tabaco...  
- Ya, y supongo que los automóviles serán también un invento del Diablo, pero le aseguro que Los Ángeles es demasiado grande para recorrerlo a pie, y las calesas ya no se llevan, después de la última guerra. Si trabajo para usted, haré las cosas a mi modo o no las haré ¿ Está claro?.  
- Tiene usted unos modales detestables.  
- Pero un hoyuelo irresistible en la barbilla ¿ Eh que sí?.  
Estuvo a punto de dar media vuelta y marcharse, pero el hombre la retuvo con suavidad, tomándola por el codo.  
- Vamos, vamos, Mary Lou; nos dijeron que era el único que podía ayudarnos, y los que se anunciaban en el periódico cobraban mucho más.  
- Lo sé, Ralph - dijo ella lloriqueando, de verdad bonita aun vestida de espantajo como estaba y aun animada por aquel rigor antinatural. Una vez vi una monja que estaba mirando escaparates de hábitos religiosos en San Luís Obispo, y en sus ojos había el brillo que tienen todas en los ojos cuando están ante algo que desean. Me preguntaba qué podía desear la señorita Carson y empecé a imaginar que me levantaba de la silla y la rodeaba entre mis brazos, le arrancaba el sombrero y los lentes de un manotazo y... la soledad estaba volviéndome loco- Lo sé, Ralph - seguía diciendo- pero estoy tan, tan cansada.  
- Lo sé, querida. Lo sé. Señor Marlowe, le ruego que acepte el caso. Estamos en este hotel. Llámenos en cuanto sepa algo.  
Le eché un vistazo a la nota que me alargó y me sorprendió un poco que estuvieran en un buen hotel, casi un hotel de lujo; creía que estos hijos del Señor dormían sobre tablas y se alimentaban de florecillas que recogían por las calles. Decidí aceptar el caso. Iban a ser los cincuenta dólares más fáciles de mi vida. Y qué diablos; me comía la curiosidad y también era, con toda probabilidad, la única oportunidad que iba a tener de ver a Ava Gardner de carne y hueso en toda mi vida.  

to be continued...
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Comentarios (4)
  • jerof
    Muchas gracias; me pondré a ello. Realmente, Chandler no escribe como Nabokov - aunque Connolly le reprochaba dar demasiados detalles.
    En cuanto a los detalles del nokia, carolina herrera, etc... serían discrónicos; por otro lado, un exceso de detalle en los ladrillos puede impedir ver la pared.
    De todas formas, mezclarme con Joyce, Navokob, Chejov, Tolstoi y Dickens es halagador: no merezco aparecer en la misma frase que ellos. Saludos.
    PD: voy a ver si hay más comentarios en los siguientes capítulos.
  • Ricardo Mena  - Comentarios críticos de un humilde compañero.
    Siguiendo a Nabókov (il maestro di color che sanno), la lectura me ha dejado los siguientes detalles destacables:

    1.- Describiendo Hollywood: "había polución y la habitual mezcla de ambición y lujo". En donde el sustantivo "polución" traslada toda su semántica negativa a las pasiones humanas "ambición" y "lujo" de forma breve y directa. Bien, muy bien hecho.

    2.- Respondiendo a la mujer sobre la carga moral del cine: "En cuestión de estética no me meto; ahora, si las películas las hace el Diablo, sepan que esto es Hollywood, el infierno, y que su hermana es una de las diablesas principales (...)". Buena carga irónica de un escéptico detective americano. Típica, manoseada, efectiva, a la que le falta ser acompañada por la descripción de lo que esta frase provoca en los clientes (su cara de espanto, incredulidad, indignación pues es su hermana de la que habla, etc.).

    3.- Símil describiendo la cara que pone la señora cuando ve la botella de whiskey: "Su nariz se arrugó como si hubiera abierto un cajón donde alguien se hubiera olvidado un huevo podrido." Símil clásico, plástico y efectivo. Quizá manoseado, pero consigue comunicar en la imaginación del lector lo que ella siente, su repulsión. Bien hecho.

    4.- Respuesta de humor cuando ella pregunta si va a beber alcohol delante suya: "Oh, no, señorita: lo tengo aquí sólo por si me corto." Consigue hacer brotar la sonrisa en el lector, no mucha, pero tiene su punto de irónico comentario.

    Crítica del capítulo:

    Faltan más detalles destacables en cada párrafo. Por ejemplo, si se nombra a la mosca, describir cómo es la mosca, sus colores, sus alas, sus patas que se mueven sobre la mesa, de qué color es la mesa, cómo es la mesa, y la habitación, el perfume de ella, si utiliza, la forma de hablar, el acento de los clientes, sus ropas, etc.

    Lo complicado del tema es que no todos los detalles pueden ponerse, sino sólo unos pocos que aporten sensación de realidad, poesía y vida. En esto es donde se destaca cuán grande es el escritor como mago, como ilusionista de las palabras.

    En cada párrafo, fuérzate a ello, intenta apuntar uno o dos detalles inesperados y mágicos, y exprímelos como si fueras a sacar zumo de un limón que tienes en la mano y al que has insertado un tenedor.

    Por ejemplo, si estamos en Hollywood y hay polución, ambición, y lujo, podrías poner la descripción de una señorita vestida con falda celeste y blusa blanca que lleva un collar de joyas (son perlas anacaradas del color de las ostras), pendientes, y unos tacones, mientras balancea un bolso negro y beige de Carolina Herrera (CH) y su perrito pequinés, que está en sus brazos, se humedece el hocico con su su lengua rosada y esponjosa humedeciendo su hozico negro punteado por tres puntitos marrones (señal de que tiene una edad ya avanzada). Los sonidos de los tacones se oyen por la acera, acercándose al despacho, habla por el teléfono móvil, un Nokia plateado que se despliega como una cajita de música, el detective que está mirando la mosca fijamente, escucha: "Sí, cari, estoy depre, no he encontrado nada chic que comprarle a Rupert (su perro, que ahora ladra). Y con esto se oye el sonido en la puerta.

    Lo que quiero decir es esto: Existen, deben existir, ciertos detalles Amplificados que aporten sensación de realidad (hiperrealidad, como en Joyce o Nabókov).

    La acción es buena, directa, fluida. Los detalles faltan. Hay que trabajarlos.

    En ellos está la magia del escritor, como ocurre en Chéjov, Tolstói, Dickens, Poe, Nabókov.





  • jerof a manel
    gracias por la corrección; sí sigue: hay otros tres capítulos. Saludos.
  • Manel
    Si te gusta Chandler, leete "El veredicto", mezcla de Chandler y Grtisham, en un libro al que estoy enganchado, casi acabando, y dudo que me decepcione. Te lo comes rápido, novela negra y juícios con muchas variantes...
    Buen texto, sigue? Me engancho a todo...defecto de fabrica, o virtud, supongo.
    Pd. Es "to be continueD" (otro defecto, el perfeccionismo).

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