PRESENTACIÓN DE "MEMORABLE CUERPO".
Jueves, 19 de febrero, Palau de la Música, Barcelona.
"EL CONTRARIO DE MALO". En uno de los múltiples parlamentos que lanzó al público durante el concierto del que nos disponemos a publicar esta primera contracrónica, Aute expuso la idea de que todo concepto tiene su contrario, aunque no sea obvio. En este punto, el artista nacido en Manila hace 66 años, aprovechó para denunciar a la Iglesia, al Papa y a Rouco Varela, a quienes no dudó en considerar como antónimos de Dios. Era justo antes de presentar, ya bien avanzado el concierto, su "Giraluna", ese tema genial del maestro de las letras que promueve apostar por la diferencia entre tantos girasoles idénticos.
GENEROSO Y REIVINDICATIVO. Así fue el concierto que el pasado jueves pudimos ver en Barcelona, conmemorando sus 40 años de carrera. Más de 3 horas de placer para los sentidos, en un ambiente recogido, íntimo y artístico que dejó al público en un inédito silencio absoluto, atento a cuanto sucedía en un escenario del que partían múltiples impactos de poéticas sutilezas. No sabemos si todos los mensajes llegaron a la fiel audiencia, ni de qué manera penetraron en cada uno de los asistentes, pero por el artista no quedó: Aute repartió excelentes melodías, acertados parlamentos, ajustado espectáculo y muy buenas letras sin más descanso que el necesario para disfrutar del buen vino con el que salió a escena, prometiendo hacer todo lo posible por darnos una "noche memorable" en la presentación de su nuevo trabajo, "Memorable cuerpo".
MEMORABLE CONJUNTO. El concierto empezó con la puntualidad deseada, y con un Aute nervioso en su primer y tímido acercamiento al público. Es curioso ver cómo un artista de esta magnitud, que ha hecho miles de actuaciones ante el público y ante las cámaras, sigue sintiendo el gusanillo que provoca un miedo escénico que en esta ocasión quedaba justificado por el espacio al que de nuevo se enfrentaba, el Palau de la Música, que a la vez se rebeló ideal para recoger todo lo que el artista nos tenía reservado: un completísimo repaso a su trayectoria, desde sus temas más recientes hasta el repaso de sus joyas eternas, actualizadas al momento actual y a la banda que le acompañaba, que demostró saber conjugar todos los instrumentos a la perfección al dejar más que clara la complicidad entre los músicos, entre los que destacó, para bien y para mal, un guitarra eléctrico que, como si de un Slash se tratara, disfrutaba tocando cuando los focos y las miradas le señalaban.
A medida que la noche se acercaba a su fin, y la apoteosis de temas iba "cresciendo", los instrumentos fueron desapareciendo para dejar completamente sólo a Aute, que sorprendió a la audiencia de nuevo con esa versión a pelo, sin más sonidos que su propia voz, que hace de su tema más laureado y quizás inspirado, "Al alba", dejando a la audiencia boquiabierta a la par que provocando un estallido final de aplausos con todo el mundo de pie. La voz de Aute demuestra, no sólo en ese punto culminante, sino a lo largo de toda la travesía compartida, no resquebrajarse con el paso de los años, dejando claro que sus tonalidades no se pierden, y que su timbre sigue sabiendo penetrar en el alma del personal.
BALAS... Durante todo el trayecto, Aute acompañó sus regalos melódicos con breves pausas que aprovechó para dirigirse al público en una de sus actuaciones más reivindicativas: acusó al FBI de asesinar a John Lennon contradiciendo lo que dice esa Historia que siempre nos miente y oculta realidades, disparó contra todos aquellos que priorizan la ambición capitalista en su vida, sugiriendo que quizás alguien del público pudiera ser uno de ellos, se desmarcó asegurando (y cumpliendo) que el concierto sería generoso y no alimentício, denunció con uno de sus poemigas a un sistema consumista que ha caído en su propia trampa y se auto-consume, revolvió los cimientos del matrimonio asegurando que para sujetarlo hacen falta tres como el propio sustantivo revela (por algo se llama Ma- TRI- mo-nio, no Ma- Bi- no-mio), e incluso tuvo tiempo y valor de calificar a este mundo de "insoportable".
...Y ALAS. En la parte positiva, homenajeó a "Els 16 jutges", movimiento cultural y social de reivindicación política al que dedicó el concierto, ennalteció conceptos como la amistad, la indepencia personal e individual aunque sea a contracorriente, y recordó a un buen amigo ya fallecido al que calificó como una de las únicas personas que vió feliz en esta vida, un hombre que no necesitaba demasiado dinero, sino el justo para ir tirando y que llevaba una vida sencilla dedicada a los amigos y a sus poco populares aficiones, del que Aute aprendió muchísimo.
Hubo también referencias artísticas, por supuesto, empezando por el séptimo arte, al que glorificó de nuevo en su "Más cine por favor", siguiendo por su director fetiche de la nouvelle vague, François Truffaut, al que tachó de optimista por pensar que la vida consistía en soportar tan solo unos "400 golpes", todo ello combinado con encendidas odas al amor bien entendido, a la buena poesía, al arte en general y a la pintura en concreto, destacando a Velázquez, Goya y Picasso.
DUETO. El artista renacentista hizo un marcado punto y a parte en su actuación cuando invitó a subir al escenario al autor de las traducciones de sus letras en catalán que tan geniales han quedado en las manos de Joan Isaac, completamente recuperado de su grave incidente con la salud, y una vez juntos pudimos disfrutar de un destacado dueto en catalán en una versión inédita de su propia pieza, "De alguna manera". Éste resultó uno de los múltiples puntos álgidos de la noche, que terminó con el elogio de Isaac hacia "Luís Eduardo Aute Da Vinci", que siguió en el escenario hasta el emocionante punto y final.
CONCLUYENDO. Tan corto nos pareció dicho dueto con Isaac como rápidas se nos pasaron las 3 horas y pico de una noche que cumplió lo prometido, ser memorable, y que puso de nuevo en entredicho aquello de si el reloj funciona igual en todos los momentos de la vida. Parece que no, que 3 horas metido en un recital de estas características no son lo mismo que otras 3 horas mundanas, que desgraciadamente pueden vivirse mucho más a menudo, pero para eso nos queda la música, la cultura y esta cadena. Para que los minutos se nos escurran entre las manos y sintamos, aunque sea sólo por momentos, que vale la pena vivir cada suspiro de esta vida.