El próximo sábado, 8 de junio a las 18:30 horas, con motivo de la Feria del libro de Gijón, Susana Alonso estará en el Paseo Begoña, en la Feria del Libro de Gijón, firmando ejemplares de su fábula: El amor de Sam.
"El amor de Sam", ya a la venta en Amazon (vs Kindle), es una historia de superación. Cuenta en metáforas los pasos de una persona maltratada hacia su liberación. Una recomendación de CEC Escritura.
Sam es un perro que malvive bajo la supuesta protección de su dueña. Es ya un perro con algunos bigotes blancos, acostumbrado a los golpes y a las hirientes palabras, cuando tiene que hacer frente al suicidio de la que para él es la razón de su vida: la señora Ventura (su dueña)...
Entregado a la muerte, como corresponde a cualquier perro fiel en su situación, se olvida de comer. Sus compañeros de existencia, los arboles de Dos gardenias (así se llama la huerta donde viven) trazan un plan para remediarlo. El árbol más longevo de la casa, el nogal, respaldado por sauces, manzanos y por un peculiar invitado, el gato vegetariano, amigo de los ratones: Bigotes, le explican que su dueña, al quitarse la vida logró cerrar la puerta de este mundo, pero que quedó atrapada en un lugar indeterminado donde jamás alcanzará la paz eterna.
Preocupado por su dueña, acepta la que será su última misión: acompañar a Bigotes al pueblo Isoba, situado en la falda del monte Ahcocades. De este modo Bigotes, gracias a ir acompañado de un perro podrá hacerse con uno de sus quesos favoritos: el de cabrales. Posteriormente Sam, escalará a la cima, donde entregará a los vientos un collar de perlas que perteneció a su dueña.
Así, ella obtendrá el tan deseado descanso eterno (el citado objeto, arrojado con todo el amor de quien fue su fiel guardián, se transforma en una llave que abre la puerta de los cielos).
De camino a Isoba, Sam pellizca la felicidad. En la ribera del río Porma, demuestra su nobleza, al salvar de una muerte segura a Shiba, una ardilla que se estaba ahogando. Se enamora de una valiente loba madre: Duna, aunque nunca se lo dice, porque cree que no puede ser correspondido por tan bella dama. Junto con la ayuda de otros animales rescata a una niña que duerme en una lujosa habitación: Sara. Al contrario que él, que nunca tuvo más hogar que una caseta siempre encharcada por sus innumerables goteras. Sam comprende que entre Sara y él, no hay diferencias: los dos saben lo que es ser luces que no les permiten brillar. Conoce a humanos, que no comen las patatas, sino que las utilizan de moneda. Trabajan duro, sacrifican incluso su salud en los prados de Tornavacas. Viven siempre con prisas por sembrarlas y ganar muchas. Al año, las patatas pierden todo su valor, se frustran y vuelven a empezar. Se reencuentra con su vieja afición a dibujar, algo que, como todo lo que le hacía feliz, su dueña se lo arrebató. Se desilusiona: descubre que lo del monte Ahcocades es una mentira. Asimismo se entera de que Bigotes y algunos amigos suyos, no persiguen más que hacerse con el poder y dominar a otros animales con más tiranía que el humano más malvado. Corre, sube una montaña. En lo más alto, dispuesto a abrazarse al vacío, una voz que llevaba días deseando escuchar le habla. La voz se va y con ella las nubes y todo rastro de collar (de dependencia) que tantos años estranguló su cuello (su vida). "
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