La portada del álbum es de mis preferidas, siempre me hace pensar en el tránsito de la materia a la mente, y de ésta al espíritu (representado aquí por la paloma).
Después de todo este tiempo escuchando música éste sigue siendo mi disco preferido del trío. Siempre he querido ver en éste álbum toda una declaración de principios, expresada con tal pureza, claridad y concisión, que hace que éste me agrade mucho. Con ELP siempre prefiero las versiones en directo de sus temas clave a sus versiones de estudio, salvo con este álbum. Parte del éxito del disco, tal y como yo lo veo, radica en el exquisito equilibrio del trabajo de los tres miembros; y en el diseño del álbum como tal, con tres instrumentales y tres canciones; todas ellas piezas muy diversas y atractivas.
Cuando uno escucha la música de The Nice en 1969 y 1970 (anterior grupo de Keith Emerson), con la perspectiva que da el tiempo, uno puede ver que su música tiende hacia ELP. Pero el nuevo grupo es más refinado, ofrece un salto cualitativo sobre el anterior. Aparece el sintetizador en la vida de Keith Emerson; llega Greg Lake con todo lo que trae de King Crimson; por no hablar de la contribución de Carl Palmer. La diferencia ente ambos grupos es clara, aunque de alguna manera ELP es una “evolución” de The Nice. Jugamos con un trío de ases de una baraja nueva y gana ELP con claridad, desde el prisma de una estética más refinada.
“The Barbarian”. La primera pieza del disco es un gran instrumental lleno de empuje. Es una versión de Bartók, excelentemente arreglada para el trío, con un Emerson que se diversifica entre el Hammond y el piano. Greg Lake ataca el bajo como en los mejores momentos del directo de King Crimson en 1969. Pocas veces le he oído tan agresivo en estudio.“Take a Pebble” es una canción de Greg Lake, cuyos orígenes son previos a King Crimson, cuando el cantante era miembro de The Shame. Esto tiene gran mérito, ya que salvo por el interludio de guitarra acústico, parece una pieza escrita por un teclista. El nexo entre la guitarra acústica y el piano, son los momentos en que hay una transición, con Emerson tocando directamente las cuerdas del piano con la mano, como al principio del tema.
Este interludio da paso a un largo sólo de piano, muy sutil, apoyado por la sección rítmica, para llegar a un final que recapitula el tema con la vuelta de la voz solista. Una gran canción. Sin embargo, creo que fue muy maltratada por el trío en directo. Primero por transformar el sólo de piano de algo con reminiscencias académicas a una excusa para improvisaciones jazzístico-bluesísticas; y segundo por interpolar en el futuro, en el segmento de guitarra acústica, canciones de Lake como “Lucky Man”. Se pierde así todo el maravilloso encanto de esta versión original. “Knife – Edge” cerraba la primera cara de este álbum. En realidad es una pieza de Emerson y Lake, que usa un motivo melódico de la Sinfonietta de Leos Janacek, más que una versión de esta pieza. Es una canción muy dinámica y variada.
“The Three Fates” es una pieza instrumental para que Emerson se explaye a gusto. Tiene tres partes. “Clotho” es interpretada por Emerson en el órgano del Royal Festival Hall. Le sigue “Lachesis”, al piano. Tras una vuelta del órgano, “Atropos” resuelve la pieza con un trío de piano, bajo y batería. “Tank” es una de las piezas que más me ha fascinado del disco, con unos juegos rítmicos en su primera mitad que son más lo de una big band jazzística que los de un trío de rock. A esto sigue el excelente sólo de batería de Palmer, para desembocar en una sección final donde él que se explaya es Emerson haciendo su solo de sintetizador. A mí no me extraña que Palmer la revisase para su sección de Works, Volume 1. Con esta pieza finalizaba el álbum, hasta que la compañía dijo que el disco era demasiado corto. Y entonces llegó la última pieza.
"Lucky Man" es una canción muy antigua, ya que la compuso Lake a los treces años. King Crimson llegó a ensayarla en enero de 1969, pero no pasó al repertorio del grupo. Llego a este disco por necesidad, ya que el sello discográfico exigía un tema más. El trío respondió que no tenía nada más preparado. Luego Lake dijo que tenía algo, y empezó a tocar la canción, haciéndose el arreglo sobre la marcha, con las partes de sintetizador y batería. Fue este arreglo el que se grabó, dando una canción con un apreciable cambio de textura: voz y guitarra acústica (al principio), sintetizador y batería (al final), incluso dando espacio para al guitarra eléctrica de Lake. Editada como disco sencillo, supongo que por la excelencia de la melodía y lo acertado del sintetizador de Emerson, vendió muchas copias, catapultando el álbum del grupo a Disco de Oro.
Un excelente debut para el primero y mejor de todos los supergrupos que el rock progresivo haya dado. Es interesante y oportuno reseñar que existe un disco en directo, oficial y con buen sonido, que recoge la actuación del grupo en el festival de la Isla de Wight. En la puesta de largo de ELP se tocaron “The Barbarian” y “Take a Pebble” de este primer álbum, seguidos de una versión de treinta y cinco minutos de “Pictures at an Exhibition” y el caballo de batalla de The Nice, ”Rondó”, que pasó al repertorio del trío. La actuación finalizó con “Nutrocker” la divertida versión de Tchaicovsky a través de Kim Fowley. Este disco es una especie de "Pictures at an Exhibition" ampliado, más crudo acaso, pero que recomiendo escuchar por ser un documento histórico y por estas versiones tempranas de dos temas del primer álbum.