El amor no es un contrato
Es injusto, impredecible,
Tembloroso e insensato.
Nace de la nada
Sin motivos personales
No por cánticos carnales
ni por todos los lugares
Crece con la desdicha
Del eterno enamorado
El que sufre en su aposento
Por lo que aún no ha pasado.
Crece con la distancia.
Que lo hace invencible
La ausencia hace el amor
Muchísimo más visible.
Crece con la poesía
Y las concurrencias pasadas.
Complementos que iluminan
Una mítica jornada.
Madura con las palabras
Y disfruta los silencios.
Las miradas y un susurro
Elevan al corazón al viento.
Es único, indecoroso,
Imborrable y rencoroso.
El que lo siembra
Lo recoge.
El que lo ata
Lo ahoga.
Y aunque aún no soy Julieta
Quizá puedas contestarme
¿Serás tú, al fin, Romeo?