El domingo volvimos a tener la oportunidad de disfrutar de una nueva sesión en el III Festival Ingenia Jazz&Wine con el carismático Jerry González.
Para quien aún no le conozca, Jerry González, trompetista y percusionista, es un veterano músico de jazz neoyorquino con raíces puertorriqueñas y que actualmente vive en Madrid. Es uno de los pioneros del jazz latino.
El telón grana cubría el escenario ocultando los instrumentos que aguardaban a los músicos que nos deleitarían con el buen hacer de cada uno de ellos, y es que el gran secreto estaba en cuantos artistas acompañarían en esta ocasión al maestro, pues bien se sabe, que son muchos los que desean compartir escenario, al menos una vez en la vida, junto a él.
No tuvimos que esperar demasiado, pues de forma puntual el telón se alzó y dejó al descubierto no solo los instrumentos sino a sus compañeros quienes comenzaron a filtrar las notas de los trombones, flauta travesera, piano, batería, trompeta, bajo y percusiones desde el escenario al resto de la sala.
Al poco de comenzar dicho concierto, con el que todos estábamos disfrutando con el virtuosismo de sus componentes, se produjo una nueva incorporación al grupo, una nueva presencia en el escenario, donde ante el asombro de todos, apareció sonriente el cantante puertorriqueño, compositor y trompetista, Jerry Medina. Una voz cálida, inigualable, quien no solo nos ofreció temas con raíces de su tierra, sino integrando los magníficos sonidos que parecen surgir con total naturalidad de su ser, creer escuchar aves en la sala o la dulzura de los sones procedentes de su trompeta.
Algunos miembros de la banda surgida para la ocasión, como pude saber después, apenas habían ensayado juntos unas horas, pero el deseo de estar todos unidos creó la maravillosa magia que posee este estilo musical. Ningún concierto de jazz es igual a otro, aunque los temas sean los mismos y es que la energía, el espíritu, la complicidad que se crea en ese instante preciso entre todos los componentes, no se repetirá, como no se repite nuestra respiración, por muy semejante que sea.
Se han cumplido los 50 años sobre el escenario del maestro Jerry González y esta lección de trabajo por el arte que ama, lo demuestra en cada uno de los minutos que está sobre las tablas del escenario. Mis sinceras felicitaciones maestro.
El Jazz tiene la facultad de ejercer sobre mí el poder de relajarme y trasportarme a un mundo no visual y totalmente etéreo; algo que no logra ningún otro género musical. Gracias a todos ellos, por esa ejecución sobre el emblemático escenario del Teatro Cofidis Alcázar.
Al finalizar y como ya sucediera el domingo anterior, la casa Ingenia Vinos, ofreció en esta ocasión a todos los presentes un excelente vino tinto de edición limitada.
Solo nos queda una función, que será el domingo 23 de Julio a las 21:00 horas.
Esa tarde noche contaremos con la presencia de Yoio Cuesta con el espectáculo titulado: Sweet Adu – Tributo Sade.
¡No os lo podéis perder!